Entrevista a directores de hospitales Doctor Francisco Higuera, director
del Hospital General de México. El hospital general más antiguo inaugurado en 1905, y lugar donde nacen las especialidades médicas en el país es el Hospital General de México. En este momento y bajo la titularidad del doctor Francisco J. Higuera Ramírez, inicia una serie de cambios para colocarse a la vanguardia de los hospitales descentralizados de la red federal que maneja la Secretaría de Salud.
Descendiente e hijo de destacados médicos -Xóchitl Ramírez y Francisco Higuera Ballesteros-, buen conversador y de carácter agradable, son características que sobresalen en la personalidad del doctor Higuera. Durante breve charla habló de algunos "ires y venires" de su vida que lo llevaron a inclinarse por la medicina; su trayectoria profesional, sus vivencias como titular de uno de los hospitales de mayor prestigio en el país, sus retos y su familia. Egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, formado profesionalmente como médico en el Centro Médico "La Raza" del Instituto Mexicano del Seguro Social, después de una estancia en el extranjero, regresó a México e ingresó al Hospital General de México donde se introdujo de lleno al campo de la infectología. "Le voy a decir la verdad, a mí nunca me interesó la medicina, yo siempre quise ser piloto aviador... "La primaria la cursé en seis escuelas diferentes, dice mi madre que era muy inquieto; la preparatoria la hice en la Escuela Nacional Preparatoria No. 2 de iniciación universitaria (1959-1960), posteriormente me mandaron a una escuela militar de donde tuve que salir por razones económicas, de ahí me fui al Colegio Francés, donde terminé la preparatoria. Cuando estuve listo para ingresar a la Escuela del Aire no dí la estatura. La familia de mi madre era de hombres altos y mujeres bajas y la de mi padre era a la inversa, es decir, que heredé el gen de mi padre; en segundo lugar, mis conocimientos en matemáticas no eran muy buenos y por otro lado mi padre quería que estudiara medicina; por mi parte pensé que si mi madre y mi padre eran médicos al igual que 21 familiares más, yo debía ingresar a la Escuela de Medicina, pues era mi primera opción, y fue hasta el tercer año que me interesó la misma, principalmente por una convicción social que creo trae uno, porque en realidad no se ve al enfermo sino a los problemas que genera la enfermedad, y no a ésta como causa del estudio de la medicina.
"Al concluir mi servicio social, estudié mi primera especialidad en medicina interna, en el Hospital General del Centro Médico 'La Raza'; después tuve la oportunidad de salir a Denver, Colorado, Estados Unidos, por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social, a realizar estudios sobre el metabolismo de enfermos gravemente infectados, como parte de un programa desarrollado por un equipo piloto, pues en ese momento estaban de moda las unidades de urgencias y cuidados intensivos en 'La Raza'. Ahí comenzó a interesarme la infectología. "A mí regreso y con esta preparación, se me ocurrió pedir trabajo a mi padre, entonces director del Hospital General, Francisco Higuera Ballesteros (1970-1980), y como en mi familia somos muy colaboradores, me dijo: 'Sí, pero nada más que te lo den en la Secretaría de Salud y con mucho gusto te acepto'. "Realicé mis trámites y examen, aunque estoy seguro de que mi padre me ayudó a entrar al hospital... Entonces ingresé al servicio de infectología y ahí organicé la Unidad de Cuidados Intensivos, pero sucedió que no era lo mismo tratar a un paciente con un trastorno coronario o vascular, existían muchos enfermos que padecían meningitis, tétanos o rabia, y así tuve la oportunidad de hacer todo un estudio, es decir, que ahí fue donde me hice infectólogo. Posteriormente, fungí como jefe de servicio durante 12 años (1982 a 1994), momento en el que decidí retirarme de la jefatura y pedir mi relevo, puesto que ganó la doctora Hilda Hidalgo Lopereda, a quien se le criticó por el hecho de ser mi esposa... Ella hizo la misma carrera que yo, pero hubo gente que pensó que era el nepotismo que habíamos guardado en el cajón mi padre y yo. Lo interesante es que allí se ingresa a través de un examen y no por una concesión del director. "Mi retiro se dio porque en ese