RECONOCIMIENTO A TRABAJADORES

• A un grupo de destacados trabajadores se les entrega además un anillo de aniversario
• Se entrega reconocimiento por 25, 28, 30, 35 y 45 años de trabajo

Rafael Coria Cano y José Luis Sánchez Mendoza fueron reconocidos por haber cumplido 45 años de labor durante el año que terminó, además de otras 98 personas que cumplieron 25, 28, 30 y 35 años de trabajo dedicados a la Facultad de Medicina, en una ceremonia especial efectuada el pasado 11 de diciembre.

Durante la Ceremonia de Reconocimiento 2006 al personal administrativo de base, confianza y funcionarios de la Facultad por sus años de esfuerzo, dedicación y servicio prestados a la UNAM, el ingeniero Agustín Rodríguez Fuentes, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), además, entregó a un grupo de trabajadores destacados un anillo de aniversario.

Ante la presencia de los delegados sindicales, el director y la secretaria administrativa de la Facultad, Manuel Sánchez Negrete, quien dirigió unas palabras a nombre de los trabajadores, recordó que hace 35 años llegó al Departamento de Fisiología, a un aula de circuito cerrado de televisión, y de ahí a la fecha ha aprendido muchas cosas en esta Facultad, lo cual agradeció.

Ente sus anécdotas, recordó un día en el cual, mientras trabajaba con el doctor Luis Felipe Abreu —ahora muy amigo suyo— no tenían perros para trabajar. De cuando en cuando contaban con algunos que les mandaba el Antirrábico, pero de no ser así, los alumnos tenían que salir a la calle con su “mecate”.

“Recuerdo que en aquel entonces no teníamos animales y me decía: “Amigo, algo tenemos que hacer para darles clase a los muchachos, no se pueden quedar sin ella.” Teníamos un perro que queríamos y cuidábamos, porque era muy educado, y me dijo: “¿Sabes Manuel?, vas a tener que traer ese perro”. Entré con mucho miedo porque el perro estaba brusco, pero al final salió conmigo. Entonces, para anestesiarlo, se le ponía un bozal de cuero, mecate o de lo que fuera para que no se zafara. El perro se dejó sin ningún problema y él me dijo que no lo fuera a soltar, pero en cuanto sintió que se le ponía la anestesia, no les cuento lo que pasó. Me arrastró, me orinó, me hizo de todo, y Luis Felipe me decía: “Manuelito, no lo vayas a soltar porque me va a morder”, y yo sin poder con el perro y él ni siquiera me ayudaba; me decía “No lo sueltes”, y yo le decía “Pues ayúdame o llama a los alumnos para que me ayuden”. Después lo amarramos, lo anestesiamos y se dio la clase...

“Este tipo de cosas nos pasaron durante estos 35 años, por los cuales yo le tengo mucho cariño a la Facultad de Medicina, por ello me siento orgulloso de pertenecer a ella, me siento bien de ser compañero de todos ustedes y los felicito por haber recibido este pequeño premio. Me siento médico porque estoy aquí y me siento —además— muy orgulloso de ser universitario.”

Por su parte, el ingeniero Agustín Rodríguez Fuentes comentó ser un orgullo importante para el Sindicato este tipo de ceremonia, donde se reconoce el esfuerzo, y felicitó al doctor Narro por el énfasis mostrado para no dejar pasar desapercibido el momento, porque 25 o 30 años se dice muy rápido, sin embargo, es toda una vida. Comentó que así como las anécdotas de don Manuel hay miles y miles que pasan en la Universidad.

Al referirse al lugar que ocupa la UNAM en el ámbito internacional, recordó que hace un año se celebraba que la institución se situara dentro de las cien mejores universidades del mundo, y aseveró que ahora su ubicación es cada vez más cercana al número uno, lo cual es motivo de orgullo para quienes participan en este proyecto de educación pública, gratuita y laica.

Afirmó que a pesar de los recientes ataques contra la UNAM y la reducción de presupuesto, no es más que ignorancia la que hace que se digan despropósitos en contra de ella. No obstante, no será la primera ni la última vez que ante este tipo de ataques su comunidad actué en su defensa: “Por el convencimiento de que la UNAM sigue siendo ese gran reflejo, ese gran patrimonio social de los mexicanos”. En este sentido, reconoció la gran labor que ha desarrollado el rector en el ámbito mundial y nacional en defensa de la universidad pública.

Finalmente, menciono que es un honor y un privilegio trabajar para y por la Universidad, y pidió a los reconocidos que ello se refleje en su compromiso permanente para fortalecer a la institución. “Porque cuando crece la Universidad, crecemos nosotros, nuestra familia y México en general”.

Al tomar la palabra, el doctor José Narro Robles agradeció la presencia del secretario del Sindicato de los Trabajadores, pues con ella se reconfirma “la forma de trabajo respetuoso”.

Indicó que la Universidad reconoce la entrega de trabajadores comprometidos con esta casa de estudios: “No tengo duda de que quienes hoy reciben esta medalla lo merecen porque son muchos años. Porque se dice muy fácil, 25 o 45 años, pero es una parte muy importante de la vida de ustedes, representa compromiso y entrega, representa haber vivido aquí una parte de su vida, representa haber tenido que sacrificar horas de familia y de desarrollo personal por cumplir con su trabajo, y por cumplirlo de la mejor manera, sin que necesariamente llegara este día; por hacerlo de manera cotidiana nuestra Universidad tiene el lugar que ha alcanzado. Para ustedes, el agradecimiento más sincero por todo lo realizado.”

Sobre el lugar que ocupa actualmente la Universidad, aseveró que lo tiene porque se lo ha ganado, porque son muchos siglos de existencia, porque ha hecho aportaciones muy importantes, porque siempre ha estado junto a México y a sus necesidades, porque en los momentos en los que se ha requerido, a veces con conocimiento, en ocasiones formando los recursos y otras prestando directamente servicios a la nación, siempre ha estado junto a la sociedad mexicana. Por ello, la UNAM es reconocida como la mejor de Latinoamérica, la mejor en Iberoamérica, y eso no es fácil, porque existen más de 17 mil universidades registradas en el mundo.

Por último, afirmó que la UNAM ha llegado a ser una de las mejores por el trabajo cotidiano y sistemático de una comunidad que lo hace posible; como Manuel, Jesús o María o Guadalupe, y cada uno de los que hoy recibieron reconocimiento, porque eso es lo que hace posible tener la Universidad que tenemos.