Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de febrero 2001


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Directores de hospitales
César Vargas Martínez y el Hospital Juárez de México, herencia de una gran historia

Tras el terremoto de 1985, el Hospital Juárez -ahora de México- dejó 142 años de historia para renacer en un nuevo concepto hospitalario de tercer nivel. Su titular, el doctor César Vargas Martínez, lo vio nacer y conformarse en lo que es hoy. Por su desempeño fue uno de los primeros en obtener la certificación del Consejo de Salubridad General y por su infraestructura y su avanzada tecnología está considerado entre los más importantes a nivel mundial.

El doctor Vargas Martínez, con casi 37 años de labor dentro de la medicina y sus diferentes ámbitos, piensa que en su actual cargo todavía quedan muchas cosas por hacer: Para un futuro inmediato, consolidar el intercambio de residentes con universidades de Estados Unidos, y un programa que acredite a los pacientes como miembros del Hospital Juárez; asimismo, mantener la relación con los demás hospitales, aumentar los programas comunitarios de información sobre las patologías más frecuentes y dar diplomas a los asistentes.

 
El director del Hospital Juárez

Egresado de la Facultad de Medicina con especialidad en cardiología, el doctor César Vargas Martínez, hombre fuerte de carácter agradable, buen conversador, gran entereza y entrega total a su profesión, habló de su pasión por la medicina y su participación en la creación del nuevo Hospital Juárez, el cual encabeza desde hace 11 años.

Miembro de la generación 1947-1952, realizó su residencia en el Hospital de Ferrocarriles durante cinco años con el profesor Salvador Téllez, y es profesor universitario desde 1958 y durante casi 40 años impartió teoría patológica de cardiología; después, en clínica, se desempeñó como coordinador de enseñanza, y también en posgrado ha impartido clases. Trabaja en el Hospital Juárez desde 1964, al cual ingresó como médico adscrito al servicio de cardiología, posteriormente fue jefe interino del servicio de cardiología, luego jefe de la Unidad de Investigación durante el periodo del maestro Manuel Velasco Suárez, quien lo invitó a ser subdirector médico y, finalmente, fue designado director general del nuevo hospital, en 1989.

¿Cuáles fueron las razones por las que eligió ser médico?

"Me dicen que desde pequeño, antes de tener conciencia, decía que quería ser médico, me imagino que veía al médico de la familia; después descubrí que realmente tengo vocación, nunca he sentido trabajar y lo digo de verdad. La única época en la que sentí trabajar fue cuando estuve en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), porque era una rutina y los jefes protestaban porque me tardaba mucho y estaban acostumbrados a la rapidez. Yo había comenzado a trabajar en el Juárez, los procedimientos en el IMSS eran diferentes. Los pacientes me decían: 'Tengo años en el IMSS y nunca me habían revisado así'; duré poco tiempo, me trataron bien, pero sentí que no era mi camino y regresé a mi hospital.

"La razón por la que estudié cardiología fue porque mi madre tenía una doble lesión mitral de origen reumático y además me gusta. Siempre fui médico con mucha consulta, tenía que cerrar el consultorio a las 10 de la noche y decir que no abrieran para poder hacer las visitas a las doce o una de la mañana para terminar diario en promedio a las tres de la mañana, pero me daba placer; poco a poco fui sistematizando mi trabajo y terminé dando 10 citas, actualmente hace tiempo que no doy consulta; tengo trabajo y felizmente tengo la suerte de soportar. Laboro un promedio de 13 a 15 horas diarias, porque a veces cuando voy al consultorio regreso por la noche al hospital; antes también asistía sábados y domingos, ahora ya nada más los sábados un rato".

En 1985, a causa del sismo de ese año, la torre principal del Hospital Juárez se derrumbó por completo. "A raíz de esto, buscamos lugar donde reubicarlo y coincidió que en el norte de la ciudad no existía ningún hospital de tercer nivel, por lo que se compró el terreno y se realizó la contratación de las constructoras. Había muchos problemas que con el tiempo se subsanaron y al final el doctor Velasco Suárez dio mucho impulso para poder terminarlo, junto con el doctor Kumate, el subsecretario García Pérez y el arquitecto Walter, quien estaba al mando de la constructora de la Secretaría de Salud.

