Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de julio 2001


Regresar al índice

Simposio de la ANM

Nos encontramos en el umbral del conocimiento del genoma humano: Dr. Velázquez Arellano

"No cabe duda de que conocer la secuencia del genoma humano constituye un hito en la historia de la humanidad. Aunque la información genómica aún no es suficiente, resulta absolutamente necesaria para determinar a un nuevo ser vivo, lo que significa una revolución biológica dentro de la enorme biodiversidad", así lo consideró el doctor Antonio Velázquez Arellano, investigador y titular de la Unidad de Genética de la Nutrición (UGN) perteneciente al Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, durante el simposio titulado "La revolución biológica, ¿hacia un nuevo humanismo?", llevado a efecto en el marco de la conmemoración del 137° aniversario de la fundación de la Academia Nacional de Medicina, y para celebrarlo, ha programado distintas actividades durante este año.

Realizado el pasado 6 de junio, el simposio fue organizado por la Academia Nacional de Medicina. El presidio lo integraron los doctores Julio Sotelo Morales, presidente de la Academia, Juan Ramón de la Fuente, vicepresidente y rector de la UNAM, Emilio García Procel, secretario general, y José Manuel Cardoso, tesorero.

Merecedor del Premio "Reina Sofía 2000", el pasado 24 de enero del 2001, por sus aportaciones científicas acerca de la prevención del retraso mental causado por hipotiroidismo, los daños en los niños por desnutrición y el estudio de las enfermedades genéticas, el doctor Velázquez señaló que con el avance de la ciencia y la tecnología, el enfermo pasó de ser sujeto a ser objeto para los científicos. "La información que se tenía hasta hace poco acerca de nuestro organismo era limitada, y lo que está ocurriendo en la biología, en las ciencias biomédicas y en las ciencias de la salud, es una verdadera revolución del conocimiento de la misma magnitud o quizás aún mayor que las contribuciones de Copérnico, Newton o Einstein".

Manifestó que esta revolución biológica ha permitido al hombre estar en el umbral del conocimiento del genoma humano, por lo que algunos científicos han profundizado aún más en las bases neurales de la conciencia, la conducta y las capacidades cognoscitivas. "Algo similar está ocurriendo en la primatología, la cual se encarga del estudio de los monos, que parte de la premisa de la similitud entre los humanos y los primates; todos estos conocimientos, junto con los muchos que sin duda se obtendrán en los próximos años y decenios vendrán aparejados con capacidades tecnológicas, algunas de ellas quizás inimaginables el día de hoy, que pondrán en duda los límites de lo humano". Para el doctor Velázquez, la genómica -a manera de metáfora- permite al hombre conocer que los distintos organismos son el resultado de diferentes combinaciones de un número limitado de módulos de información unidimensional que se diversifican formando familias moleculares y que se manifiestan como estructuras proteínicas tridimensionales.

Por su parte, el doctor Julio Sotelo, presidente de la Academia Nacional de Medicina, al hablar en su exposición de "Neurociencias, lenguaje y conciencia", explicó que el hombre es otro primate, citando las ideas del científico y estudioso del cerebro, Jared Diamond, el cual sostiene la hipótesis de que la especie humana no es más que un grupo dentro de una familia de los primates y "de hecho poseemos casi la misma información genética de los chimpancés, lo cual no representa ninguna diferencia con ellos", indicó.

Subrayó que los genetistas afirman que el 98.4 por ciento del ácido desoxirribonucleico (ADN) que el hombre posee, es idéntico al de los chimpancés, esto es debido a que el 90 por ciento del ADN no codifica y que al no presentarse una codificación a la producción específica de proteínas, la diferencia entre el hombre y los chimpancés es de 0.16 por ciento, es decir, "sólo una fracción de cada mil en proteínas hace la diferencia entre nosotros y los primates", aclaró.

Luego de explicar que una de las habilidades que desarrolló el hombre es el lenguaje simbólico, que lo hace diferente con respecto a otras especies del reino animal, el doctor Sotelo declaró que el ser humano tiene una capacidad innata de elaborar el lenguaje y que producto de esa habilidad lo representan las más de 16 mil lenguas registradas en el mundo y cientos de miles de dialectos con el que espontáneamente se comunica con sus semejantes.

En su momento, el doctor Jorge Martínez Contreras habló sobre los avances en su investigación que efectúa en la actualidad sobre la historia de la primatología. Explicó que la palabra primate viene del latín primatis, mismo término que tiene su origen en los primados de la Iglesia; significa que son los primeros, los más cercanos a Dios, los que Dios hubiera creado en primer lugar, y le siguen después las demás especies animales, hasta llegar a la última escala de la Naturaleza, ocupada por los insectos. "Hablar de primitivismo o decir que una especie es primitiva, significa que siempre han permanecido a un determinado lugar; por ejemplo, los aborígenes australianos, como raza, son primitivos en el sentido de que como raza estable han estado antes que otros grupos humanos", explicó.

La doctora Juliana González, ex directora de la Facultad de Filosofía y Letras, abordó el tema de la ética en el contexto de la revolución biológica. Sostuvo que una de las principales aplicaciones de la genómica debe estar encaminada a la función terapéutica, lo cual está marcando una nueva era de la medicina por el hecho de tener una utilidad curativa y preventiva de enfermedades como el cáncer o la diabetes. Sin embargo afirmó que las posibles consecuencias acompañadas de su función eugenésica son las manifestaciones de discriminación y racismo. Y la tercera, señaló la doctora González, la representa la clonación que es actualmente concebida como una nueva técnica reproductiva.

Para finalizar, la doctora González consideró necesario que la revolución biológica debe tener una ética orientada en dirección a un nuevo humanismo, "una ética que supere las concepciones dualistas, una ética capaz de compenetrarse con los desarrollos de ese territorio tan estrechamente cercano que es el de las ciencias de la vida y encuentre nuevos conceptos y nuevas categorías de la naturaleza humana", concluyó.

Regresa...