La segunda sala muestra, de una manera más convencional, el cuerpo;
dividiéndolo en segmentos, cabeza y cuello, con todas sus re-giones y
subregiones; el tronco, dividido en abdomen y tórax, con su sistema
nervioso, vascularización, inervaciones, huesos y músculos, así como sus
articulaciones y el resto de los órganos que lo componen: ojo, boca, oído,
etcétera; miembros superiores e inferiores, más una sección de anatomía
comparada, que no pretende estudiar animales sino seguir las fuentes
evolutivas hasta llegar al hombre.
Como dijera Jorge Luis Borges: ``El Aleph, ...el lugar donde están, sin
confundirse, todos, ..., vistos desde todos los ángulos...'', de esta manera
podría observarse el Museo de Anatomía de la Facultad de Medicina, del
cual no existe otro igual hasta el momento, ya que sus muestras se basan
en la anatomía normal y no en la patológica (salvo en casos
excepcionales), como es el caso de algunas otras instituciones. Ante tal
hecho, la doctora Georgina Montemayor, encargada del Museo, permitió
a la Gaceta realizar un recorrido por este centro destinado al
conocimiento.
La vitrina de los dos esqueletos es la más solicitada del Museo, comentó
la doctora Montemayor; ``llama la atención de todos los visitantes, pues
muestra los extremos de desarrollo que define o representa las diferencias
culturales. En otras condiciones, por ejemplo en Estados Unidos, un
esqueleto como el del gigante, no representaría nada frente a uno que
fuera de un jugador de la NBA, donde esta estatura es común''. La
estatura del hombre se encuentra regulada por la osificación de los
cartílagos que permite el aumento de tamaño de los huesos; gracias a este
proceso es que se da el crecimiento. El otro esqueleto, también dentro de
dicha vitrina, representa a un enano acondroplásico; a de privativo,
condro de cartílago y plásico de forma, el cual muestra un problema de
osificación temprana que no le permitió crecer.
Existen varios tipos de enanos, el que carece de la hormona del
crecimiento presenta huesos y cráneo pequeños; este problema
actualmente se trata inyectando una hormona sintética al cuerpo; en
tanto, que el segundo tipo, es el clásico como el de los enanos de circo,
en los cuales la osificación resulta temprana y la cabeza sigue creciendo.
Este tipo de enano es al que representa el de la vitrina; mientras que en
el caso del gigante, sucedió lo contrario, la osificación se dio tardíamente.
En la segunda sala, otro punto de atención lo constituye el área de
anatomía comparada, donde se muestran cabezas de bovino, equino y de
mono araña, que muestran el mismo número de huesos que el cráneo
humano. La coordinadora del Museo aseveró que el objetivo de la pequeña
muestra permite al visitante ver cómo han evolucionado algunas
estructuras corporales del hombre; asimismo, da la oportunidad de
precisar la cercanía que tiene el hombre con especies como las del mono,
pues muestra las diferentes disposiciones de la región olfatoria: en unas
más cortas que en otras, así como la posición de los ojos, ``que en
nosotros se encuentra al frente, como en el mono araña; y no a los lados,
como en los equinos o bovinos'', añadió. Esta vitrina se acompaña de
encéfalos de rata y cortes cefálicos de tiburón.
Los orígenes del Museo se remontan a las salas de material de apoyo para
profesores, recordó la señora Lidia Velazco García, encargada de realizar
los servicios de asistencia para los estudiantes del museo, ``el lugar era
más reducido que esto, se ocupaban las aulas 406 y 407; posteriormente,
el doctor Salvador de Lara, en su época de jefe, pidió las vitrinas en
funciones a la ahora Dirección de Obras y Servicios Generales de la
UNAM, y en los años ochentas se inaugura lo que hoy conocemos como
el Museo de Anatomía. El servicio de préstamo a profesores se continuó
dan-do, pero posteriormente este material fue trasladado al quinto piso,
donde se encuentra actualmente''.
