Ignacio Chávez: Marca Indeleble en la Educación, la Ciencia y la Cultura


Con motivo del centenario del natalicio del doctor Ignacio Chávez Sánchez el gobierno y el pueblo de México, así como instituciones a las que el maestro dedicó su esfuerzo, organizaron una serie de homenajes al hombre, al científico y humanista que a la edad de 23 años asumiera la responsabilidad de la rectoría de la universidad de su estado natal (nació en Zirándaro, Michoacán, hoy Guerrero), la Universidad San Nicolás de Hidalgo.

La primera de estas actividades orientada al reconocimiento de uno de los personajes más importantes del presente siglo en nuestro país en la educación, la medicina, la cultura y el humanismo, fue organizada en el Instituto Nacional de Cardiología ``Ignacio Chávez'', para que posteriormente la Universidad Nacional Autónoma de México hiciera lo propio, ya que la huella del maestro es para la institución un hito en su devenir histórico.

Así, el doctor Ignacio Chávez Rivera, actual director del Instituto Nacional de Cardiología e hijo de este personaje ejemplar, señaló que en el año de 1924 surge la reforma médica que ve la luz en el Hospital General de la Ciudad de México, pues es ahí donde a su juicio se inicia el desmembramiento de la medicina general para ceder paso a las especialidades, donde la primera en nacer en ese año fue la de Cardiología, en el Pabellón 21, bajo la responsabilidad del joven médico de 27 años, Ignacio Chávez Sánchez, quien poco tiempo después, sería nombrado director del Hospital General. En 1933, asumió la dirección de la Escuela Nacional de Medicina de nuestra Universidad y dos años más tarde, en 1935, el maestro funda la Sociedad Mexicana de Cardiología; más adelante, colabora activamente en la fundación de la Sociedad Interamericana de Cardiología, actualmente Sociedad Internacional de Cardiología. Para 1944, el doctor Ignacio Chávez ve cristalizarse el proyecto por varios años idealizado, el Instituto Nacional de Cardiología, del cual fuera director desde ese año hasta 1961, fecha en que es nombrado rector de la UNAM.

Asimismo, en esa primera sesión dedicada al doctor Ignacio Chávez, el doctor Manuel Cárdenas Loaeza, jefe de la División de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Cardiología, resaltó los valores excepcionales del fundador del Instituto Nacional de Cardiología, quien a decir del doctor Manuel Cárdenas, tenía no únicamente una sólida preparación, sino una vocación médica que lo llevó a vivir intensamente la práctica hasta convertirlo en un motor de cambio para la atención del enfermo y para la transformación de los hospitales.

Por su parte, el doctor Francisco Barnés de Castro, rector de la UNAM, dijo, al rendir homenaje en el campus universitario al doctor Ignacio Chávez Sánchez, que al igual que el doctor Guillermo Soberón, considera al homenajeado como varón justo y generoso, científico insigne, educador magno, pensador lúcido, dueño de una privilegiada pluma, hombre probo y mexicano devoto, quien además, sembró en su camino conocimientos e ideales, formando hombres no sólo con una buena preparación técnica o utilitaria, ajena a la superficialidad y apegada a la formación científica, hombres con una rectitud moral y una formación ética y humanística, que finalmente son el reflejo entre el decir y el hacer que caracterizó al doctor Ignacio Chávez.

Al hacer mención de la obra de Ignacio Chávez Sánchez como universitario, el rector de la UNAM recordó que ``en 1933, fue electo por aclamación director de la Facultad de Medicina y a su paso por ella se hizo presente de nuevo su espíritu de gran reformador; por un lado, creó los primeros cursos para posgraduados y modificó el plan de estudios en su estructura y en su metodología pedagógica. Por otro, recaudó los fondos necesarios para restaurar la fachada arquitectónica de la entonces sede de dicha Facultad, el Palacio de la Inquisición en la Plaza de Santo Domingo, para modernizar el edificio que albergaba los laboratorios para prácticas médicas y para adquirir el equipo y material que permitiera adecuar estos laboratorios a los nuevos planes de estudio. Además de organizar y ordenar la biblioteca, habilitándola para ampliarse, creó también la hemeroteca.

``En poco tiempo la Facultad de Medicina se abrió a la luz de la enseñanza y al espacio físico; en ella el doctor Chávez esperaba que cada maestro fuera como un arquitecto de virtud ciudadana y de honradez espiritual, y que cada alumno fuera el escultor esforzado de su propia vida en la recia disciplina del trabajo, sin ataduras en la mente, inquieto, rebelde pero respetuoso.

``Desde su posición de director se reflejó al visionario que ve que la plétora estudiantil y la falta de recursos terminan con la disciplina en la razón y con el respeto a la Universidad y a los maestros.

``El 13 de febrero de 1961 tomó posesión como rector de nuestra Universidad. El doctor Ignacio Chávez soñó con otra Universidad, puso sus ideales al servicio de la misma y nos enseñó que para lograr algo `los ideales del hombre deben ir más allá de sus fuerzas'.''

