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La evaluación en educación médica: retos y oportunidades
Durante el Congreso Nacional de Educación Médica 2007, celebrado en la ciudad de Puebla del 11 al 13 de enero del presente, el principal tema analizado fue la evaluación en educación médica: retos y oportunidades. Este evento, organizado por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Academia Nacional de Medicina (ANM), y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), convocó a los profesores de escuelas y facultades del país y a los profesionales de la salud y de la educación involucrados en el proceso educativo en medicina.
La intención fue analizar los conceptos modernos para evaluar la educación y sus implicaciones en las ciencias de la salud; describir los diferentes métodos de evaluación en educación médica, sus ventajas y desventajas, con base en la evidencia educativa; entender la problemática de la evaluación de la competencia y el desempeño clínico, y plantear estrategias efectivas de mejora; reflexionar críticamente sobre el estado actual de la evaluación educativa en medicina a nivel nacional, y plantear estrategias apropiadas al entorno, así como analizar experiencias y trabajos de investigación educativa nacionales en todos los aspectos de la educación médica, para mejorar la calidad de la misma en respuesta a los retos de la medicina moderna. Durante la inauguración, realizada en el auditorio “Julio Glockner” de la BUAP, el doctor Manuel Camacho Morales, director de la Facultad de Medicina de la misma, dio la bienvenida al público asistente y expresó el honor que representó para la institución ser sede del Congreso, cuyo eje central de desarrollo fue el tema de la evaluación “siempre controvertido en cualquier disciplina donde se le ubique, pero especialmente en el área de la salud y, sobre todo, en las licenciaturas de medicina”. Afirmó que fue “un evento trascendental para las instituciones de educación superior convocantes y asistentes, ya que servirá para sentar las pautas en el futuro desarrollo de la educación y de la formación del recurso humano en el área de la salud, principalmente en el área médica”. Posteriormente el doctor Octavio Rivero Serrano, presidente del Comité Organizador, informó que en la época actual, la medicina, como profesión, está sometida, en diversas regiones del mundo, a una evaluación por parte de la sociedad, que no siempre es ni clara ni justa. Explicó que, en México, la certificación de los médicos ha sido revisada por distintas instituciones a lo largo de la historia, y precisó que hoy día hay nuevos esfuerzos de autoevaluación. “Existe la decisión de los especialistas germinada en sus sociedades de ejercer la especialidad certificados por sus pares. Hace más de 40 años, con el apoyo de la Academia Nacional de Medicina, se formaron los consejos de especialidades, esfuerzo que ha alcanzado la madurez en la actualidad, ya que cerca de 100 mil especialistas en el país tienen cédula oficial a partir del reconocimento de sus pares en el Consejo.
“Otra —dijo— es la decisión de la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMFEM) de iniciar hace casi 15 años la evaluación de las escuelas de medicina en el país, sistema que germinó en esa institución a partir de un gran esfuerzo.” Con estos antecedentes reafirmó “la importancia de realizar un Congreso que se ocupe de hacer un análisis de los diversos aspectos que tienen que ver con un concepto singular: la educación médica, que es algo más que la información a los alumnos, más que su instrucción, más que su adiestramiento, más que todo esto a un aspirante a ser médico, y presentarlo bien formado para poder ejercer con eficiencia y eficacia”. El también profesor emérito de la FM de la UNAM planteó que son muchas las preguntas: “¿Están todos los sistemas de formación de medicina actual acordes con lo que el país necesita para formar médicos? ¿Estamos enseñando la medicina como se debe enseñar o la seguimos enseñando como se enseñaba hace 50 años?” Y enfatizó la necesidad de reflexionar en torno a la educación médica para asegurar que cuando un alumno egrese de las escuelas de medicina y de las facultades “tenga no solamente un ejercicio eficiente y eficaz, sino humanitario; humanitario es uno de los aspectos que, según muchos, la medicina ha perdido con la aparición de los grandes, grandísimos avances científicos y tecnológicos que se tienen en la actualidad”. Expresó su deseo para que el Congreso diera respuesta a muchas de las interrogantes e inquietudes y sirviera para plantear nuevos encuentros: “que ésta sea sólo una de las muchas reuniones que se van a realizar para poder encontrar los caminos que debemos seguir en el futuro para educar médicos”. Finalmente, agradeció a nombre del Comité Organizador a las personas involucradas en la organización del Congreso, “... a mis colegas, no solamente a los funcionarios de la BUAP, maestro Enrique Agüera Ibáñez, rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, sino al director de la Facultad, Manuel Camacho, y a Rodolfo Martínez Fernández, secretario de Investigación y Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la BUAP; al doctor Enrique Graue; a Melchor Sánchez Mendiola, integrante del Comité Científico y jefe de la Unidad de Investigación Educativa de la División de Estudios de Posgrado de la FM de la UNAM, y a la doctora Irene Durante, quienes se preocuparon por tener un programa muy completo; a los demás miembros del Comité Organizador: Alejandro Ruiz y Antonio Marín”, e hizo un reconocimiento muy especial: “No puedo dejar de mencionar a una persona que, para mí, ha sido fundamental para realizar, no éste, sino muchos otros aspectos que el señor director de la Facultad de Medicina tiene a bien encargarme, y yo le agradezco, al maestro en ciencias Miguel Robles Bárcena, cuya gran actividad y eficacia han hecho posible la coordinación de este evento.”
