Seminario Permanente de Salud en el Trabajo La psicología aplicada a la salud en el trabajo El ruido, los neurotóxicos y la situación económica causantes de alteraciones en el comportamiento de los trabajadores “Una de las prioridades para los profesionales de la salud ocupacional es promover el más alto grado de bienestar físico, social y mental”, afirmó la maestra Elia Morales Nápoles durante su participación en el Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, al analizar y dar un panorama general acerca de los factores de riesgo psicológico en el ambiente laboral. Licenciada en psicología y derecho por la UNAM, Morales Nápoles señaló que las dimensiones psicológicas del ser humano, como la cognoscitiva, el razonamiento y el proceso sueño-vigilia, pueden ser afectadas por factores que se encuentran en el ambiente de trabajo, como el ruido o los sonidos de gran magnitud que se presentan en la industria o en la calle. Un factor de riesgo psicológico es cualquiera que está presente en el área laboral, que tiene la potencialidad de afectar la dimensión cognoscitiva como la atención, la memoria, la imaginación, el razonamiento y la creatividad, elementos importantes para la vida misma. Miembro y perito del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, explicó que el ruido representa un riesgo que provoca efectos extrauditivos en los trabajadores, que no sólo dañan el aparato auditivo sino la estructura de otros órganos, un ejemplo es el tinitus, desorden que se manifiesta con un zumbido en los oídos. Aclaró que no sólo el ruido provoca pérdida de la atención y de la concentración, sino que estimula un alertamiento en la persona que le provoca estrés, “y esta pérdida de la atención y la concentración se evidencia en el ambiente laboral con errores de ejecución en la tareas, faltas que son evidentes en labores que impliquen coordinación visomotriz, o en tareas cognoscitivas, como análisis y síntesis”, indico. Poseedora de una maestría en psicoterapia en el Albert Ellis Institute de Nueva York, la maestra Morales Nápoles comentó que la exposición a sustancias neurotóxicas como los disolventes orgánicos y los metales produce efectos neuroconductuales en la dimensión cognoscitiva del trabajador, y baja concentración y pérdida de la memoria, así como alteración de la conducta, como irritabilidad. “Los efectos neurotóxicos pueden llevar a la demencia, lo que en el campo de la medicina se denomina síndrome orgánico mental, pero además puede desencadenar ya sea neuropatía o encefalopatía neurotóxica”, explicó la también miembro del Consejo de la Judicatura Federal. La especialista subrayó que dentro de la psicología aplicada a la salud en el trabajo existen métodos neuroconductuales para identificar y evitar, en etapas iniciales, alteraciones que puede presentar el trabajador; uno de ellos es la batería Halstead-Reitan, prueba neuropsicológica utilizada para determinar la ubicación y los efectos de lesiones cerebrales específicas. Con este instrumento se ponen a prueba varias funciones, como la abstracción y agudeza visual, la destreza, la memoria espacial, la percepción auditiva, la atención y concentración, la percepción de sonidos, el habla, la percepción visual, el sentido del tiempo y la estimulación sensorial, así como la percepción táctil. Otro instrumento que emplea en México es la batería Stai, que pone a prueba la destreza manual y que es capaz de identificar alteraciones derivadas de exposición a neurotóxicos. “Las baterías neuropsicológicas son útiles en el área clínica para identificar los efectos neuroconductuales y para elaborar un diagnóstico diferencial y apoyar medidas de tratamiento”, aclaró. Al hablar de los factores psicosociales, la maestra en psicología social señaló que estos son todos aquellos componentes de carácter económico, político y social que pueden también alterar la dimensión psicológica, como los fenómenos macrosociales y económicos, como la inseguridad, el cierre de empresas, y la delincuencia, entre otros. Además, los riesgos psicosociales en el ambiente laboral son los elementos de interacción entre los trabajadores que están relacionados con la tarea, el sistema de trabajo, la interacción social del grupo, la organización, en donde su presencia o ausencia son susceptibles para deteriorar la dimensión psicológica de las personas y se expresa en la salud del trabajador, en su desempeño y en su calidad de vida, “el hacinamiento, las barreras, el polvo, el humo y la suciedad son elementos que pueden dañar la autoestima de los trabajadores”, destacó. “Los efectos psicosociales son la fatiga que al paso del tiempo podría ser crónica, un estrés constante y trastornos de sueño, incluso se pueden presentar casos clínicos más definidos, entre ellos, una psicopatología laboral, como es el caso de trastornos desadaptativos, el estrés postraumático y el trastorno ansiosodepresivo”, explicó. Señaló que una de las alternativas que ofrece la psicología aplicada a la medicina del trabajo es reestructurar la dimensión cognoscitiva del trabajador, lo cual implica que el psicólogo identifique los razonamientos erróneos, las ideas irracionales y fomente en el trabajador que adopte conductas racionales. Asimismo, en cuanto al aspecto emotivo el especialista de la conducta humana debe procurar y enseñar a los trabajadores a generar emociones racionales, así como el manejo del estrés. Finalmente, explicó Morales Nápoles, se debe promover un ambiente laboral fomentando momentos de armonía, lo que significa que sean más frecuentes, pero sin manipular la conducta de los trabajadores. El Seminario Permanente de Salud en el Trabajo se llevó a cabo en el auditorio Fernando Ocaranza de esta Facultad el pasado 22 de noviembre, y es coordinado por el doctor Rodolfo Nava y la licenciada Blanca Estela Valdés; esta actividad se realiza el cuarto miércoles de cada mes. |