Por su parte, el doctor Salvador de Lara comentó que anteriormente, al no
existir las resinas, los modelos se fabricaban en cera y yeso, provocando
constantes pérdidas de piezas, tanto por ruptura como por ``robo'' de las
mismas. Tal hecho provocó, en aquel entonces, la reorganización física y
funcional de dicho material, porque no sólo los estudiantes solicitaban el
material, ya que con el tiempo, gente que no era de la Facultad, las
requería, agregó. Así, teniendo como antecedentes estos elementos, el
doctor Salvador de Lara pensó en darle difusión al conocimiento
anatómico, lo que atribuyó al origen del Museo. En opinión de la doctora
Montemayor, encargada del Museo de Anatomía, la importancia de este
Museo radica en que la población en general requiera de
conocer el cuerpo
humano, el cual puede ver y tocar, lo que sin duda mejora el
conocimiento, incluso de ellos mismos.
Cabe mencionar que el Museo de Anatomía cuenta con una importante
colección de piezas de cera francesa del siglo pasado, únicas en nuestro
país. Dichas piezas fueron encargadas por el doctor Leopoldo Río de la
Loza director de la Escuela de Medicina, de aquel tiempo a la Escuela de
Medicina de París 1873, y que fueron realizadas por el artista T. Vasseur.
Ante las necesidades de seguir actualizando la biblioteca y la compra de
equipo médico y quirúrgico, el doctor Río de la Loza pensó en adquirir
material didáctico que permitiera a los alumnos una mejor formación. Así,
las piezas francesas arriban al puerto de Veracruz, a bordo del vapor
``Ville de St. Nazaire'', a finales del mes de junio del año siguiente,
cuando desafortunadamente el doctor Río de la Loza había fallecido; en
su lugar, las recibe el nuevo director, el doctor Rafael Lucio. En aquella
época el costo de las piezas ascendió a 4 mil 261.71 francos, los cuales
fueron objeto de discusión porque originalmente el cargamento enviado
por el representante de México en Francia, el señor Juan González
Asúnsulo, había dirigido los objetos equivocadamente a la Escuela
Nacional Preparatoria, a la cual se le pedía cubrir el importe.
Con el material francés en México, las enfermedades dermatológicas
fueron objeto de minuciosos estudios a lo largo de la segunda mitad del
siglo XIX. No es difícil pensar que siendo las lesiones visibles, el
diagnóstico progresara a mayor velocidad que con el que lo hacía de las
enfermedades de los órganos internos. En aquel tiempo, la Escuela de
Medicina orientaba a la enseñanza fundamentalmente hacia el
conocimiento clínico, pero no siempre se disponía de los enfermos para
estudiar una enfermedad en particular, y menos aún una gran variedad de
males relacionados entre sí. Luego entonces, se empleaban modelos de
cera que reproducían las lesiones con gran fidelidad.
En 1874 el mundo se encontraba con una gran efervescencia intelectual,
cuando derrocado el segundo imperio y restablecida la República, se pudo
combinar un nacionalismo científico con la posibilidad de acceso a la
ciencia europea.
Las piezas, objeto de nuestro reportaje, además de ser una obra de arte,
muestran fielmente la situación patológica de la época y los estragos que
puede causar la industrialización. Los modelos de cera resultaron un
catálogo donde se podía y se pueden consultar tumores y degeneraciones,
lesiones patológicas de huesos, corazón y vaso, cálculos diversos,
patologías pulmonares y urinarias, entozoarios, ovología y embriología,
oftalmología, feratología, heridas, aneurismas, atrofias e hipertrofias,
dermatosis y quistes, entre otras patologías. Una parte de este juego de
piezas se muestra en el Palacio de Medicina y otra en el Museo de
Anatomía; en este último, se pueden encontrar piezas normales, sin
patología, de miembros inferiores y superiores, así como cien ojos que
presentan diferentes anormalidades.
La exhibición de modelos se encuentra clasificada en: modelos de plástico
o resinas, las cuales se adquirieron hace tiempo con empre-sas
norteamericanas y alemanas; y otro, los biológicos u óseos. Estos últimos
los trabaja el departamento de Anatomía especialmente para el Museo a
través de sus talleres de plásticos y esqueletopexia (conservación ósea).
Las técnicas utilizadas para conservar las piezas son principalmente la
técnica de carbowax, la técnica de gliserinado para las articulaciones y la
técnica para la conservación del material óseo. El material de este tipo con
que cuenta el Museo se rescata de los ca-dáveres de disección, que una
vez trabajados en su totalidad son enviados al taller de conservación,
donde es retirado todo el tejido blando que pudiera quedar.
