Curso “Atención adecuada y oportuna
al que sufre un accidente”
El politraumatizado: Estado actual. Problemática
y reto en su atención
- Conferencia dictada dentro del curso organizado
por el doctor Agustín Chardí y la DEPI
- El director del Hospital Universitario “Doce
de octubre” fue profesor invitado
“El politraumatizado es la primera causa de muerte
en menores de 40 años, tiene mayor incidencia entre los individuos
de 18 a 44 años; es la segunda causa de muerte de la población
y en los accidentes laborales ocupa siete por ciento de las muertes”,
aseveró el doctor Antonio Sierra García, director del
Hospital Universitario “Doce de octubre” de la Facultad
de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y quien fuera el
invitado especial en el curso “Atención adecuada y oportuna
al que sufre un accidente”, durante su intervención en
la conferencia El politraumatizado: Estado actual. Problemática
y reto de su atención.
Considerando que los accidentes ocupan un lugar importante entre los
problemas de salud pública y que ocasionan pérdidas graves
no sólo en vidas humanas, sino económicas, morales y familiares,
con importante repercusión social, se llevó a cabo este
curso, en el que el doctor Sierra dictó tres conferencias.
“Entendemos por politraumatizado a aquel sujeto que recibe dos
o más lesiones bruscas de forma simultánea, que lo ponen
en riesgo de perder la vida por la pluralidad de las lesiones, la rapidez
de su instauración y la brusquedad de las mismas.”
Dr. Antonio Sierra |
El también presidente de la Sociedad Médica
Hispano-Mexicana, Capítulo Español, afirmó que
la muerte del politraumatizado es de 50 por ciento en el lugar del accidente,
30 por ciento durante el primer día y 20 por ciento en la primera
semana después del accidente.
La mortalidad de este tipo de pacientes cuenta con tres picos de incidencia
en relación con la magnitud del accidente y el tiempo trascurrido
entre éste y la atención. La mortalidad inmediata se da
en los primeros minutos después de ocurrido el accidente y difícilmente
se salva el individuo, ello se debe al tipo de lesiones, que pueden
ser medulares y cardiacas, o por la ruptura de vasos. La mortalidad
intermedia se da dentro de la “hora de oro”, y agregó
que es en este momento en el que va a imperar lo que el médico
hace o no hace para salvar al accidentado, o de la suerte que tenga
el sujeto de caer en manos de un médico que sepa hacer las cosas
bien. En este caso generalmente la muerte ocurre en 60 por ciento por
hemorragias intercraneales, neumotórax profuso, o rupturas esplénicas
o hepáticas. Por último, la mortalidad tardía ocurre
pasadas varias semanas o días y suele ser por sepsis o fallo
multiorgánico.
Pasos para atender al politraumatizado
Explicó que son cuatro etapas de atención
en las que se encuentra el politraumatizado: una, la atención
en el lugar; dos, durante el traslado; tres, el tratamiento hospitalario,
y cuatro, su incorporación a la sociedad.
“Al ocurrir el accidente, enseguida se comunica a la central,
se informa de las características del mismo, y con estos datos
la central manda al equipo correspondiente: unimóviles, ambulancias
simples tipo A (paramédicos o médicos generales), ambulancias
con médicos tipo B (paramédicos o médicos especializados)
o busmóvil (en caso de ser colectivo el accidente), pero además
pueden asistir helicópteros o lanchas según el medio en
que se haya desarrollado el accidente y no sólo eso, dependiendo
de las características de los accidentados se mandarán
a un hospital determinado. En ese momento serán muy importantes
los medios de comunicación y el arribo al accidente.
“En el lugar del evento debemos contar con medidas de seguridad
y evaluación del entorno, ver cómo es el acceso, en dónde
están las víctimas y estación de las mismas; tenemos
que hacer valoración de los daños y asistencia in situ.
Una vez que se tiene esto se pasa a la siguiente etapa, que es el trasporte
asistido al hospital adecuado y trasferencia al mismo.”
Durante esta etapa afirmó que las maniobras deberán enfocarse
a mantener la vía respiratoria libre, dinámica cardiovascular
aceptable con respiración artificial y masaje cardiaco, cohibir
las grande hemorragias por compresión o con torniquete, inmovilizar
y alinear las fracturas y sedar el dolor.
Durante la transportación se realizan las medidas de reanimación,
se monitoriza, se coloca suero, oxígeno, etcétera. Para
esta etapa se debe contar con una logística territorial, tipo
de ambulancia, posición del paciente, que tiene que ser en decúbito
lateral preferentemente y la práctica de auxilio durante el traslado.
Tercera etapa, atención hospitalaria: la institución ha
de tener un soporte estructural, una planificación organizativa
y logística, personal adiestrado y un jefe responsable que es
quien coordinará todo. Afirmó que la planificación
organizativa significa que no hay que pensar cuando llega el traumatizado
a los hospitales, todo debe estar pensado, dicho y organizado con antelación.
Todos los pasos tienen que seguirse y nadie puede opinar porque ya estará
todo previamente establecido y el jefe será el encargado.
El centro debe ser adecuado, con acceso directo a urgencias, una normativa
establecida para la llegada del politraumatizado, en la que se haga
el diagnóstico de las lesiones, la valoración de las mismas
y el balance, así como un equipo médico formado por internistas,
cirujanos, traumatólogos, especialistas de diagnóstico
por imagen, anestesistas e intensivistas, y el coordinador en jefe que
es quien va a mandar lo que se tiene que hacer en todo momento. Las
misiones de éste solamente las sabe la persona que tiene experiencia
y conocimiento.
“El sujeto va a llegar muchas veces con pérdida de conciencia,
y otras en estado de muerte aparente. El jefe tiene que hacer una valoración
inmediata y un diagnóstico de las lesiones y el estado general;
ha de apreciar la gravedad de las mismas y dar prioridad de actuación,
instaurar las medidas de reanimación urgentes, indicar la terapia
y coordinar a todos los especialistas.”
Comentó que la valoración inicial antes del traslado a
un hospital no es una tontería y que en muchas ocasiones se tiene
que operar en hospitales pequeños con la idea de establecer al
accidentado para poder ser trasladado a otro lugar en donde se le den
más garantías.
Con relación a una intervención quirúrgica, el
director del Hospital Universitario “Doce de octubre” aseveró
que el politraumatizado se puede encontrar en situación de cirugía
inmediata; urgente pero diferida, que permita administrar suero y antibióticos;
cirugía definitiva, que es la que va actuar sobre órganos,
o ante una cirugía reparadora, que se hace días después
cuando el sujeto ha salvado la vida, y que consiste en la colocación
de prótesis e implantes.
La cuarta etapa y última se da cuando ha pasado el peligro y
el sujeto sale del hospital para reincorporarse a la vida cotidiana,
y agregó: “Habrá casos en los que quede parapléjico,
con alguna amputación o minusvalía importante, entonces
figurarán los tratamientos para las secuelas y limitaciones con
que ha quedado. En esta etapa se colocarán las prótesis,
los psicólogos entrarán a trabajar y se le incorporará
a su nueva vida”, concluyó.
Dicho curso fue organizado por el doctor Agustín Chardí
Córdova, profesor con más de seis decenios de actividad
docente, y la División de Estudios de Posgrado e Investigación
(DEPI); se realizó el pasado mes de mayo, en el auditorio “Dr.
Ramón de la Fuente” del Departamento de Psiquiatría
y Salud Mental de la Facultad de Medicina.
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