Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 febrero 2006
Facultad de Medicina UNAM

Nuevos proyectos académicos

Los alumnos de primero y segundo años
realizan prácticas comunitarias

  • Un proyecto institucional en el que participa toda la Facultad
  • Proyecto coordinado por el Departamento de Salud Pública en conjunto con la SEP, la DGP y la DGCCH

Los días 16 y 17 de enero algunos grupos de primer año realizaron la práctica comunitaria que corresponde al proyecto institucional titulado “Salud en el escolar: evaluación de la agudeza visual”, donde visitaron seis escuelas primarias públicas de las Delegaciones Tlalpan y Coyoacán. Cabe mencionar que las prácticas comunitarias son un proyecto institucional por cuyas características la Coordinación se dejó al Departamento de Salud Pública.

Para obtener mayor información sobre este proyecto, la Gaceta entrevistó a los dos personajes principales involucrados, los doctores Lilia Macedo de la Concha, jefa del Departamento de Salud Pública, y Jesús Santiago Reza Casahonda, coordinador de Prácticas Comunitarias, Difusión y Servicio del mismo Departamento.

La doctora Macedo, al explicar antecedentes, motivos y desarrollo de este proyecto institucional, donde participan la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Dirección General de Preparatorias (DGP) y la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades (DGCCH), dijo que el ser este un proyecto institucional es importante porque es una obligación de todos los involucrados en la formación del médico, a lo que agregó: “No es sólo beneficio de la salud pública que ellos salgan a la comunidad, sino de todas las asignaturas, porque esta actividad es una buena estrategia educativa integradora que favorece que el alumno oriente su aprendizaje, lo pueda consolidar y organizar.”

Aseveró que dentro de la formación médica el estudiante está más orientado hacia la enfermedad que hacia la salud, por ello este proyecto de “Prácticas comunitarias” permite que el alumno confronte lo que ve en el aula con la realidad, y trabajar más con la salud que con la enfermedad, porque asiste a poblaciones sanas donde hay mayor posibilidad de hacer prevención.

Comentó que otra de las ventajas del proyecto es que permite que lo que van aprendiendo los alumnos dentro del aula se aplique de inmediato y así se logre un aprendizaje más duradero. Por otro lado, el estudiante también comienza a desarrollar un compromiso social, en donde se da cuenta de la importancia que tiene la práctica profesional. De esta manera, la Universidad y la Facultad de Medicina cumplen con labor social.

Como antecedente, la doctora Macedo comentó que desde que se fundó su Departamento —que este año cumple 50 años— tomó en consideración el trabajo comunitario.

“A 50 años de nuestra fundación estamos retomando el trabajo comunitario. Esto tiene un significado emotivo. En algunos planes de estudio se hicieron esfuerzos en este tipo de trabajo y se perdió hace 15 años. Puedo decir que muchos profesores de salud pública, de manera independiente y por iniciativa propia, han trabajado en prácticas comunitarias. El hecho de que ahora haya un proyecto institucional va a permitir a la institución también tener otra alternativa educativa que permita el logro de muchas cosas, y el programa educativo se va a ver muy beneficiado con el proyecto, pero también se va a ver beneficiada la sociedad, porque tendremos recursos para la salud tempranamente.

“Nosotros creemos en todas las bondades del mismo, es complejo, porque el número de alumnos es muy grande —aproximadamente mil 800 en esta ocasión— y las posibilidades para poderlos sacar son complicadas. El plan de estudios, como está organizado en este momento, no lo permite; sin embargo hemos logrado el apoyo de la institución y los jefes de los demás departamentos y coordinadores de enseñanza, los cuales han favorecido de manera importante el que el proyecto se vaya logrando.”

Comentó que el programa inició el año pasado con cuatro grupos de primer año y cuatro de segundo, como un proyecto piloto. Hoy participan 12 grupos de primero y 13 de segundo años.

