Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud Aspectos éticos por considerar sobre la clonación en humanos La clonación con fines terapéuticos: una posible alternativa “La clonación hecha en humanos es inaceptable hasta que se solucione su ineficiencia, y podría llevarse a cabo una vez que se resuelvan los problemas técnicos de ésta. Hacerlo con un fin utilitario en beneficio de la sociedad y llevarlo a cabo como parte de un programa de investigación científica son las justificaciones de hacer clonación en humanos”, expresó el doctor Rubén Lisker Youkowitzky, profesor emérito de esta Facultad y actual director de Investigación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, luego de señalar que la clonación utilizada para tener donadores de órganos sería un acto reprobable, porque atenta contra los principios universales de los derechos humanos; deshumaniza y convierte a cualquier individuo en objeto de uso. Al iniciar el octavo año del Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud, Lisker Youkowitzky hizo un análisis a fin de dar un panorama general acerca de las implicaciones éticas y técnicas de la clonación humana, por lo que señaló que cuando la prensa internacional dio a conocer la supuesta clonación del primer humano en diciembre de 2001, se trató sólo de un experimento que logró formar embriones de un grupo de células, pero que éstos no lograron crecer y murieron. “En el caso de la oveja Dolly surgieron problemas técnicos que persisten hasta en la actualidad porque se fusionaron 277 óvulos, de los cuales se perdieron 248, sólo 29 se pudieron implantar en úteros de animales y uno llegó a madurar, lo que originó el nacimiento de la oveja, por lo cual la eficiencia del proceso fue de 0.37 por ciento, y 0.997 por ciento fue ineficiente y se perdió”, explicó. El ex presidente de la Academia Nacional de Medicina expresó que resultaría inaceptable en este momento hacer clonación reproductiva en el hombre debido a estos problemas técnicos y éticos, así como la falta de razones médicas o sociales que la justifiquen. “Hasta el momento no encuentro ninguna razón para llevarla a cabo. Sin embargo, puede representar una alternativa para resolver trastornos de esterilidad en una pareja.” Identificó dos tipos de clonación: la reproductiva, que trae consigo implicaciones técnicas, y la terapéutica, que consiste en producir un clon que se desarrolla en cinco o seis días con objeto de transformar algunas de sus células en tejidos de potencial uso terapéutico, como neurológico, de páncreas, miocárdico, o de cualquier tipo que pueda sustituir a un tejido enfermo. “Ésa es la promesa de la clonación terapéutica y en este caso es legítimo hacerla. No se debería hacer en humanos hasta que sea necesario, y representa una solución a padecimientos graves”, indicó. Ex presidente de la Asociación Mexicana de Genética Humana, el doctor Lisker calificó de visión simplista el mito de usar la clonación para preservar individuos de extraordinaria calidad, como Einstein, Mozart, Pelé, etcétera, “porque todas las cosas que el hombre o la mujer son, constituyen el resultado de la interacción de los genes y su ambiente, elementos que son irrepetibles”, aseguró. “Si algún día se producen clones, cada uno deberá considerarse como un ser humano completo, con todos los derechos y obligaciones y que se vea a la clonación como un proceso para producir humanos. No se debe promover la idea de humanos de primera y segunda clases, estos últimos por tratarse de un clon.” Integrante del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO, consideró necesario difundir el conocimiento sobre clonación en animales y en humanos, así como sus ventajas y riesgos potenciales, con objeto de que la sociedad en general, los gobernantes y los legisladores que toman las decisiones tengan una versión verídica y libre de exageraciones. “Es fundamental en este campo y en toda la ciencia que todos los avances se difundan con veracidad”, indicó, y criticó el manejo informativo y los fines de lucro que se han generado a raíz de la clonación de Eva a principios de este año 2003 por la empresa Clonaid, “que en la actualidad ofrece servicios de clonación hasta por 200 mil dólares”, comentó. En materia legislativa el coautor de Introducción a la genética humana, explicó que en varios países se está legislando la clonación; en Estados Unidos se ha prohibido la reproductiva y la terapéutica, excepto una de las líneas celulares que ya existen con las que se pueden obtener células troncales o madres. En Inglaterra no es así, la terapéutica se ha promovido como una herramienta de investigación. “Si esto tiene éxito y empiezan a salir productos de ello, creo que los estadunidenses cambiarán su legislación porque van a estar en gran desventaja económica, ya que otro país estará produciendo lo que se puede vender”, aseguró. Indicó que en México existe cierta resistencia a formular una legislación por la incertidumbre respecto a los efectos negativos en el exterior. “Sin embargo ahora sabemos que esto es factible, debe legislarse de una vez con la idea de preservar la libertad de la investigación científica y contribuir al bienestar del hombre.” Asimismo, la Academia Mexicana de Ciencias firmó un convenio con la Cámara de Diputados del Gobierno federal para que esa agrupación funcione como órgano asesor en aspectos relacionados con bioética. Finalmente, el también vicepresidente del Programa Latinoamericano del Genoma Humano (PLAGH) informó que el Proyecto Internacional del Genoma Humano (PIGH), desde su fundación, ha destinado recursos para el estudio de los efectos éticos, sociales y legales del proyecto. “Los propios organizadores se preocuparon por ello; a partir de ahí han surgido las principales iniciativas tratando de entender las implicaciones que tiene esta técnica aún no perfeccionada.” |