Por su parte, el doctor Emilio García Procel, presidente de la ANM, agradeció a las autoridades de la BUAP y a todos los coordinadores del Congreso, y explicó históricamente la forma en que se ha mejorado y modificado la educación médica en México. Reconoció la labor del doctor Valentín Gómez Farías, quien encabezó, con el doctor Casimiro Licega, la reforma médica en 1833. Añadió que en la historia ha habido médicos decididos a cambiar el sentido de la educación, y con ellos surgieron nuevas instituciones donde se afianzó el éxito de la medicina junto con sus avances técnicos. Este Congreso “... refleja el interés de este país en los asuntos de la educación como pilar de lo que es la medicina en su núcleo fundamental, en su relación médico-paciente, y si eso no lo entendemos caemos en la posibilidad de no entender cuál es la finalidad de la educación médica; por lo tanto, quiero reiterar y apelar a este deseo de estos viejos médicos que nos antecedieron y que nos dieron esa bandera de entereza para luchar nuevamente y poner en el centro del objetivo la función fundamental de la educación médica. La Academia agradece profundamente la invitación, convencida de que ése es el camino que el país espera y, más importante, que la población mexicana espera de sus médicos”, apuntó. Por último el maestro Enrique Agüera Ibáñez, rector de la BUAP, reafirmó el orgullo que fue para la institución ser la sede de este importante congreso nacional y señaló: “Hoy más que nunca las instituciones de educación superior del país públicas y privadas, de manera particular, hemos coincidido en la necesidad de establecer un compromiso de calidad en nuestras instituciones, lo que nos ha llevado a generar alianzas, a generar esfuerzos compartidos y a fortalecer espacios en donde podamos potenciar nuestro esfuerzo y generar siempre una mejor perspectiva para el desarrollo de nuestras instituciones, para poder cumplir cabalmente con nuestra misión educativa. Así lo hemos hecho para defender su autonomía y, sobre todo, para impulsar proyectos comunes que nos permitan seguir siendo un ejemplo nacional, un medio, un instrumento, una posibilidad para aportar significativamente al desarrollo de nuestra nación.” De ahí, afirmó la importancia de generar espacios que permitan a los asistentes “reflexionar y compartir experiencias para enriquecer el desarrollo de su disciplina”. Reconoció la importancia de la UNAM por su prestigio y por sus logros y mostró su orgullo por las universidades de provincia que con enorme esfuerzo han logrado ser reconocidas por sus magníficos resultados. “De nada serviría todo esto, si no tuviera como consecuencia un impacto y un beneficio para la sociedad porque, como instituciones de educación superior, nos debemos a ella. Por esto, este tipo de congresos adquieren particular relevancia en un momento tan importante para la nación, el debate se debe centrar justamente en el propósito de construir con creatividad, con imaginación, con ideas y con vocación de servir las respuestas que México espera y que México se merece.” Asimismo, se mostró agradecido por seleccionar a la BUAP como sede de estos trabajos y de este importante espacio de reflexión para las ciencias médicas. Tras dar la bienvenida a todos los participantes auguró buenos resultados para este Congreso y deseó beneficios para cada una de las instituciones participantes, para México y para los mexicanos. “Seguro encontrarán las respuestas a las que aspiran.” Finalmente declaró inaugurado los trabajos de este Congreso que buscó: ofrecer una visión panorámica del estado actual de la evaluación en educación médica; proveer un foro de discusión incluyente para presentar experiencias, uniformar conceptos y proponer estrategias sobre evaluación educativa en medicina, así como ofrecer una plataforma para la presentación de experiencias, y estudios de observación y experimentales de todas las facetas de la educación médica nacional. En la ceremonia inaugural estuvo también el doctor José Narro Robles, director de la FM de la UNAM y presidente del Congreso, el licenciado Víctor Cárdenas Guzmán, subsecretario de Desarrollo de la Secretaría de Turismo del Estado de Puebla, y el doctor Víctor Manuel Lara, vicepresidente de la AMFEM. El fructífero trabajo desarrollado en este evento es el resultado del excelente desempeño del Comité Organizador, que estuvo integrado por los doctores José Narro Robles, presidente del Congreso y Octavio Rivero Serrano presidente del Comité Organizador. Los coordinadores Enrique Graue Wiechers, presidente del Comité del Programa Científico; Manuel Camacho Morales, del Comité de la Sede Académica; Leobardo C. Ruiz Pérez del Comité de Finanzas; Antonio Marín y López del Comité del Programa Social; Alberto Lifshitz Guinzberg del Comité de Propaganda y Promoción; Alejandro Ruiz Argüelles del Comité de Operación del Evento en Puebla, y Norberto Treviño García Manzo del Comité de Vinculación, así como el maestro en ciencias Miguel Robles Bárcena, secretario ejecutivo. Cabe señalar, que los auditorios mostraron sobre cupo en cada una de las sesión, incluso en las vespertinas. Sin duda alguna, el éxito de este Congreso, que reunió a más de 460 participantes, superó las expectativas del Comité Organizador, ya que participaron muchas universidades de toda la República, y día a día se mostró el entusiasmo en cada una de las actividades académicas que tuvieron lleno total. Sin duda alguna, el esfuerzo y el trabajo de cada uno de los miembros de la FM de la UNAM, encabezados por el director de la misma, José Narro Robles, se vio reconocido con este trabajo y, sobre todo, una vez más se mostró el liderazgo de la dependencia y de nuestra Universidad. Asimismo, estos esfuerzos dejan en claro la importancia de los estudios de pregrado y posgrado en esta institución y la relevancia de estos últimos.
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