Pensamiento y actitudes científicas, ¿cómo se adquieren?

Este tipo de preguntas y reflexiones son de particular interés para quienes dedicamos parte de nuestro esfuerzo profesional a la educación de los estudiantes de medicina, ya que la práctica de la medicina contemporánea tiende a ser cada vez más y más científica y aunque se habla mucho de la educación científica poco se habla concretamente de qué es la ciencia, cómo funciona o en qué consiste el pensamiento científico, mucho menos de cómo se adquieren estas habilidades.

El pensamiento científico es un conjunto más o menos sistematizado de modos de pensar que todos los humanos usamos en mayor o menor medida, pero que los científicos usamos habitualmente; en otras palabras los científicos desarrollamos y practicamos ciertos hábitos mentales. Y ¿qué hábitos concretamente son éstos? los científicos hacen constantemente preguntas y tratan de encontrar o inventar respuestas a esas preguntas que se hacen; también muy a menudo están comparando cuidadosamente, es decir, se la pasan midiendo en forma meticulosa las cosas que observan. El objetivo de estas preguntas es el estudio y la investigación, y de este hacer preguntas e imaginar respuestas, viene la invención de cómo probar que la respuesta que imaginamos es correcta y de ahí parte la necesidad de hacer experimentos, de los cuales obtenemos evidencias que van confirmando si las respuestas que imaginamos son correctas o no. El sentido pragmático de estos modos de pensar y actuar ha conducido a la solución de muchísimos problemas grandes y pequeños, y a la invención de conceptos formidables que han cambiado nada menos que la historia de la humanidad, desde la revolucionaria demostración de Galileo acerca de la rotación de los planetas alrededor del Sol, hasta la demostración del origen bacteriano de las enfermedades infecciosas de Pasteur, o la determinación estructural del ADN, el material génico de los organismos vivos de Watson y Crick.

De este afán científico por contestar preguntas y resolver problemas viene la interacción lógica e inevitable de hacer de la práctica médica, un proceso más y más científico; aprender y usar el pensamiento científico como método para curar o atender pacientes enfermos es una visión contemporánea del tipo de enfrentamiento deseable en el estudiante de medicina. Bueno, pero ¿cómo se adquieren estas habilidades? En la medida que éstas son hábitos mentales, los aprendemos del mismo modo que otros hábitos como la costumbre de lavarnos los dientes: la aprendemos a base de ver a otros; los hábitos mentales que practican los científicos se aprenden al verlos actuar en sus laboratorios, al interaccionar con ellos y al verlos hacer experimentos y por supuesto al hacer los experimentos personales.

Teniendo en consideración las ideas anteriores, cabe mencionar que hoy en día en nuestra Facultad hay varias oportunidades curriculares para los estudiantes de medicina que quieran explorar la actividad científica. La asignatura de libre elección Temas Selectos de Investigación Científica aplicada a Problemas Médicos, ofrece una excelente oportunidad para aquellos jóvenes estudiantes con curiosidad e interés por explorar y desarrollar estas habilidades. La asignatura ofrece la interacción directa con varios investigadores y su equipo de trabajo en sus laboratorios durante un semestre, con la posibilidad de poner manos a la obra. Si eres estudiante y te interesa esta asignatura, comunícate al 6 22 56 25 para una entrevista antes del próximo periodo de inscripciones.

Dra. Verónica Ponce, del Instituto de Fisiología Celular y profesora de la Facultad de Medicina.