momento un laboratorio médico me invitó a desempeñarme como director, motivo que me llevó a hablar con el doctor Ramírez Arias, titular del Hospital General, y le dije: 'Déme la oportunidad de irme'; entonces fui a ver al doctor Narro y le comenté mi situación para que le dijera al doctor Ramírez que aceptara mi renuncia. La aceptó como jefe de servicio y continué dando consulta por las tardes, cuando casi no había nadie, lo que me dio oportunidad de concluir mi libro de infectología. La situación duró sólo nueve meses, porque el doctor Juan Ramón de la Fuente -al año de ocupar la Secretaría- me llamó como titular de la Dirección General de Insumos para la Salud, lo cual acepté. "Mi trabajo en la Dirección General de Insumos para la Salud fue una bella tarea, porque nos involucramos en proyectos de carácter nacional, como el de los medicamentos genéricos, las normas sobre la buena práctica de manufactura, las normas de buena práctica clínica, la formación del Departamento de Fármaco Vigilancia Nacional o Centro Nacional de Fármaco Vigilancia y que afortunadamente lo vamos a tener aquí en el Hospital General. A esta dirección le tengo un gran cariño, porque fue un reto que con mi amigo, el doctor Fernández de los Santos, y posteriormente, con el doctor Martínez, hicimos toda una dirección cercana a una FDA mexicana, donde se conjugaron dos elementos interesantes: el principio social legal del médico y todo un conocimiento técnico de avanzada. Pensé terminar el sexenio en este cargo, pero por algunas circunstancias el secretario me mandó al Hospital General". Director del Hospital General de México El Hospital General de México cuenta con 127 mil metros de terreno aproximada-mente y 54 edificaciones, algunas de ellas deterioradas por el tiempo. Su última restructuración concluyó en 1963 y prácticamente hoy son las mismas estructuras. Anteriormente, el hospital era de tipo francés, de dos aguas, y su nueva presentación le dio cierta complejidad, pues simplemente cuenta con tres y medio kilómetros cuadrados en pasillo, lo que requiere de asignación presupuestal para mantenerlos. Al ser nombrado el doctor Higuera titular del Hospital General de México fue recibido con 94 observaciones relevantes de la contraloría, cinco de ellas con salvedad, un hospi-tal con muchas carencias. Cabe señalar que fue apoyado con un excelente equipo administrativo y un presupuesto nada malo, y al respecto el doctor Higuera comentó que desde el inicio de su gestión ha sido apoyado por la Secretaría de Salud, al grado de que actualmente van a cumplir dos años sin desabasto de medicamentos. "A pesar de lo que digan los medios de comunicación, podemos comprobarlo, pues actualmente el hospital cuenta con el sistema más sofisticado de control de almacenes que nos permite dar al auditor información mes a mes, y si se requiere, cada 15 días. Este es uno de nuestros mejores logros". Sobre las observaciones comentó: "Creo que administrativamente hoy tengo cuatro observaciones que cumplo y solvento en febrero y una 'salvedad' en cuanto al terreno. Una salvedad es cuando el auditor no puede dar una opinión favorable ni desfavorable, porque no cuenta con elementos para refutar. Durante los años 1999 y 2000 trabajamos muy intensamente para lograr reunir toda la documentación existente sobre la propiedad del hospital. Hoy estamos a un paso de que la Dirección General de Programación de Patrimonio de la Beneficencia Pública nos entregue escrituras. A lo mejor se piensa que no es necesaria la propiedad, pero los estatutos de descentralización así lo estipulan y hay que darle cumplimiento a la ley". -¿Qué hay sobre eso de la donación del terreno? "Hay una cláusula de donación donde se estipula que si el lugar deja de ser hospital, la familia Mendoza pasaría a ser nuevamente la propietaria, pero eso es parte de la historia, perdón por lo que voy a decir, pero los mexicanos somos mitómanos, hacemos un mito de todo. La familia sólo donó 17 mil metros cuadrados y nosotros contamos con un terreno de 127 mil metros cuadrados de la calle de Dr. Balmis a Avenida Central, el resto eran terrenos ejidales que el presidente de la República recogió y gracias a ello hoy tenemos dos instituciones de gran transcendencia: el HGM y el Centro Médico Nacional Siglo XXI. Esta