Seminario Permanente de Salud en el Trabajo La espirometría: alternativa terapéutica para padecimientos
broncopulmonares de trabajo
Una de las principales prioridades de la medicina ocupacional es el tratamiento oportuno de las enfermedades broncopulmonares, padecimientos que llegan a afectar la calidad de vida de los trabajadores. El centro laboral, como puede ser una fábrica de asbesto, representa un riesgo para la salud de quienes trabajan en ella sin normas de seguridad. Es por eso que dentro del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, efectuado el pasado 26 de junio, el doctor Eduardo Soto de la Fuente habló de las características y ventajas de la espirometría como herramienta indispensable para el diagnóstico y el tratamiento de bronconeumopatías, que una persona puede desarrollar en su área laboral. “La espirometría -explicó el experto en fisiología pulmonar- permite hacer un diagnóstico de tipo topográfico; por medio de éste se puede determinar el nivel de la alteración broncopulmonar del paciente y si el problema se encuentra localizado en las vías respiratorias, ya sea centrales, medianas y pequeñas periféricas.” El también especialista en cirugía general en segundo grado por el Instituto de Ciencias Médicas de La Habana, en Cuba, indicó que la espirometría es un conjunto de métodos de gabinete destinados a evaluar las funciones respiratorias, que son la ventilación y la difusión. Subrayó que en el área clínica es fundamental, poder llevar a cabo una espirometría y que el método ideal para cualquier estudio, en este caso para los trabajadores, es contar con la historia clínica. “... Con mucha frecuencia, al revisar algunas historias clínicas observamos que carecen de elementos importantes, como el nivel de la frecuencia respiratoria, que es un parámetro significativo para poder determinar si existe o no una alteración de tipo obstructivo o restricitivo”, explicó. Ante médicos especialistas en neumología y fisiología pulmonar, el doctor Soto de la Fuente subrayó que la espirometría es una herramienta que debe ser manejada en forma acuciosa, aplicada por un experto en la rama. En el área laboral esta herramienta terapéutica es muy importante porque mediante ella se puede cuantificar el daño, es decir, las secuelas, debido a que de los resultados que genera ésta se va a derivar la incapacidad permanente del trabajador. “... Hay zonas laborales extremadamente críticas, como el área de molino de bolas, que es un lugar donde se someten piedras de sílice a la molienda y, además de existir niveles muy altos de ruido, hay una intensa emisión de polvo. De hecho, cuando ingresa un trabajador y sabemos que va dirigido al área de molinos es fundamental que llevemos un control broncopulmonar cada seis meses, para poder detectar si hay alguna alteración de manera incipiente; en caso de daño se debe hacer una rotación de lugar de trabajo o hablar con el paciente para que tome la decisión de abandonar el puesto. Esto en la práctica es muy difícil porque lo vimos muchas veces en el tiempo que laboramos en Versalite, empresa fabricante de asbestos y techos, donde muchos trabajadores, a pesar de saber que tenían un deterioro importante, no cambiaron de puesto por necesidad económica, pero nosotros, como médicos, tenemos la obligación moral y profesional de hacerles saber lo que les está sucediendo”, afirmó. El promotor científico para el área de América Latina por el Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores de Cuba (INSAT) indicó que el examen de ingreso es básico para determinar cuál es la condición orgánica del trabajador, en términos jurídicos; señaló además que entrarán en vigencia algunas normas que van a exigir un examen médico de rutina aplicado en algunas empresas en las zonas de mayor riesgo para el trabajador. “Actualmente se ha instituido el examen de retiro, como un documento de tipo legal, a fin de tener un parámetro de comparación entre el examen de ingreso, para ver cómo llegó el paciente, y después de haber estado expuesto a determinados agentes durante el periodo laboral”, subrayó. “En medicina ocupacional -puntualizó Soto de la Fuente- es muy importante poder establecer la relación causa-efecto-daño; si una persona labora en una empresa de asbesto y ha estado expuesta a los elementos químicos para la producción de este material, puede presentar mesotelioma, cáncer de las células que constituyen el forro alrededor de la parte exterior de los pulmones y dentro de las costillas (la pleura), o alrededor de los órganos abdominales (peritoneo).” Describió que las bronconeumopatías se identifican, de acuerdo con el sitio donde se encuentra la alteración, en obstructivas, si la estructura afectada son las vías respiratorias, y restrictivas, cuando hay alteraciones a nivel parenquimatoso. Entre las primeras se encuentran la hiperpnea, el dolor toráxico, la disnea y la tos húmeda. La frecuencia respiratoria en las obstructivas no rebasa 30 por minuto. En las restrictivas existen patologías como la polipnea, la platipnea, la tos seca, la opresión retrosternal y las sibilancias. La polipnea rebasa la frecuencia de 30 por minuto y se va a ver afectado el volumen tidal, va a haber una respiración superficial de forma rápida. Finalmente el doctor Soto de la Fuente exhortó a los médicos reunidos a seguir preparándose en el campo de la neumología del trabajo, ya que -dijo- las bronconeumopatías ocupan 52 por ciento de los casos del ejercicio profesional cotidiano. Al concluir su exposición y en breve ceremonia, los doctores Eduardo Soto, Martha Méndez y Aarón Cruz Medina rindieron un homenaje a la doctora Alicia González Zepeda, a fin de reconocer su labor de investigación y docencia en el área de fisiología pulmonar de trabajo. La doctora Martha Méndez, especialista en medicina del trabajo y catedrática de asignatura de posgrado de salud en el trabajo de la Fes-Zaragoza, hizo una breve semblanza de la doctora González Zepeda, quien egresó de la antigua Escuela Nacional de Medicina de la UNAM. Realizó la especialidad de fisiología pulmonar en el Instituto Nacional de Cardiología y amplió sus conocimientos de la especialidad en París. Ingresó al Instituto Mexicano del Seguro Social, en el Hospital de Neumología y Cirugía de Tórax, como especialista en fisiología pulmonar de 1962 a 1980. Se adhirió al Servicio de Enfermedades Pulmonares, en la Jefatura de Medicina del Trabajo del IMSS, de 1980 a 1992, año en que se jubiló. Simultáneamente, de 1975 a 1982 estuvo en el Servicio de Fisiología Pulmonar del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Fue docente en el Instituto Politécnico Nacional y en la UNAM. Escribió el libro Elementos de fisiología pulmonar y tiene más de 40 artículos como autora y coautora sobre la especialidad. El Seminario Permanente de Salud en el Trabajo se lleva a cabo el cuarto miércoles de cada mes en el auditorio “Fernando Ocaranza” de esta Facultad y es coordinado por el doctor Rodolfo Nava y la licenciada Blanca Estela Valdés. |