"Como ven, el hospital lo conozco desde que pusieron cimientos. Actualmente, es un hospital moderno con pocos errores, fue difícil, pero en nuestro país no había arquitectos con conocimientos médicos; ahora ya se desarrolla la carrera; en ese momento, yo les decía a los arquitectos: 'Creo que deberían pagarnos por lo que están aprendiendo sobre medicina'. Hay cosas que son muy simples, pero muy importantes; por decir, una barra de madera para proteger los muros, imagínese que tenga un muro falso, pase un camillero y golpee el muro, puede hacer un hoyo; de ahí la importancia de la barra o de una esquina de metal, pero hay cosas más importantes… Simplemente, tuvimos que cambiar las paredes de los quirófanos, porque cada vez que venía un leve temblor se cuarteaban por estar el ladrillo junto a las columnas, entonces hubo que tirarlas y volver a construir, pero ahora dejando un espacio entre columna y pared. Algo similar pasó con el cuarto donde va la planta de cobalto, ésta pesa de seis a siete toneladas, se nos ocurrió escarbar y verificamos que no había columnas debajo, hubo que construirlas para instalar la planta; como ve, se va desconfiando y se va aprendiendo; alguna vez creo que escribiré todas estas experiencias.

"Mi nombramiento como director fue el 1º. de septiembre de 1989, comencé a trabajar hasta el 11 y el hospital se inauguró el 19. La consulta externa comenzó el 23 de octubre, el 15 de noviembre se realizó la primera cirugía y hasta diciembre las primeras radiografías y exámenes de laboratorio, ya que cuando llegamos, el hospital estaba sin terminar, funcionando sólo con 130 camas, y en el lapso de un par de años trabajamos ya al cien por ciento. Actualmente, tenemos 400 camas, de las cuales 14 se utilizan para situar a los residentes; además, contamos con 135 camas no censables de terapia intensiva, ocho de terapia general, cuatro de neurología, cuatro de coronaria, ocho de neonatos y ocho de adolescentes, 20 cunas del cunero fisiológico para recibir al niño sano y una Unidad de Atención a la Parturienta Normal; claro que si llegan de urgencias, a todos se les da servicio de acuerdo con nuestra capacidad; lo que recibimos es principalmente patologías de segundo y tercer nivel.

El organigrama está formado por la Junta de Gobierno, que encabeza el secretario de Salud, y cinco directores generales, más el director general del hospital. Este, a su vez, tiene tres directores de área, uno de investigación, uno de enseñanza y uno administrativo. Un Consejo Técnico por parte de la Secretaría y dos por parte de la Sociedad Médica del Hospital, que son designados por medio de votación y se intercambian cada dos años. Los consejeros titulares tienen sus respectivos consejeros suplentes. El Hospital tiene también con un patronato.

Cuenta con una plantilla de 270 médicos, 303 residentes, 20 extranjeros, 49 especialidades con reconocimiento universitario y alrededor de tres diplomados. Tenemos cuatro pisos de hospitalización divididos en áreas norte y sur, con 50 camas cada una: siete cubículos de seis camas, dos de tres camas y dos de una cama. En cada área hay dos centrales de enfermeras, una jefa, una subjefa y una supervisora de servicio durante todo el día; las enfermeras trabajan diferente a los médicos, ya que son rotadas, y siempre hay el mismo número de ellas a todas horas.

"Somos un hospital sui generis, tenemos las divisiones clásicas: medicina, cirugía, ginecoobstetricia y pediatría, pero aparte contamos con neurocirugía, medicina crítica, paramédica y auxiliares de diagnóstico. En el área de investigación tenemos dos divisiones: enseñanza e investigación, y en el área administrativa hay varias subdirecciones: de recursos materiales, de recursos humanos, de recursos financieros y de mantenimiento. Poco a poco hemos ido aprendiendo a manejar las cosas y algo que nos ha dado resultado es que tenemos grupos preventivos en varias áreas, por ejemplo, en recursos humanos prevenimos y planeamos qué vamos a necesitar para solicitar las cosas con tiempo. Existe una cuadrilla preventiva que va reparando un edificio cada mes, pero si hay una urgencia se repara inmediatamente; esto nos ha permitido mantener el hospital en buenas condiciones. En lo que se refiere a limpieza somos esclavizantes y creo que está mejor que cuando empezamos. Entregaron las instalaciones aparentemente bien, pero en el primer mes hicimos mil 400 reparaciones. Hemos ido avanzando con dificultad, pues pensamos que en seis meses estaría listo todo pero tardamos casi dos años. Es una bonita lucha, un bonito trabajo, un reto interesante y creemos que vamos bien. Recibimos diariamente mil enfer-mos, comenzamos a trabajar a las siete de la mañana y concluimos a las siete de la noche; es muy agradable ver a la jefa de enfermeras como cualquier otra, a los médicos residentes trabajando al mismo ritmo del jefe de servicio.