El doctor Francisco Barnés terminó su intervención citándolo con una frase que consideró de gran actualidad: ``País que eleva sus niveles intelectuales y crea la confianza de sus hombres en sus propias capacidades, es un país que se muestra capaz de resolver los problemas nacionales''.

Más adelante, en el homenaje universitario rendido al hombre universal, el doctor Ramón de la Fuente, director del Instituto Mexicano de Psiquiatría y profesor emérito de la Facultad de Medicina, consideró que ``Ignacio Chávez hizo su entrada en la escena pública en la tercera década de este siglo, nuestro país pugnaba por definir su identidad y había llegado el momento propicio para que los mejores espíritus expresaran potencialidades creativas que habían permanecido latentes. Hombres como Antonio Caso, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, José Clemente Orozco e Ignacio Chávez, escribieron, cada uno de ellos en su propia lengua, vibrantes páginas de nuestra historia contemporánea.

``Conocí a Ignacio Chávez cuando era ya un maestro cuya reputación trasponía nuestras fronteras y tuve la gran fortuna de que a lo largo de muchos años, me distinguiera con su amistad.

``El maestro Chávez fue un hombre de estatura intelectual y moral fuera de lo común. Su atractivo radicaba, en parte, en la penetración de sus juicios y su forma lúcida y directa de analizar problemas y proponer soluciones. Era fascinante escucharle cuando desplegaba sus argumentos con un orden estricto y una lógica impecable, envueltos en un lenguaje tan firme y tan pulido como mármol.

``No menos atrayente que su inteligencia poderosa, era el aspecto humano de su personalidad: cálido y persistente en sus afectos, compasivo ante el dolor e imperturbable en las situaciones más adversas.

``Su gran poder de persuasión dimanaba no sólo de la claridad de su pensamiento, sino del vigor que adquieren las palabras cuando alguien las dice comprometido con ellas en forma ilimitada.

``Se ha dicho, y no sin razón, que era un hombre intransigente. Yo diría más, la intransigencia estaba en la raíz de su carácter en cuanto a que nunca cedió ante quienes simulaban ser poseedores de la verdad, no transigió con esa clase de personas que por negligencia piensan que las cosas están bien como están, ni fue tolerante con quienes sacrifican sus convicciones al logro de ventajas personales. Su pasión por la justicia le ocasionó no pocos conflictos. Por lo demás, diría que fue un hombre comprensivo y sumamente generoso''.

Según el titular del Instituto Mexicano de Psiquiatría al maestro Chávez le asedió la idea de que la investigación científica y la enseñanza de la especialidad, a la que dedicaba su vida, podían estar en nuestro país a la altura de las mejores del mundo. Pensó que era necesario atraer a grandes científicos y dotarlos de los medios de trabajo apropiados. Por eso, cuando en 1944, abrió sus puertas el primer instituto de cardiología en el mundo, presentó a las naciones una imagen inesperada de México. Conjuntando la asistencia hospitalaria, la enseñanza y la investigación, se había elevado la cardiología a niveles de excelencia. Ha sido motivo de legítimo orgullo que nuestro país alcanzara el liderazgo mundial en un campo de la medicina y señalara a otros países más avanzados el camino a seguir. La reputación del Instituto de Cardiología pronto llegó a ser muy grande. A juicio de cardiólogos muy eminentes, con él se inició una nueva etapa en la historia de la Cardiología. Al Instituto acudieron entonces jóvenes médicos de todo el mundo en busca de una formación integral y de la técnica más avanzada.

Al término de la semblanza del prominente cofundador de El Colegio Nacional, el doctor Ramón de la Fuente resaltó que en Ignacio Chávez "se dio en forma excepcional la conjunción del ideólogo y del hombre de acción, del científico y del humanista. Fue un hombre que pensó que las acciones individuales sólo adquieren su verdadera dimensión cuando se encauzan al logro de las grandes metas colectivas y que sólo quienes se elevan por sus propios méritos, merecen guiar a los demás. Con su ejemplo inspiró a otros a creer que es posible convertir los ideales tópicos en realidades magníficas'', finalizó Ramón de la Fuente.

Sobre el desempeño que Ignacio Chávez Sánchez tuvo como rector de la UNAM, el doctor Guillermo Soberón destacó que la obra del insigne maestro incluyó a nivel institucional diagnósticos, planes y estrategias que contribuyeran a un desarrollo superior de las actividades universitarias. Así, trabajó en favor del examen de admisión para ingreso a la UNAM; amplió instalaciones y se construyeron en su momento las preparatorias de Tacubaya, Coyoacán, la Viga, Mixcoac e Insurgentes Norte; realizó interacciones con instituciones pares como la ANUIES, instituciones de enseñanza superior y con las autoridades educativas correspondientes, a fin de lograr una adecuada planeación de la educación superior a nivel nacional; asimismo, atendió a la mejor formación de los profesores, piedra fundamental en los quehaceres de la UNAM, los cuales contemplan la actualización de los docentes y la preparación de nuevos cuadros.

