Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de febrero 2002


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Ingresan cinco estudiantes a la Galería de los mejores alumnos

Entregan diplomas a los alumnos destacados de los ciclos escolares 1997-1998 y 1998-1999

Andrés Jorge Catzin Kulhmann, Gabriela Aurora Hernández Molina y Armando Meza de Regil, de la generación 1993-1998, así como Marco Antonio Meza Vudoyra y Alan Zajarias Rabchinskey, de la generación 1994-1999, ingresaron a la Galería de los Mejores Alumnos; junto a ellos, estudiantes de los ciclos escolares 1997-1998 y 1998-1999 recibieron diplomas por su desempeño académico.

Cabe mencionar que para obtener el honor de ingresar a dicha Galería, los jóvenes tuvieron que ser los mejores alumnos de su generación, presentar examen profesional de excepcional calidad, haber sido acreedores de la medalla “Gabino Barreda”, contar con 10 absoluto en la carrera y haber concluido el plan de estudios vigente en el tiempo establecido.

Alan Zajarias, en representación de los galardonados, dirigió un mensaje

Durante la ceremonia, realizada el pasado 31 de enero en el Auditorio “Dr. Raoul Fournier Villada” para los alumnos de las licenciaturas de médicos cirujanos e investigación biomédica básica, el doctor Alejandro Cravioto, titular de la Facultad de Medicina, dijo que dos veces al año se entregan reconocimientos a los alumnos más destacados y en esta ocasión le dio gusto ver y saber que están en otras fases de su preparación como médicos, poniendo en alto el nombre de la Facultad, a la que pertenecerán toda su vida.

Comentó que durante su reciente visita a la Universidad de Salamanca, España -que cuenta con 450 años más que la UNAM, de la cual se tomó el modelo para las Universidades de México y de Lima en 1551 y que en la actualidad es todavía una universidad de costumbres medievales respecto a sus celebraciones-, le impresionó ver las paredes llenas de un graffiti rojo de una V montada de tal forma que significa vitor -viva- y que los alumnos, al obtener su doctorado, después de organizar y pagar una corrida de toros, utilizan la sangre y otros químicos para escribir su vitor y su firma.

“Nosotros no pensamos organizar algo así, porque las corridas de toros serían lo difícil y, por otra parte, se antepone a nuestra lucha contra el graffiti; lo que hacemos es invitarlos a pertenecer a la Galería que se encuentra en el vestíbulo del auditorio, donde su nombre aparece en una placa y pasan a formar parte de los mejores alumnos de esta Facultad de Medicina. Los que hemos estudiado en esta escuela la queremos, porque le debemos nuestra vida; participar en ella como maestros o investigadores y engrandecerla preparando al futuro de este país, creo que es lo más importante.

“Nuestro lema, que significa ‘servir a los demás’, es el propósito fundamental de estudiar en una escuela de medicina que pertenece a una universidad pública y donde nuestra función es ayudar a que este país sea cada vez mejor; estudiando, trabajando y poniendo nuestros conocimientos al servicio de los demás, es como mejor cumplimos con este propósito”.

Como invitado especial, el doctor Roberto Tapia Conyer, subsecretario de Prevención y Protección de la Secretaría de Salud, al dirigir unas palabras a los jóvenes galardonados, les habló acerca de la importancia de no perder nunca el componente social donde se desarrollan como médicos, y mostró cómo el análisis del medio y su correspondiente actuar mediante campañas de salud pública, es un arma importante dentro del sistema nacional de salud de cualquier país.

Dijo que una de las características más importantes de la salud pública es que proporciona protección a la sociedad como un componente de seguridad nacional y no en el sentido de seguridad pública en cuanto a garantías físicas, sino de la seguridad de que existe un sistema de vigilancia con acciones para proteger a individuos, familias y comunidades.

“La salud pública está dirigida a la identificación y el control de los riesgos, muchos de los cuales no nos percatamos pero sabemos que existen, por lo que ella hace intervenciones específicas y limita los daños, una vez conocidos, a través de diagnóstico y tratamientos oportunos; así como el clínico tiene contacto cara a cara con su paciente, el profesional de la salud pública lo tiene con la comunidad, a ella es a la que tiene que servir en términos generales y a su entorno correspondiente. Por lo tanto, tenemos que analizar el proceso salud-enfermedad dentro de un sinnúmero de transiciones.

“La transición epidemiológica es fruto de la suma de esfuerzos de los movimientos sociales y de la inversión en los riesgos inherentes que tienen las comunidades, pues lamentablemente ya no son los mismos en nuestra vida cotidiana como tampoco las tecnologías al servicio de la salud.

“La transición epidemiológica nos lleva a que en los años sesenta encabezaban la lista de mortalidad las neumonías y diarreas, el cambio radical lo representó la capacitación de los médicos. El que el médico general maneje adecuadamente una tecnología -que revolucionó los setenta y que se consolidó en los ochenta- representada por los sobres de suero oral que salvan vidas, transformó las tradicionales salas de rehidratación por vía intravenosa a través de las soluciones parenterales correspondientes y que llevaban a la muerte a muchos niños; cuando se rompe ese paradigma de la complejidad de la atención, todo se transforma; ahora la mayoría de las muertes son vinculadas al corazón, las neoplasias y la diabetes mellitus.