“El hecho de que hubiéramos comenzado con un programa piloto se dio el año pasado y sirvió para darnos cuenta de las posibilidades de sacar a los alumnos. El resultado en el entusiasmo de los profesores y alumnos permitió el aumento de grupos. Cabe señalar que los profesores decidieron participar, nosotros no lo pedimos, lo que hace que el proyecto sea más exitoso, porque ellos tienen interés en desarrollarlo y están convencidos.

 Respecto a las complicaciones de salida, comentó que para la FM y para la UNAM sacar a los estudiantes a otros ámbitos implica mucha responsabilidad, porque aunque finalmente sabemos que los estudiantes van a los hospitales, la Facultad tiene que cubrir una serie de requisitos para que la seguridad de los alumnos no se ponga en juego.

“El trabajo logístico es complicado, se debe partir de la Facultad, ver quiénes van, quiénes regresan, darles seguro de vida para esta salida, asegurarnos de que todos los muchachos que van tiene consentimiento informado por parte de sus padres, si son menores de edad también solicitamos el permiso. Sabemos que por el hecho de entrar a la Facultad de Medicina los padres aceptan los programas educativos que sea necesario cumplir; de todas maneras buscamos que todo aquello que pueda ser un riesgo para el alumno y para la institución sea cubierto, de tal modo que tengamos la tranquilidad de que el trabajo que realizamos sea seguro para la institución y, sobre todo, para los estudiantes. Claro que todo ello implica mucho trabajo, esto no nos preocupa, siempre que obtengamos buenos resultados.”

Sobre la relación profesor-alumno, afirmó que ésta ayuda mucho en esa interacción.
— ¿Qué pasa con el resto de los grupos que no están participando?
“Bueno, ya ha habido quejas. Lo que pasa es que en este momento estamos revisando las posibilidades y el recurso para poderlos sacar, pues queremos garantizar la formación y, muchas veces, por querer abarcar a todos los grupos y en todas las condiciones, podemos generar, más que una buena formación, una mala experiencia para los alumnos y para la institución.”

Comentó que durante el tercero y el cuarto años de la carrera hay prácticas; en la materia de salud pública III: epidemiología clínica, los profesores tienen a sus alumnos en contacto con pacientes para aplicar los conocimientos, por ello están ubicados en los hospitales; en la asignatura de salud pública IV: salud en el trabajo y en el anciano, los profesores llevan a sus alumnos al tipo de comunidad que están revisando en ese momento, en empresas para ver salud de los trabajadores y estancias o asilos de ancianos. “Sin embargo, debemos pensar en un proyecto que abarque a toda la población estudiantil, nada más que en este momento en que nos encontramos en la revisión del Plan de Estudios, estamos caminando con pasos firmes y muy bien orientados para que el paso que se dé, tenga éxito”.

— ¿Por qué desaparecieron las prácticas?
“Una de las cuestiones que sesgó las prácticas comunitarias fue que se comenzaran a trabajar prácticas en computadora y ejercicios en el aula, y el que no se diera un programa especifico comunitario o que se estableciera dentro de los objetivos del Plan Único de Estudios. En el plan de estudios anterior existía un área que se dedicaba a las prácticas comunitarias, con problemas, como todo, pero también podía pensarse que los problemas tenían solución y rescatar todo lo bondadoso de ése. Creo que la experiencia no se perdió, lo que si se perdió fue la práctica, pero ahora estamos obligados por varias razones, por el compromiso que tenemos con la formación del médico, porque tenemos claro que cada vez el alumno tiene más que aprender haciendo y porque es uno de los compromisos que se establece para poder ser certificados dentro de una institución. Estamos convencidos de que todas estas razones fundamentan de manera importante que exista un programa de este tipo.” Enfatizó por último que es un acierto que la Facultad tome este proyecto que es prioritario para la formación del médico.

