Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de diciembre 2003


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PROGRAMA PERMANENTE DE CASOS ANATOMOCLÍNICOS

Expertos analizan otro caso de medicina interna

Su historia clínica decía que era una mujer joven de 25 años, que inició su padecimiento en 1956, y dos años después murió por tuberculosis pulmonar avanzada. Éste fue el caso anatomoclínico de medicina interna propuesto por el Hospital General de México para su análisis, en el cual participaron alumnos, profesores y autoridades de la Facultad de Medicina, así como profesionales de la salud provenientes de ese nosocomio.
En esta ocasión acompañaron al doctor Octavio Rivero Serrano, coordinador del Programa Permanente de Casos Anatomoclínicos, el doctor Arturo Ruiz Ruisánchez, coordinador de Servicios a la Comunidad, y expertos del Hospital General de México: Eduardo De Anda Becerril, director de Enseñanza, quien dio lectura al caso, Julián Espinosa Rey, jefe del Servicio de Medicina Interna, quien comentó el mismo, y Avissaí Alcántara Vázquez, jefe del Servicio de Anatomía Patológica, que finalmente habló de los hallazgos anatomopatológicos y la correlación anatomoclínica.
Con el interés y participación de los asistentes, el doctor Rivero Serrano señaló que en estos ejercicios de análisis clínico se pretende que los alumnos observen casos comunes, no muy complicados y, sobre todo, aquellos que aún pueden surgir en la medicina actual, como por el ejemplo la tuberculosis, padecimiento emergente por sida y diabetes miellitus, de difícil diagnóstico en otro tipo de pacientes, expresión con la que coincidieron los presentes.


De izq. a der., los doctores Avissaí Alcántara, Eduardo De Anda, Octavio Rivero, Arturo Ruíz, Julián Expinosa
 

En lo que se refiere al comentario clínico, Espinosa Rey explicó que se trata de un caso que presenta muchas dudas desde el punto de vista clínico, por ello dijo que es muy importante que la historia clínica se realice con mucho más semiología para permitir al patólogo dar un mejor resumen; en este mismo sentido profesores presentes manifestaron que el alumno debe aprender a elaborar la historia clínica a fin de tener elementos para un buen diagnóstico.
Adicionalmente, el doctor Rivero Serrano, en este mismo punto, señaló que en la historia clínica, el médico también debe especificar los aspectos social, económico y cultural, ya que en el caso analizado, la paciente tardó un año en acudir al médico, después de presentar síntomas graves, lo cual es muy importante, ya que los enfermos que llegan a tiempo al servicio médico pueden tener más posibilidades de recuperar la salud que los que no lo hacen.

El caso clínico analizado fue el siguiente:
Mujer de 25 de edad. Sus padres fallecieron de padecimiento respiratorio. Habitación en malas condiciones higiénicas. Alimentación deficiente en cantidad y calidad. Menarca a los 13 años con ritmo de 30x3; un embarazo con parto y puerperio normales; amenorrea desde el principio de su enfermedad.
Su padecimiento actual se inició a principios de 1956, con tos de evolución crónica, al principio seca y después acompañada de expectoración mucosa, que se volvió purulenta y aumentó en cantidad, fácil de expulsar, amarillo verdosa, en cantidad de 100 cc en 24h, predominio vespertino, que se exacerbaba con el decúbito lateral izquierdo; dolor en la porción anterior y lateral del hemitórax izquierdo que se irradiaba a la región pectoral, de tipo punzante, de intensidad media y se exacerbaba con los accesos de tos. Presentó ligera disfonía y fiebre vespertina no cuantificada en los dos primeros meses de la iniciación de su enfermedad.
Tres meses después apareció disnea de predominio nocturno que se exacerbó con el decúbito lateral izquierdo. Un año después el dolor era leve, la tos menos frecuente y la disnea de pequeños esfuerzos. Evolucionó con anorexia, astenia, adinamia, pérdida de peso y fiebre no cuantificada.
A su ingreso al Hospital, un año después del inicio de su padecimiento, se encontró paciente adelgazada; el pulso carotídeo fue visible con frecuencia 80 x min. Tórax: la cara posterior se notó asimétrica por retracción del hemitóráx izquierdo, las vibraciones vocales se encontraron abolidas en la base de este hemitórax; en la percusión se encontró matidez en la región basal izquierda y submatidez en el resto del mismo lado.
En las caras laterales del tórax se encontraron aumentadas las vibraciones vocales. El hígado era ligeramente doloroso a la palpación; su borde inferior se encontró 2 cm. por debajo del borde costal. Miembros torácicos y pélvicos muy delgados.
Exámenes de laboratorio: varias baciloscopias en esputo de III-57 al II-58 fueron positivas; cuatro cultivos positivos para bacilos de Koch, sensibles solamente al PAS. Biometrías hemáticas del III-57 al VII-57: hemoglobina osciló entre 7 y 9 (11.5-16.5), eritrocitos entre 3 000 000 y 4 200 000 (4 000 000 a 4 500 000). Ht entre 27 y 29 (37-48), leucocitos entre 4 600 y 8 700 (5 000 a 10 000), con linfocitos entre 5 y 16% (17-45), monocitos entre 5 y 10% (4-10), eosinófilos entre 0 y 2 (0.5-4) y neutrófilos entre 76 y 84% (60-75). La sedimentación globular se encontró acelerada. Tuvo insuficiencia cardiaca congestivovenosa, con cor pulmonale crónico. Radiografías de tórax: opacidad total homogénea; en las regiones basales y en las regiones hiliar, parahiliar, intercleidohiliar y apical se observaron zonas de hiperclaridad sugestivas de imágenes cavitarias; en el lado derecho se observó el diafragma elevado con opacidades macro y micronodulares, confluentes, más numerosas en las regiones basales.
Evolución y terapéutica. Se le administró estreptomicina, isoniacida, complejo B, transfusiones de sangre total, vitamina B12 y sulfato ferroso. Presentó cor pulmonale e insuficiencia cardiaca; pulso 140 x min; hígado tres dedos por debajo del borde costal. Por ser una tuberculosis pulmonar avanzada se programó su alta, pero la paciente falleció. Se desconocen datos clínicos del momento de su muerte, que ocurrió dos años después del inicio de su padecimiento.

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