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ACTIVIDADES CULTURALES DEL CONGRESO EDUMED 2007 Destellos de colores de pintores
poblanos al inaugurar las
El Congreso Nacional de Educación Médica, realizado en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), recibió a sus asistentes con una exposición colectiva de pintores poblanos en el Museo Interactivo Casa de los Muñecos, donde María Martínez, Gerardo Ramos Brito y Octavio Rivero Serrano presentaron una muestra de pintura abstracta. En presencia de directores y directoras de Escuelas y Facultades de Medicina de toda la República Mexicana, el doctor José R. Eguíbar, secretario general de la BUAP, en representación del rector de la misma, agradeció la presencia de los asistentes a este primer evento que consideró reúne las actividades de algunos de los colegas médicos que dedican parte de su tiempo fuera de las actividades profesionales al desarrollo del arte. Agradeció a la maestra Elsa Hernández, directora del Museo Universitario, quien otorgó todo el apoyo para poder presentar dicha exposición, ya que este edificio —comentó— prácticamente había quedado derruido por el sismo de 1999, el cual sorprendió a la ciudad y afectó muchos inmuebles, pero gracias al apoyo del rector se pudo inaugurar apenas el 12 de octubre pasado y ésta es la primera exposición de 2007. Asimismo, agradeció al doctor Rivero y el que la BUAP pudiera ser la sede de esta importante actividad académica, ya que en el desarrollo de la medicina en nuestro país la educación médica ha desempeñado un papel fundamental. Al tomar la palabra, el doctor Rivero Serrano reconoció el apoyo de la BUAP con quienes han trabajado en la organización del punto fundamental de esta reunión: el Congreso Nacional de Educación Médica y agradeció a la maestra Hernández el aceptar presentar esta exposición. Sobre su incursión en la pintura abstracta, comentó que fue Gerardo Ramos Brito y María Martínez quienes lo convencieron de incursionar en esta corriente artística, a lo que agregó: “De ninguna manera puedo compararme con la destreza y la maestría con que ellos trabajan. Por otra parte, me he divertido mucho haciéndolo y creo que estaré eternamente agradecido por ello.” La obra La exposición mostró más que el lenguaje del arte, la técnica y los colores, elementos que expresan sentimientos, emociones e ideas mediante imágenes y representaciones del mundo exterior e interior de los tres pintores participantes: María Martínez, Gerardo Ramos y Octavio Rivero. El arte abstracto surgió alrededor de 1910 y se convirtió en una de las manifestaciones más significativas del espíritu del siglo XX. Considera innecesaria la representación figurativa y tiende a sustituirla por un lenguaje visual autónomo, dotado de sus propias significaciones. Exalta la fuerza del color y desemboca en la llamada abstracción lírica o informalismo, o bien, a partir de la estructuración cubista, que da lugar a las diferentes abstracciones geométricas y constructivas. En este caso, la expresión pictórica la constituyen trazos libres y rítmicos, colores, materiales y texturas. Asimismo, ofrece diversas propuestas estéticas: en algunas se observa que el abandono deliberado de la figuración se extrema al punto de anular cualquier elemento que pudiera retrotraer al espectador hacia la evocación de algún aspecto de la realidad objetiva y, de ese modo, sustraerlo de esa dimensión en donde las emociones se subliman a través de la luz y el color. Pareciera el encuentro totalmente fortuito entre colores, trazos y texturas, pero en realidad es el producto de una actividad que —sin renunciar a la espontaneidad e improvisación en el momento de la ejecución— se mantiene controlada. Prueba de ello es que esas superficies “aparentemente” homogéneas que se perciben sin principio ni fin, y desbordan, incluso, virtualmente, los límites que les impone el marco que las contiene, así como ese mar de granulosidades rugosas en donde el ojo naufraga en medio de innumerables y minúsculos contrastes cromáticos, se someten a la voluntad del artista, que logra de manera eficaz mantener la unidad del espacio mediante la vibración de la luz.
Como se puede comprobar, los recursos de los lenguajes del arte son infinitos; sin embargo —aquí—, la belleza y expresividad muestran ser las vías más importantes para acceder a este universo pictórico de imágenes aleatorias, abiertas a la libre interpretación de cada espectador, quien atraído por los estímulos visuales que se le ofrecen se deja conducir. María y Gerardo En entrevista para este medio, María Martínez comentó que comenzó a pintar por el reto que implicaba el ser zurda, ya que de niña, sus tareas escolares no eran como ella deseaba; sin embargo, por medio del dibujo encontró no sólo una forma de expresión sino la oportunidad de conjuntar su sentir y la estética: “Ahora me encuentro repitiendo esos como grafismos, pero ‘en limpio’. La pintura y los colores siempre me atrajeron.” Sobre sus influencias o familiares artistas, recordó a su abuelo fotógrafo, quien iluminaba sus fotografías con sus lápices, sentado siempre en su restirador, en su mundo creativo de luz y sombra. “Un mundo en el que todo se manejaba a través de la composición fotográfica con un cuidado extremo al detalle, al objeto de tu atención y a lo que lo compone…” Comentó que pinta profesionalmente desde hace quince años y expone principalmente en Suiza. Por su parte, Gerardo Ramos Brito señaló que desde niño sentía inclinación por la pintura, pero no sabía si quería ser pintor; admiraba a Tamayo y le atraía su obra. Se fue introduciendo poco a poco hasta que en 1963 empezó vender y, a la fecha, ya son 43 años viviendo de y para la pintura. Sobre sus influencias artísticas, reconoció que todos las tenemos. Su padre era de Oaxaca y tal vez por ello le atraía Tamayo: “Mi padre tenía muchas similitudes, hasta físicas, y me platicaba de él. Alguna vez él vio mi trabajo y platicamos. Tuve esa oportunidad de tener charlas con Tamayo.
Reconoce como sus grandes influencias a Jackson Pollock, Chillida o Antony Tapiez, a lo que agregó: “En fin, hay artistas que me han dado una pauta importante. Por ejemplo, hay artistas que trabajaron de alguna manera la luz y la sombra, durante muchos años intenté buscar ese contraste y fue apasionante descubrir a artistas como De la Tour, Ver Meer, Kandisky y Vasarely, entre otros.” Al referirse a la originalidad de la obra, comentó que es muy difícil obtenerla y lo más importante es lo que se siente. Cabe mencionar que, al igual que María Martínez, Gerardo trabaja y expone en Suiza desde hace quince años.
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