En su oportunidad, el doctor Jesús Reza comentó que la recuperación del trabajo comunitario surgió a partir de una recomendación que hace la Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM). A partir de esta recomendación la FM retomó la idea de incorporarla de nueva cuenta en las prácticas e insertarlas en la reforma que se está haciendo al plan de estudios.

“Iniciamos en el ciclo escolar 2004-2005 con un programa piloto donde participaron cuatro grupos de primer año y cuatro de segundo. La práctica de los alumnos de primer año fue en una escuela primaria cercana a Ciudad Universitaria, con una intervención en cuanto a problemas de agudeza visual y auditiva. Los estudiantes de segundo año realizaron su práctica en el CCH Sur sobre la opinión de los alumnos de bachillerato acerca de las enfermedades de transmisión sexual, como el sida, y prácticas sexuales en los jóvenes.”

Para este año —ciclo escolar 2005-2006— se integraron más grupos y más escuela primarias, por lo que se hizo un acuerdo con la SEP y se trabajó con un promedio de dos mil 186 alumnos; de la Facultad participaron 358 jóvenes. Por el número de participantes se simplifico la práctica y sólo se trabajó agudeza visual.

Explicó que las prácticas que realizan los muchachos son de tres días, los dos primeros para recolectar datos y un tercero para entregar los resultados.

“Para realizar la práctica se hizo un ajuste en días de clase para que los alumnos estuvieran al cien por ciento concentrados. Se trató de respetar el horario de los grupos, si era uno matutino que saliera por la mañana y el vespertino por la tarde, ya que el año pasado, por hacerlo al revés, se complicó. Los alumnos tienen otros compromisos, al igual que los maestros.”

— ¿Cuántas etapas integran el programa?
“Una, preparación de la salida, se les da información sobre el tema, bibliografía, objetivos de la misma, y se les capacita para el manejo del instrumento de medición; dos, salida a campo; tres, análisis de los datos y preparación del informe, y cuatro, entrega de los resultados y presentación de un programa de intervención de educación para la salud.”

Explicó que la presentación de los resultados implica el desarrollo de un trabajo que puede ser un sociodrama, periódicos murales, pláticas sobre los problemas, identificados o no necesariamente.

Al hacer una evaluación sobre estas primeras prácticas del año, el doctor Reza comentó que los profesores regresan sumamente motivados y los jóvenes igualmente, pues muchas veces es la primera ocasión que les dicen “doctor”.

“Les cuesta trabajo enfrentar el compromiso porque siguen siendo jóvenes, se empujan, se ríen, juegan en el camión, pero asumen su papel responsablemente, además de enfrentar por primera vez el ejercicio de tomar una primera decisión.”

Concluyó informando que los grupos de segundo año realizarán su práctica el próximo 15 de febrero, algunos en la Preparatoria 6 “Antonio Caso” y nuevamente con el CCH Sur.

La crónica...

7 horas. El día comienza con frío, los jóvenes llegan a la Facultad donde los esperan los camiones. Hay confusión sobre las direcciones de las escuelas, pero son resueltas mientras los alumnos se congregan al sitio de cita.

7:15 horas. Abordan los camiones y minutos después salen rumbo a su destino.

8 horas. Llegan a las escuelas y los jóvenes médicos dan prioridad al ingreso de los niños.

8:15 horas. Los representantes de la Facultad se presentan ante las autoridades de la escuela y les designan el sitio de trabajo.

8:30 horas. Los jóvenes comienzan reconociendo el lugar y se organizan en equipos de trabajo, se les designa el grupo de niños que atenderán. Comienzan algunos problemas técnicos que son superados rápidamente.

Algunos grupos, mientras esperan, son atendidos por los jóvenes con charlas con temas sobre salud, rondas y hasta juegos.

12:30horas. Al regreso, motivados, platican de Claudia o Pedrito, niños que llamaron su atención por el daño de salud que detectaron, por lo simpático o por la relación que tuvieron con ellos.