propiedad tendrá siempre la misma superficie, las mismas condiciones de cuidado y el mismo propósito, no puede ser otra cosa que no sea un servicio de atención a la salud". -¿Cuál es la relación que lleva este hospital con la Facultad de Medicina en el área clínica? "Este Hospital, dentro de su historia, creo que fue el primero que vinculó a la Universidad Nacional con la práctica clínica e indiscutiblemente brinda todas las oportunidades para la preparación de los médicos de la Facultad de Medicina. En los años mozos del hospital, la gran mayoría de los médicos eran maestros de la FM, que además era la única Escuela de Medicina en la zona metropolitana, entonces el vínculo ha sido tal que se ha considerado como el Hospital Universitario de la UNAM y creo que en el futuro podría ser más interesante, pero esto nos llevaría a otra plática. El número de alumnos que recibimos cada año en práctica clínica, internado y servicio social ha aumentado; por ejemplo, mi generación era aproximadamente de mil 700, rotamos mil en este hospital y hoy recibimos 700 u 800 alumnos diarios, precisamente porque ha conservado una de las condiciones particulares de la medicina: la práctica clínica purista. Ciertamente ha cambiado hacia el terreno americano de agilidad, menos quisquilloso, pero todavía contamos con médicos que hacen una clínica francesa extraordinariamente purista que llega al diagnóstico preciso sin aparatos ni pruebas de laboratorio, bueno, tardan un promedio de dos o tres horas interrogando del pelo a la uña; ése es el motivo por el cual sigue siendo un hospital importante para la práctica clínica, no sólo para la Facultad de Medicina, sino porque aquí recibimos también químicos para formar químicos clínicos, tenemos un departamento de biomédica, relación con el Centro de Instrumentos, intercambio de recursos humanos con odontólogos, es decir, tenemos una gran injerencia universitaria; creo que podremos perder relación con otras instituciones, pero el lazo formado con la UNAM, no. "A lo mejor seré presuntuoso, pero de miles de médicos mexicanos pocos son los que no han rotado por lo menos una vez por este hospital, para clases, cursos de capacitación, educación médica continua, residencias, etcétera... " -En cuanto a equipo, ¿cómo se encuentra el Hospital? "Somos el único de la red federal que cuenta con radiocirugía, el sistema más avanzado en el mundo para aneurismas y tumores cerebrales. Hay tres equipos en el país y dos de ellos en la medicina privada. Somos de los primeros a la vanguardia con tratamiento para la sordera total. Hoy, 11 de enero, se está interviniendo a un pequeño de sordera total a quien garantizamos que en unos seis u ocho meses ya podrá oír. "El Hospital General ha sido calificado sólo para la gente pobre y, efectivamente, asiste a personas de bajos recursos. En el año de 1998, se atendieron 538 mil y fracción de personas; en 1999, que fue un año difícil por las condiciones del país y se presentaron ciertos problemas porque la gestión anterior incrementó las cuotas de recuperación, se vieron más de 606 mil 700 pacientes, cerca de 70 mil pacientes y 6 mil cirugías más que el año anterior y hubo sólo cinco quejas por el aumento de recuperación; en el año 2000, pensamos que iba a repercutir sobre el volumen de pacientes y encontramos 602 mil y pico, no disminuyó la asistencia y fue el mismo catálogo de cuotas. Ahora, se ha hecho una restructuración en el catálogo y disminuyeron las cuotas. Hasta el mes de noviembre se recibió la autorización de aplicarlas, por lo que se comenzará a partir del día 15 de enero. Sabemos que con ello aumentará el número de pacientes y eso va en contra de lo que buscamos, pero un elemento importante es que si se ha visto cómo la clase económica baja persiste, siempre vendrá gente pobre a la cual, si no tiene capacidad de pago, se le exenta, y anualmente exentamos un promedio de 60 o 70 mil enfermos. Paralelamente hemos notado un incremento de personas con sueldos de 3 o 4 mil pesos, es decir, comienza a asistir una clase media y lo que necesitamos es dar la imagen de una buena institución para que la gente de recursos venga a un hospital de la ciudad de México a hacerse todos los tratamientos que requiera y ése es el proyecto de este año, darle la vuelta a