“También podemos ver que México ha logrado eliminar, abatir y controlar enfermedades que en otras generaciones se veían cotidianamente; por un lado, las prevenibles por vacunación sin duda las podemos ver fuera del escenario. Se pensaba que si eliminábamos la viruela ya no vacunaríamos contra ella, pero en casos como el del pasado 11 de septiembre nos enseña que volveremos a vacunar contra la viruela, porque ahora la población está en riesgo, y más si existe un atentado bioterrorista con virus de viruela, por lo que se tiene que reconsiderar el volumen de volver a introducir nuevos esquemas y nuevos biológicos que tengan menos reacciones secundarias que la original.

Mencionó que otro aspecto en donde ha impactado la salud pública se ha dado en el tamiz neonatal. En nuestro país ya existe la posibilidad de que un niño con hipotiroidismo -padecimiento detectable al momento del nacimiento y que cambia la vida de ese niño- reciba los beneficios de la introducción de un cambio tecnológico importante que es el uso de la tira reactiva in situ que da un acierto de entre 90 y hasta 95 por ciento.

Con respecto a las adicciones, el doctor Roberto Tapia afirmó que México se encuentra en una posición privilegiada a pesar de los problemas que presentan algunas ciudades. Afirmó que este año se pretende poner en marcha una nueva cartilla para los adultos en plenitud, con esquemas de vacunación contra influenza y neumococo, que antes no había en México.

Dentro de lo que actualmente trabaja la salud pública, se encuentra el programa “Arranque parejo en la vida”, el cual trata sobre la calidad de la atención del embarazo, del parto y del puerperio, pues en general toda mujer embarazada en México tiene un promedio de tres consultas, una en que le dicen que está embarazada, otra en donde le dicen que ya casi termina su embarazo y una extra.

El doctor Tapia dijo que la salud pública es la suma de éxitos de generaciones de trabajo consistente, que se traducen en una política de salud estable con la consolidación de un mayor número de programas.

Concluyó diciendo que el impacto de la salud pública es realmente como un blindaje sanitario, el cual, gracias a las acciones de prevención y protección, se ve en las condiciones de salud de la población, así que recomendó a los galardonados que dentro de su desarrollo profesional no olviden tomar en cuenta el componente social donde se desempeñan.

En representación de los alumnos, Alan Zajarias Rabchinskey afirmó que para todos los presentes esta ceremonia conjura logros importantes en su carrera profesional, que la medicina es una carrera única donde los pacientes ponen la vida en sus manos para curar o apoyarlos.

“Estas tareas requieren de una entrega total y manejo completo del conocimiento que se desarrolla continuamente. El ser médico es una meta ambiciosa; es en esta profesión donde se materializan las virtudes más puras y la espiritualidad, ya que es el doctor al que se le permite adentrarse en los aspectos más íntimos de un ser humano, escuchando y compartiendo lo que el paciente dice y siente. Para lograr este éxito se necesita llegar a un equilibrio exacto entre la ciencia y el arte; desde el inicio de nuestra vida académica, se nos ha incitado a estudiar y expandir nuestros conocimientos para sobresalir, conforme uno avanza en la carrera, la curva de aprendizaje adquiere una pendiente que crece precipitadamente y los conocimientos que adquirimos se entrelazan, permitiendo un entendimiento real de nuestras materias; a su vez, entre mayor es nuestro conocimiento, mayor es la libertad y responsabilidad que tenemos con el manejo de nuestros pacientes.

“Es en esta aventura profesional, que la Facultad de Medicina desempeña un papel fundamental, ya que nos permite el contacto con docentes dedicados y compañeros interesados, al mismo tiempo que forma un ambiente con expertos entregados a la búsqueda de respuestas, lo que genera un reto continuo de poder explorar el camino de la sabiduría para que nazca la curiosidad en nuestras mentes y consecuentemente podamos generar conocimiento. Esta cadena de eventos es la que debe regir nuestras vidas profesionales para poder practicar medicina de vanguardia, medicina avanzada en evidencia y no sólo de tradición; sin embargo, nuestro éxito no sólo requiere de conocimiento sino de entablar una comunicación abierta con nuestros pacientes, el poder interactuar con ellos para hacerles entender nuestra preocupación por su salud y el irradiar calidez humana para ser exitosos, estas virtudes no se aprenden en los textos sino se adquieren con la práctica y el ejemplo, y es aquí donde el ejemplo de nuestro mentores, la paciencia de nuestros maestros, la visión de los investigadores y el deseo de ayudar, nos llevará al éxito como seres humanos y médicos, pero siempre considerarnos humanos antes que científicos y si podemos lograrlo, realmente podemos afirmar que nuestra vida ha sido exitosa”, concluyó.

Además, se encontraron presentes las doctoras Teresa Cortés Gutiérrez, secretaria general; Sara Morales López, titular de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social, y el doctor César Augusto Colina Ramírez, secretario de Servicios Escolares, todos ellos de la FM.

 

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