Cabe resaltar que en estos talleres se realizan investigaciones para la
conservación de las piezas, principalmente cuando son especiales, como
es el caso de las ceras del siglo pasado, donde se probaron varias
téc-nicas. Al respecto, la doctora Montemayor comentó que la técnica
utilizada en las piezas de cera, dada su antigüedad, es muy especial, hasta
el grado de tener que recurrir a la contratación de conservadores
especializados en piezas religiosas, ya que éstos son los únicos que
conocen la técnica; ``además, agregó, el elevado costo provocó que el
departamento hiciera una investigación minuciosa al respecto, obteniendo
beneficios y mayores resultados para el Museo".
El Museo de Anatomía, en su primera sala, cuenta con exposiciones
temporales y tiene como objetivo principal tratar los temas que en ese
momento marca el plan de estudios de la carrera, a fin de que los jóvenes
asistan al Museo a complementar la información del profesor. Además, el
Museo cuenta con servicios de apoyo y aprendizaje, como son: exhibición
permanente de modelos anatómicos biológicos y naturales, modelos
interactivos, sala de estudio, proyección de videocintas, préstamo de
diapositivas y visitas guiadas.
Los juegos interactivos, comentó la doctora Georgina Montemayor, son
muy solicitados por la ayuda que proporciona al estudiante en general.
Ellos permiten trabajar correlacionando elementos anatómi-cos con sus
respectivos nombres o sólo ayudan a conocerlos y situarlos. El Museo en
su totalidad toma la función de sala de estudio, por su diseño y fácil
acceso a las bancas, permite al estudiante desarrollar el estudio con
tranquilidad. El acervo de diapositivas está integrado por imágenes
rescatadas de los principales libros que marca la bibliografía básica de la
asignatura, constituyéndose con 10 series de Lockhart y Hamilton, 10
series de Grays y Mayo Gross, 5 series de Metter y de L. Barr, todas a
disposición de los alumnos.
El servicio de videocintas cuenta con 21 películas, que originalmente se
encontraban en formato super-8 y que al actualizarse el Museo, se
transfirieron a videocinta. Los temas grabados se refieren a la
neuroanatomía, órganos de los sentidos y su sistematización, sistema
nervioso periférico, pares craneales, cráneo, cara, cuello, eje vertebral,
raquis y pelvis, región cutánea, muslo y rodilla, pierna, pie, garganta,
arterias, venas y nervios, paredes del tórax y diafragma, glándula
mamaria, aparato respiratorio, corazón, hombro, axila, brazo, codo,
antebrazo, muñeca, mano, mediatino, cortes de tórax, paredes del
abdomen y pelvis, abdomen inframesocó-lico y supramesocólico, yeyuno
e ileón, colón, peritoneo, esófago abdominal, estómago, bazo, región
celiaca, hígado y vías biliares, duodeno y páncreas, retroperitoneo,
glándulas suprarrenales, recto, aparato geni- tal masculino y femenino y
muchos otros temas.
Durante 1996, el Museo de Anatomía recibió 3,505 visitantes y 101
peticiones de diversas instituciones para visitas guiadas. Al respecto, la
señora Lilia Velasco co-mentó que los visitantes varían en edad y grado
escolar, pues asisten desde niños de kínder hasta estudiantes de otras
profesiones.
La señora Lilia Velasco apuntó que todos los visitantes expresan
admiración y entusiasmo al entrar al Museo, especialmente los pequeños,
de los cuales re-cordó: "se alegran cuando se les presta el material óseo
para que lo conozcan, toquen y manipulen". La señora Lilia ha sido fiel
testigo de generaciones egresadas de la Facultad, pues algunos asisten
al museo desde la preparatoria, o desde su primer día de clase de
anatomía, hasta el día que regresan por su carta de no adeudo de
material, requisito necesario para la titulación. Por su parte, la doctora
Montemayor agregó que las visitas guiadas varían de acuerdo con el nivel
e interés del visitante, ``algunos piden temas específicos, mientras que a
otros se les explica todo'', señaló.
Finalmente, la doctora Georgina Montemayor aseveró que la necesidad de
actualizar el museo, y la preocupación por atender las necesidades
educativas de los estudiantes en esta asignatura de anatomía, los ha
llevado a tratar de incorporar todos los recursos educativos y tecnológicos
posibles, como son los programas anatómicos por computadora, que se
encuentran en el departamento de Cómputo de la FM. Su afán por difundir
la riqueza del Museo también ha llevado a desarrollar un presentador, el
cual pretenden llevar en sus viajes por la República para dar a conocer el
trabajo realizado en FM.