La generación 1977 celebró su 25o. aniversario en la FM Realizan una donación de libros y equipo de cómputo Entre añoranzas, anécdotas y donaciones corrieron los festejos del 25º aniversario de la generación 1977 el pasado 23 de noviembre, en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza” de la Facultad de Medicina. Al dar la bienvenida a los miembros de esta generación, la doctora Teresa Cortés, secretaria general de la FM y en representación del doctor Alejandro Cravioto, titular de esta dependencia universitaria, dijo que esta ceremonia no sólo hace recordar el paso por la Facultad sino todos los esfuerzos que hicieron durante los cinco años de estudio y los cinco lustros que han transcurrido por varios caminos, pero que, en el fondo, el no olvidar ser universitario permite reflexionar lo mucho que la Universidad les ha dado. Pidió que la generación mantenga no una reunión al año sino un vínculo con la UNAM a través de su Programa de Ex alumnos, con el cual se está tratando de hacer lo que no había en la Facultad de Medicina y que otras facultades si hacían, como el caso de la de Ingeniería, donde desde que salen ya están organizados por generación, e incitó a los presentes a acudir por su credencial de ex alumnos, la cual brinda casi los mismos beneficios con que cuentan los alumnos actuales.
La doctora Cortés agradeció el gesto de donación e invitó a los presentes a unirse a la campaña de becas, las cuales benefician a alumnos de pocos recursos económicos para que continúen con sus estudios. Explicó que estas becas presentan dos modalidades, la individual y la colectiva. La primera es directa y la segunda se conforma por conducto de un grupo de personas que la completan. Dicha beca consiste en un salario mínimo por diez meses para los alumnos, porque se busca continuar con el liderazgo y calidad de los jóvenes que egresan de la FM. En representación de los ex alumnos, el doctor Julio Alejandro López Hernández realizó una relatoría sobre sus años mozos de estudiantes, entre los que recordó su primer día de clase, su paso por los ciclos clínicos y la llegada a las especialidades. Durante la primera etapa, mencionó aquellos sábados de disección con los cadáveres, y los retos con los microscopios de histología, donde todo se veía igual, a veces azul o a veces rojo; el mundo de los conceptos fisiológicos; el primer enfrentamiento con la práctica médica y las técnicas quirúrgicas, así como los encuentros deportivos donde las compañeras “echaban” porras. Una segunda etapa, donde llegan los ciclos clínicos, un Hospital General y un Juárez, los grandes pabellones con historia de médicos y pacientes. La fisiopatología clínica que sirve para hacer diagnósticos, el descubrimiento de los signos y síntomas, y en una tercera etapa recordó las cátedras impartidas por renombrados especialistas reducidas a un corto lapso, descubriendo que la cardiología es más que un infarto, la neumonía más que una tuberculosis, la gastroenterología resurge con la introducción de la endoscopia y la ubicación del primer tomógrafo en el Centro Médico Nacional. El paso por el mundo de las fracturas, las guardias voluntarias en el Hospital Xoco en donde las primeras suturas las soportan pacientes abandonados. “Un día después de los años de estudio me entregaron un título diciéndome que estaba autorizado para curar y juré hacerlo conscientemente. No es fácil vivir este juramento en la rutina diaria de un médico entre consultorio, diagnóstico, operaciones y recetas, con todos quiero ser médico, detenerme a escuchar a los pacientes...”. Concluyó diciendo a sus compañeros que la historia de la generación 77 se escribió hace 25 años, que la conmemoración terminará en esta vida terrenal, pero que sus obras son las que dejarán huella. En nombre de los profesores de la generación 1977, la doctora Irma Zarco de Coronado dijo que todos los profesores son siempre merecedores de reconocimiento, pues todos realizan su mejor esfuerzo, y que son los alumnos los que en fechas futuras se convierten en genios de la medicina. Finalmente, esta generación donó libros que serán ubicados en la biblioteca del Palacio de la Antigua Escuela de Medicina y que pertenecían al doctor Horacio Rubio, los cuales fueron entregados por su hija Adela Rubio, miembro de la generación. Asimismo realizaron la entrega de equipos de cómputo para los laboratorios de la Facultad. Cabe mencionar que dentro de los festejos los doctores Adela Rubio y Ernesto Trens, ambos miembros de esta generación, y este último coordinador del Programa de Desarrollo Tecnológico de la FM, presentaron ponencias donde hablaron de su experiencia profesional. |