Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 enero 2007
Facultad de Medicina UNAM

 

BAJO EL MURAL

La música de Vachamata y teatral mordida

Jazz y algo más

Con esa fusión de jazz, blues y rock, Vachamata integra a la música afrocaribeña que entra al cuerpo y obliga a bailar, pese a que guturalmente puedan aparecer algunos gritos de la selva propios de esta música que divierte y alegra el alma, gracias a esta banda llegada de Cholula.

Ahora, Bajo el Mural aparecieron estos jóvenes que forman el grupo Vachamata, o sea a un juego de palabras sobre: mata la vacha... ¿no?, pero que en realidad en sus rolas propone sonidos más que palabras. La alineación de la agrupación es la siguiente: José Ángel Sosa, bajista; Miguel Bermúdez, batería; Juan Ramón Reyes, guitarra; Rodolfo Chaires, saxofón, y el conguero venezolano que no se presentó.

Originalmente, la banda, denominada Chaneque, inició el 2 de octubre de 2001, pero cambió su nombre a Vachamata, aunque siempre con ese ritmo afro que los distingue gracias a la influencia “afrovi” de Fela Kuti, que los ha llevado a una identificación importante. “Nos gusta el acid-jazz y el funk-jazz, cumbias, hasta el rock and roll, son nuestras influencias”, apuntó José Ángel.

El propósito de la banda es... “divertirnos, nos gusta mucho tocar y creo que disfrutamos mucho el solo hecho de ensayar, nos gusta crear, nos gusta que todas las canciones sean originales. Y entonces es un juego de niños jugando... queremos tocar en donde sea, siempre y cuando tengamos nuestros límites, nuestras reglas. No tocar para partidos políticos, ni para grandes empresas... es algo que tenemos muy claro, para la banda...

“Tenemos tres álbumes que ya sacamos y estamos a punto de sacar el cuarto; son caseros, pero los hemos hecho con mucho cariño y calidad, pensamos, y el próximo, que salga con una producción más extensa y de manera nacional...

“Hemos tocado en muchos festivales, somos adherentes a la otra campaña, tocamos cuando fue la marcha, y cada vez que hay un evento zapatista nos llaman para tocar; nuestro interés político es sobre ese asunto; no tenemos contacto con la APPO, pero apoyamos el movimiento... hemos tocado en el sur, en Oaxaca, en festivales de herbolaria, en Veracruz, en Orizaba y Córdoba, en Guadalajara y en el DF, casi nada, no hemos tocado en Pata Negra, y hace mucho, (no se entiende después de DF) nos gustaría más tocar aquí, por supuesto... y en Puebla, sobre todo en Cholula, pero casi en Puebla no nos conocen... y sí, tenemos aceptación, bailan mucho... la gente se la pasa bien... mucho ritmo, y que se mueva el cuerpo“, agregó José.

Por otra parte, es cierto que necesitan un cantante: “bueno, es como decir que estamos un poco desafinados, entonces, sí, necesitamos un cantante, pero bueno, que si Alex Lora pegó, entonces, por qué nosotros no...” www.vachamata.net

Teatro al absurdo

TEATRAL MORDIDA
Quedó de manifiesto que la “mordida” es una invención antigua, más allá de nuestros confines, practicada por fulanos, zutanos y menganas, esto durante la última puesta en escena Bajo el Mural de fin de año, la cual estuvo muy divertida y aclamada por el público de nuestra comunidad, y con la promesa de regresar a suministrar más “tarascadas” para 2007.

Tres noveles actores del Taller de Teatro de la Facultad de Medicina, con rostros pintados y expresiones desencajadas, mostraron sus facultades histriónicas y cerraron el año 2006 con la obra: La mordida entre Fulano, Mengana y Zutano, presentada bajo la dirección de Rolando Monreal.

Mariana Ramos, Omar Reyes y Francisco Sánchez no dejaron duda sobre sus capacidades en el escenario, con su participación en guiones basados en poemas y textos de León Felipe, Sor Juana Inés, Mario Benedetti y Calderón de la Barca.

“Es una idea de un proyecto a desarrollar con estos textos, con una intención muy ‘fársica’, donde estamos explorando las capacidades ‘actorales’ de los chicos que se están manteniendo y que van a derivar en otro montaje el año que viene, es lo más seguro. Con relación a La mordida..., va a tener la integración de otros textos”, apuntó Monreal.

Los actores se divirtieron, “que es lo que les pedí, que jugaran en este taller de la Facultad, que entren en esa línea básicamente...; la idea de ajustar estos textos y poemas es con relación a la incomunicación entre la pareja y las relaciones humanas; los textos de estos autores nos ayudan mucho a tocar el tema, por eso mantuvimos a una buena cantidad de gente...”, agregó.

Aunque esta obra no es una historia clara y lineal, es dramáticamente hecha con una temática que llama la atención e interesa. “Estuve ajustando los textos, se los fui proponiendo a los chicos, que trajeron otros, y entre todos fuimos armando la obra...”

En cuanto al resumen del año fue bastante positivo “... porque tengo un grupo de gente muy solidario y estamos muy a gusto mutuamente entre nosotros. Se está integrando más gente al taller, por suerte. Un chico con zancos y otros dos más, así que para el año que viene vamos a tener un buen montaje para trabajar, con la vista puesta en dar las mayores funciones posibles y tratar de develar una placa de entre 30 o 50 representaciones...”, finalizó.