"Por lo que se refiere a los servicios, tenemos 42 y cubrimos 49 especialidades, lo único que no tenemos como servicio, pero lo damos, es la geriatría. El año pasado dimos 180 mil consultas externas con un promedio de 800 o 900 diarias, algunas veces mil; hacemos alrededor de mil cirugías mensuales, con la idea de que cada vez hacemos más de tercer nivel; ponemos puentes coronarios, marcapasos, válvulas y operamos congénitos; en cirugía general, hacemos laparoscópica y laparoscópica ginecológica; en ortopedia, hacemos arteroscopia en cualquiera de las articulaciones, pues contamos con los equipos y personal para hacerlo; en otorrinolaringología, oftalmología y neurología realizamos microcirugía con técnicas novedosas, porque hemos capacitado personal en el extranjero, sobre todo de neurología, ya que los mandamos a Estados Unidos o Francia; realizamos micro-cirugía en la base del cráneo, aneurismas, cirugía vascular y cirugías conjuntas que requieren de la colaboración de dos, tres o cuatro especialidades y tardan 16 o 18 horas en quirófano, donde los cirujanos y los anestesiólogos se van turnando.

"Contamos con algunas otras áreas que apenas comenzaron a operar, como la de hemodiálisis que cuenta con tres cubículos para trasplante renal; hacemos alrededor de 15 a 20 trasplantes de riñón anuales, principalmente de donador cadavérico. Somos el Hospital que realiza más trasplantes de este tipo. Hacemos trasplantes de córnea, de médula y nuestra meta es lograr trasplantes de corazón, pues contamos con el equipo y el personal, sólo es cuestión de impulsarlo. En radiología tenemos siete salas, cinco generales, una para urología y una para gastroenterología".

Para el buen funcionamiento del hospital, el doctor Vargas comentó que siempre trata de involucrar a todo el personal: "Si vamos a hacer una licitación pido que se encuentre el jefe de servicio para que se- pan cuánto hay y qué es lo que se necesita para que no existan dudas; este procedimiento se realiza en todas las áreas. Si se va a comprar reactivos se pide la participación del personal para solicitarlos. Para que todos tengamos la responsabilidad conjunta. Si hay que comprar mesas de cirugía, que venga el jefe de la división de cirugía, el jefe de cirugía, el de quirófano y la jefa de quirófanos. 'Díganme qué nece-sitamos' y así se hace todo en conjunto.

"El hospital cuenta con un servicio de enfermería excelente, mi lema es: 'Yo no quiero enfermeras que sean la sombra del médico o las sirvientes que obedecen y hacen lo que les dicen, deben tener preparación, capacidad e iniciativa propia.' De tal manera que procuramos capacitarlas arriesgando que se nos vayan, pero no importa, con tal de que estén más preparadas, y ahora puedo decir que cuento con un servicio de terapia intensiva donde la enfermera resuelve el problema agudo mientras llega el médico, con la confianza absoluta. Por ello es que aquí se encuentra la escuela de enfermería que depende de la Secretaría de Salud y funciona bajo nuestro mando, era una escuela técnica y actualmente la hicimos licenciatura con posgrado y cuenta con un número aproximado de 340 alumnos; es muy solicitada y estamos buscando la manera de hacerle su propio edificio dentro del hospital. La capacitación que reciben las compañeras las hace ser 'taquilleras'. Normalmente los cursos que ofrece el hospital cierran las inscripción dos o tres semanas antes y vienen estudiantes de todos los estados e instituciones. Somos campo clínico de 19 escuelas y recibimos personas de muchos hospitales para capacitarse: del IMSS, del ISSSTE o de Pémex y puedo decir que 98 por ciento de nuestros residentes son aprobados por Consejo, es mínima la cantidad que llega a fracasar.

"En el área académica, el Hospital Juárez de México mantiene su calendario anual saturado, pues existe un compromiso con la Sociedad de Cirugía y la Sociedad de Enfermeras. Cuenta con 10 aulas en la Unidad de Investigación y Enseñanza, con un auditorio de 504 y otro de 100 personas, una hemerobiblioteca, una sala de cómputo con 12 máquinas conectadas a Internet, una de medline, así como una biblioteca que apenas comienza.

"Damos cursos de relaciones humanas, de relaciones interpersonales, progreso de la persona, sobre ética y demás; los médicos pueden asistir a otro hospital, les ayudamos y les damos becas, sólo con la condición de que regresen y a veces hago que firmen un papel donde se comprometen a regresar. También realizamos cursos que nos piden de Centro América, por ejemplo, de mastoides o cirugía de oído".

En el caso de la contratación del personal, el doctor Vargas comentó que no se contrata a ningún médico o enfermera, si no cumple con un perfil diseñado por el Consejo Técnico, el cual es obligatorio, y cuando no se cubre se envía una carta con los motivos por los cuales no ingresa; desde luego se debe contar con una especialidad, realizar el examen del Consejo, la membresia de la Sociedad y contar con experiencia académica y de investigación.

