Seminario Permanente de Lesiones por Accidentes Nueva alternativa en el tratamiento de quemaduras Útil en dermoabrasiones, quemaduras y úlceras Se llama Epifast y es el nombre comercial de un aloinjerto de epidermis humana cultivado in vitro biopreservado que se utiliza para cubrir áreas del cuerpo que se encuentran denudadas por quemaduras o dermoabrasiones. Invención que fue producto de 10 años de indagación desarrollada por miembros del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, y que los laboratorios Bioskinco comercializan en la actualidad. Al participar en el Seminario Permanente de Lesiones por Accidentes, organizado por el doctor Antonio Caso Marasco, secretario académico de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de esta Facultad, los doctores Beatriz Santillán Aguirre y Héctor Arámbula, ambos especialistas en cirugía reconstructiva, hablaron del manejo y tratamiento de pacientes con quemaduras. Egresada de la Facultad de Medicina, la doctora Santillán enumeró las características del apósito in vitro desarrollado a partir de cultivo de células humanas (queratinocitos), que se obtienen a partir de una porción de piel del prepucio de un niño recién nacido sano: “Es un producto que consta de tres a cinco capas de queratinocitos vivos, montados sobre una tela vaselinada cuyas dimensiones son de siete por ocho centímetros. Es un apósito biológicamente activo que produce factores de crecimiento y puede acelerar la formación de tenacina por los hidroblastos, así como la de vasos sanguíneos en el tejido granuloso”, explicó. Indicó la facilidad de manejo del producto, el cual está libre de hongos, de bacterias y de virus como los VIH I y II o el de la hepatitis, que viene montado y congelado en una rejilla para protegerlo; así, la parte inferior del apósito cuenta con una película transparente donde está montado el epitelio y se aplica sobre el área daña-da, previamente desinfectada con solución fisiológica, sin moverlo, similar a la aplicación de una calcomanía. “A diferencia de cualquier otro apósito, este producto contiene sustancias preservadoras, no tiene antibióticos, su caducidad es de un año y no induce rechazo porque son las capas de queratinocitos”, destacó. Indicó que en las quemaduras de segundo grado en cuello, manos, pies y genitales el producto puede acelerar la epitelización. Ejemplo de ello fueron los pacientes del Hospital Los Ángeles que manejó el doctor Arámbula, quienes recibieron tratamiento con el producto y epitelizaron en 12 a 15 días. Además de emplearse en quemaduras de tercer grado con mallado de compresión, también se usa en úlceras con tendencia escasa o nula a la cicatrización. En las áreas cruentas el producto disminuye el dolor desde las primeras aplicaciones, por lo que el número de éstas depende de la extensión y de la profundidad de la úlcera. En este caso, el tratamiento de úlceras con Epifast permite el manejo ambulatorio del paciente y reduce el tiempo de recuperación y de estancia del enfermo en el nosocomio. Por su parte, el doctor Arámbula reiteró que el paciente quemado debe ser manejado por un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas en medicina interna, en cirugía reconstructiva, en medicina crítica, en anestesiología, quienes en el momento de ingreso del enfermo al hospital realizarán el primer aseo quirúrgico bajo anestesia. “El aseo —explicó— determina la extensión y profundidad del daño en la superficie corporal, y no debe causarle molestia al paciente; también se deben suministrar líquidos y evitar el choque hipovolémico, el cual puede ocurrir en las primeras 48 horas; esto permitirá recuperar el volumen perdido.” Señaló que al tercer día de quemadura se le debe practicar la escisión desbridación tangencial, que es la eliminación en forma de láminas de tejido quemado para encontrar una porción de tejido no dañado. En el caso de una abrasión de segundo grado la escisión tangencial debe ser hecha con un dermatomo de mano o una navaja de rasurar, pero no es recomendable el empleo de dermatomos eléctricos o neumáticos “porque son instrumentos pesados, su vibración puede dañar el tejido y por lo tanto es recomendable que la escisión se realice a mano”, recalcó. Explicó que el cirujano realiza la escisión con movimientos oscilatorios para eliminar en forma gradual la porción afectada hasta encontrar tejido viable sangrante en el que se colocarán los injertos del mismo paciente. “En este procedimiento no se utilizan gasas, sino compresas estériles que estarán húmedas, con un peso aproximado de 90 gramos; cuando un médico trabaja en una escisión tangencial la compresa termina empapada en sangre; después de la cirugía el peso de ésta será mayor por la cantidad de sangre adherida. Para que el paciente no continúe sangrando se deben colocar vendas estériles en forma secuencial para ir eliminando la quemadura de las diferentes áreas, empezando por las más fáciles de comprimir. Es importante que el médico cubra en cada procedimiento quirúrgico 20 por ciento de la superficie corporal total”, advirtió. El especialista en cirugía reconstructiva recomendó a los paramédicos, rescatistas y personal de emergencia que no se debe suministrar ningún medicamento, como analgésicos intramusculares o por vía bucal a un paciente que ha sufrido quemaduras, sino que se debe cubrir con lienzos limpios y trasladarlo al hospital más cercano. “Lo más importante es que si se trata de quemadura pequeña podrá canalizarse a un centro de salud o a una clínica periférica. Una persona con daño en 10 por ciento de superficie corporal es necesario trasladarla a un hospital general. En el caso de un menor debe enviarse a una unidad especializada. Es importante que no se le trate de aplicar ningún medicamento, ni local ni sistémico: los analgésicos intramusculares producen perfusión, es decir, entrada lenta del medicamento y una vez que se restituye la volemia va a actuar y puede intoxicar al paciente”, concluyó. Si está interesado en obtener más información sobre Epifast escriba: info@bioskinco.com |