``Hacia 1964, el cuarto año de su periodo, la acción renovadora de su gestión ya se había dejado sentir en amplios y variados frentes de la institución. A más de los aspectos antes referidos, produjo sendos estatutos para los investigadores, para los profesores y para los trabajadores administrativos; obtuvo incrementos importantes al presupuesto institucional; se consiguió un donativo cuantioso de la Fundación Rockefeller para equipar el departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina y se obtuvo un crédito internacional que permitió una importante inversión en equipo científico para varias dependencias universitarias. También se restauró el Templo de San Agustín que albergaba a la Biblioteca Nacional; se descentralizaron los servicios escolares; se impulsó el Centro de Cálculo Electrónico; se dotó de equipo moderno a los laboratorios de enseñanza de lenguas extranjeras; se abrieron el Centro Médico Universitario y la Guardería Infantil; Radio Universidad inauguró una nueva planta emisora; la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria organizó un piso destinado a conservar y poner en servicio diversos archivos históricos que se donaron a la Universidad; la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria se hizo de la Granja Agropecuaria Experimental de Cuatro Milpas en Tepozotlán; el Instituto de Física instaló un acelerador Dinamitrón de tres millones de voltios y un esteroespectrómetro de masas; la División de Estudios Superiores, que se ocupaba del posgrado en las distintas facultades, sistematizó planes y programas para los niveles de divulgación, especialidad, maestría y doctorado; en fin, se revisaron planes de estudio y se innovaron métodos de enseñanza; se crearon las facultades de Química y Contaduría a partir de las escuelas correspondientes. La lista es prolija, mas lo enumerado da idea de la incesante actividad desplegada para mejorar el desempeño de la máxima casa de estudios.

``En el vértigo de su intensa actividad, su gestión como rector no había impedido que diera cauce a tareas académicas en las que él estaba directamente involucrado. Así, participó en congresos, sustentó conferencias y fue objeto de numerosas distinciones. En efecto, durante el lustro que fue rector pronunció 64 discursos sobre diversos temas de la problemática universitaria, siempre con la exhortación a los universitarios de pugnar por ser mejores y 42 dos disertaciones sobre variados temas de actualidad en distintos ámbitos; dictó 11 conferencias y cursos breves en el país y 12 en el extranjero; participó en dos congresos nacionales y cinco internacionales; presentó 27 comunicaciones formales en diferentes reuniones; diez sociedades y academias científicas de otros países lo acogieron en su seno y las universidades de El Salvador, Turín, Sonora, Carolina de Praga, Hankuk de Corea del Sur, Real y Pontificia de Santo Tomás de Manila y Bolonia le confirieron el grado de Doctor Honoris Causa. Esta febril actividad académica fue congruente con un hombre de espíritu esencialmente académico y, a más de ser ejemplar para sus colegas universitarios, denota el perfil institucional que Chávez buscó tozudamente imprimir a la Universidad'', finalizó el ex rector, doctor Guillermo Soberón.

Para finalizar, cabe señalar que además de los homenajes, tanto del Instituto Nacional de Cardiología como de la UNAM, se llevaron a cabo también una ceremonia en la Rotonda de los Hombres Ilustres en el Panteón Dolores; una sesión solemne del Congreso del Estado de Guerrero en la plaza principal de Zirándaro de los Chávez, Guerrero; la develación del busto y estatua del doctor Ignacio Chávez en el auditorio de El Colegio Nacional y en Prolongación San Fernando, Tlalpan, respectivamente. Asimismo, se realizó una sesión solemne del Congreso del Estado de Michoacán en el Recinto Legislativo y varios actos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en el Antiguo Colegio de San Nicolás y otros sitios en Morelia, Michoacán. Los homenajes concluirán con una sesión homenaje de la Academia Nacional de Medicina y una presentación de la colección conmemorativa de las obras del doctor Ignacio Chávez, en el patio central del Museo de la Ciudad de México.

Dichos actos conmemorativos fueron organizados por el Comité encabezado por Juan Ramón de la Fuente; Rafael Camacho Solís; Guillermo Soberón; Angel H. Aguirre Rivero; José Sarukhán; Jaime Martuscelli Quintana; Adolfo Martínez Palomo; Ignacio Chávez Rivera; Alejandro Cravioto; Enrique Piña; Carlos Zamora G.; José F. Guadalajara; Thomas Ryan; Eduardo Salazar; Edgardo Escobar; Fausto Attié; Víctor Manuel Tinoco Rubí; Roberto Robles Garnica; Salvador Galván Infante; Francisco Esquivel; Pelayo Vilar; Juan Rodríguez Argüelles; José Luis Ramírez Arias; Jorge Mancebo del Castillo; Rubén Bojorges Bueno; Elliot Rapaport; Marco Antonio Martínez Ríos; Teobaldo González Palacios; Adrián Pineda Ochoa; Xicoténcatl González; José Luis Damián; Virgilio Bermúdez; Roberto Zozaya y Cuauhtémoc Valdés Olmedo.