Cabe mencionar que el compromiso que tiene el doctor Vargas con el Hospital Juárez lo ha llevado a conocer, por su trato diario, a casi 70 por ciento del personal, pero ello data desde que era médico adscrito, al grado de que cuando fue candidato para director, los trabajadores enviaron dos listas firmadas, una con 400 y otra con 800, en su apoyo; al respecto comentó: "Ahora ya no me quieren tanto, porque soy estricto aunque trato de ser razonable y de entender al médico. Siempre he tenido buena relación con los secretarios de Salud y he recibido su apoyo. Algunos directores de hospitales dicen que soy el consentido y comentan: 'Cómo le hago para conseguir esto' y otro responde: 'Pregúntale a Vargas'. No me quejo, siempre me han dado lo que pido. Tengo apoyo porque siempre justifico lo que pido; creo que me lo dan por tener habilidad de convencer y por trabajar. En realidad mi desempeño no lo siento un trabajo, porque me gusta lo que hago. Hay domingos que quisiera que se terminaran para poder llegar y arreglar los pendientes… y más si son con el sindicato y tengo que hablar con él el martes, aunque prefiero que sea el mismo lunes….

"Me dicen que ya es ahora de que descanse; en lo personal me gustaría que viniera gente joven con bríos y nuevas ideas, pero con la condición de que quieran mucho al hospital, pero todavía hay muchos proyectos para él, uno de ellos es el intercambio de los residentes con universidades de Estados Unidos y lo que quiero es que sea un intercambio de tú a tú, no que reciban a los residentes como los niños pobres; yo se los hago cirujanos y ellos que me los hagan sabios.

"Otro proyecto es el de trabajar con la comunidad, tenemos pocas acciones, y es algo que queremos impulsar, por ejemplo, ciclos de información sobre las patologías más frecuentes, dedicando un día al paciente diabético, también se realiza un estudio oftalmológico y en caso necesario se le canaliza, no les cobramos y eso lo hacemos un sábado al año; pretendemos hacer ciclos donde por asistir se les dé diploma, de acuerdo con el número de pláticas a las que asistan. Tenemos en consulta externa los buzones para tener mayor contacto con los pacientes y curiosamente a veces en el mismo día un médico es felicitado y otra le hacen recuerdos familiares. También, como parte del acercamiento con la comunidad, quisiéramos implantar una credencial que acredite a los pacientes miembros del Hospital Juárez, como una membresia.

"Hay hospitales a los que damos apoyo con la mejor disposición, lo único que pedimos es que realicen una solicitud adecuada con un determinado formato. Pueden pedir una resonancia, pero indicando lo que ellos hicieron y el diagnóstico que dan, pues hubo épocas en las que algunas instituciones nos pedían las resonancias porque les salía más barato hacerla con nosotros que hacerla ellos; entonces ahora traen lo que se les pide y les enviamos el estudio, e igual en cualquier consulta de investigación, les ayudamos hacer protocolos de investigación y a decidir cómo se puede desarrollar; incluso hemos llegado a organizarles programas de pláticas de capacitación y actualización, es decir, que estamos en la mejor disposición. Aunque a veces he tenido observaciones por parte de la contraloría porque estamos operando hasta los 30 días y respondo que qué bueno que no revisaron otro servicio, ya que a veces opero hasta los cuatro meses y eso es porque nuestra capacidad está al máximo, y así deseamos continuar".

Cabe destacar que los cuidados realizados por el doctor Vargas y su personal dan al hospital un aspecto de institución privada de lujo y que ahora que se ve más lejos que nunca del Hospital Juárez "del Centro". Hemos de decir que aquí se festejó el aniversario 150, con la realización de un congreso, la emisión de un timbre postal y una medalla conmemorativos, así como un concierto de gala en el Palacio de Bellas Artes, además de la ya clásica ceremonia en recuerdo a los fallecidos en las anteriores instalaciones del hospital. Todo ello organizado por el doctor.

El doctor Vargas Martínez ha dado cerca de 300 conferencias en el ámbito nacional e internacional, cuenta con alrededor de 30 publicaciones sobre hipertensión arterial, betabloqueadores, diuréticos y antagónicos del cáncer. Es miembro titular de la Sociedad Mexicana de Cardiología desde 1975, del Consejo de Cardiología desde 1979, y la Sociedad Mexicana de Angiología, de la Sociedad contra la Hipertensión Arterial, de la Sociedad Mexicana de Investigación, y de otras como la de Calidad de los Hospitales; actualmente, acaba de terminar un libro sobre la historia del Hospital Juárez enfocado a los logros del nuevo nosocomio.

En el aspecto familiar también tiene una vida plena, está casado con la pediatra Alicia Rosales Rodríguez desde hace 42; tiene tres hijos: un odontólogo, una pedagoga y un ingeniero. Por todo ello se siente orgulloso y feliz.