la atención médica para que podamos atender a cualquier mexicano que sea o no asegurado, y quien tenga más, que pague más. Formación de recursos humanos con vista al futuro "Hace unos minutos platicaba con el doctor Luis Alcocer, jefe de servicio de Cardiología, y comentábamos sobre cuál va ser la futura perspectiva del cardiólogo, que ya no sea un médico con estetoscopio y se dedique a oír, sino que definitiva-mente se dedique a una medicina preventiva desde el punto de vista de los factores de riesgo para evitar un edema o un infarto cerebral, y que sea un individuo con una actividad clínica muy especifica y atienda la prevención secundaria; todos estos son conceptos que emergen del Hospital General y necesitamos replanteárselo a la Universidad para que los cursos de posgrado giren alrededor de lo que vamos a proponer; ello evitará tener recursos humanos formados de manera tradicional que queden sin empleo; hoy se necesita ser más invasivo, de prevención, y en este sentido están todas las ramas de la medicina, por lo que estamos organizando círculos de atención de calidad en esta población que asiste al hospital, lo cual nos va a dar muchas ventajas. Primero, una atención de calidad y, segundo, una formación de recursos humanos moderna y muy futurista". Hospital generador de grandes talentos -Doctor vemos que porta un nuevo emblema del hospital, ¿a qué se debe? "Bueno este logotipo símbolo fue creado después de analizar el lema del hospital que dice: 'Hospital General de México: toda una vida al cuidado de la vida' y esto es porque el hospital en breve cumplirá cien años de fundado como hospital general que cubre todas las áreas médicas. "El proyecto data de 1885 pero se inauguró en 1905, es decir, que su proyección y construcción llevó cerca de 20 años, pues el estudio realizado fue minucioso para decidir qué sería lo mejor para la ciudad de México y que se cumpliera con las condiciones sanitarias de aquella época. Los hospitales no se construían dentro de las áreas urbanas, porque tenían un concepto sanitario muy diferente. Hoy nos ganó el crecimiento, pero de este hospital se originó el nombre de la colonia Doctores, es decir, que siempre se ha situado aquí. Incluso, aquí estuvo el primer edifico donde se localizaba la dirección con dos aulas magna: 'Doctor Terrés' y 'Ayala González', donde se comenzaron a dar las primeras cátedras no sólo para médicos sino también para enfermeras. Aquí nacieron las especialidades del país, después de que muchos de los grandes maestros de la medicina regresaban de su preparación en Estados Unidos y Europa. La educación que predominaba era la francesa y después de la guerra vino el apogeo estadunidense, pero ellos regresaron, como el maestro Zubirán, el cirujano Clemente Robles -un hombre sumamente hábil que todo el mundo reconoce como un ídolo, manualmente extraordinario y quien además es director emérito del hospital-; el excelente grastroenterólogo Abraham Ayala González; don Aquilino Villanueva, urólogo iniciador del área en nuestro país, con cuyo nombre también tenemos un aula; el alergólogo Salazar Mayén, etcétera... En este hospital, en la década de los treinta, se descubrió la bacteria del tifo... "Así el emblema se inspiró en las manos expertas de sus médicos; si algo ha tenido este hospital ha sido la calidad de sus cirujanos, el cuidado de sus médicos y la información en las manos de los cirujanos, en el parto, el que ve los ojos, el que oye y opera y ese logotipo tiene como símbolo unas manos estilizadas con una esfera de color verde que significa la esperanza del ciudadano que asiste a esta institución". Finalmente comentó que su familia la constituyen él, su esposa, tres hijos universitarios y una nieta. Pamela, su hija mayor y madre de su nieta, es licenciada en relaciones internacionales y estudia una maestría sobre Oriente Medio, en España. Priscila es licenciada en historia y realiza estudios en Inglaterra, y Francisco Rafael, al cual "le dio el gen" y es médico. "Con mi hijo tenía grandes esperanzas porque quería ser chef y de repente mi hija mayor tuvo un adenoma hipofisiario y, en ese momento, cambió y dijo: 'Yo quiero ser médico'. Me espanté y le dije: '¿Qué te pasa?, si íbamos muy bien', y la agarró con pasión, quiere ser neurocirujano". | ||||||||