Celebra la UNAM el primer centenario del natalicio del doctor Fernando Latapí La biografía del doctor Latapí ocupará
un sitio en la nueva Biblioteca de Alejandría “Sus aportaciones a la leprología y la dermatología mexicana y mundial fueron numerosas, su pasión fue investigar más sobre la lepra; el término ‘leproso’ le pareció despectivo, estimuló el desarrollo del trabajo de campo y creó para los estudiantes de dermatoleprología los llamados ‘comandos contra la lepra’”, así fue como el doctor Roberto Arenas Guzmán evocó la obra de su maestro, el dermatólogo mexicano Fernando Latapí, al conmemorar el primer centenario de su natalicio. Ex presidente de la Academia Mexicana de Dermatología, actual jefe de la sección de Micología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González” y miembro de la Academia Nacional de Medicina, el doctor Arenas habló de la obra del distinguido dermatólogo nacido el 11 de octubre de 1902, quien realizó estudios en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM, donde se graduó como médico cirujano el 11 de agosto de 1928, y quien fundó el Centro Dermatológico “Dr. Ladislao Pascua” (el cual inició sus funciones el 2 de enero de 1937), y lo dirigió hasta octubre de 1982. “Fue un maestro en toda la extensión de la palabra, no sólo por sus conocimientos médicos, sino por su humanismo y por haber tenido la capacidad de despertar en muchos el interés por esta rama de la medicina”, expresó el doctor Arenas, también autor de Las enseñanzas del maestro, editado en 1991, dentro de la serie Nuestros Maestros, de la UNAM.
Empezó su práctica en dermatología en el pabellón 11 en el Hospital General de México, fue fundador y secretario permanente de la Sociedad Mexicana de Dermatología en 1936. En 1939 ingresó a la ANM, miembro fundador y presidente de la Asociación Mexicana de Acción contra la Lepra en 1948, y de 1947 a 1972 fue jefe del Servicio de Dermatología del Hospital General de México. Su interés por la dermatología lo llevó a fundar y dirigir la revista Dermatología, en 1953, proyecto editorial que en sus inicios fue apoyado por las doctoras Obdulia Rodríguez y Yolanda Ortiz. El doctor Arenas informó que la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM ha hecho los trámites respectivos para que la obra biográfica del doctor Latapí ocupe un sitio en el acervo de la Nueva Biblioteca de Alejandría, la cual se encuentra en la ciudad de El Cairo, en Egipto. Asimismo, adelantó que se pretende crear un sitio en internet dedicado al doctor Latapí, donde los usuarios podrán realizar una visita virtual al consultorio del destacado dermatólogo, “se trata de un proyecto conjunto entre el Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de esta Facultad, el Instituto de Administración en Ciencias de la Salud y la Academia Nacional de Medicina”, apuntó. Al hacer una semblanza de Latapí, la doctora Gabriela Frías abordó algunos aspectos de la personalidad del dermatólogo mexicano, quien gustaba recitar en francés las fábulas de La Fontaine. “Tuvo selectos y pocos compañeros, sin duda sus mejores amigos fueron sus pacientes, niños y adultos; cabe destacar que la lepra fue su pasión y por eso tenía que trabajar con todos los medios”, recordó. Sus contribuciones fueron los estudios del “mal de pinto” llevados a cabo en 1940 junto con el doctor Salvador González Herrejón, en donde se describen las manifestaciones tempranas del padecimiento. Redescubrió y estudió la forma difusa de la lepra lepromatosa, descubierta por Rafael Lucio en 1851; en la investigación completó la descripción de la enfermedad y la presentó en congresos internacionales, desde entonces a este tipo de lepra se le llama de Lucio y Latapí. En el campo de la leprología participó activamente en el cambio de ideas respecto al manejo del paciente y al control de la lepra, por lo que se dejó de considerar esta enfermedad como una maldición. Por su parte, el doctor Francisco Javier Campos explicó que la infancia del doctor Latapí transcurrió entre disciplina y solemnidad, se caracterizó siempre por ser un joven estudioso, en la preparatoria destacó en francés, literatura castellana y trigonometría rectilínea, y además vivió en la calle del Chopo en Santa María de la Ribera. “Su examen profesional lo aprobó por unanimidad después de responder cuestionamientos acerca de la neurología de los cánidos”, reveló. Ante miembros de la Sociedad y Academia Mexicana de Dermatología, alumnos, compañeros y familiares del doctor Latapí, reunidos en el auditorio “Dr. Gustavo Baz” del Antiguo Palacio de Medicina, el doctor Carlos Viesca Treviño, jefe del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, al hacer uso de la palabra manifestó que Latapí forma parte de los más importantes precursores de la dermatología mexicana, junto con los doctores Rafael Lucio, González Ureña y Salvador González Herrejón, “contamos con una especialidad en la que la medicina mexicana puede sentirse orgullosa”, destacó. Miembro de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina, el doctor Viesca agradeció a Arenas Guzmán por haber organizado el homenaje al doctor Latapí y anunció que se creará la sala de dermatología en donde se exhibirán objetos personales del distinguido dermatólogo, que serán donados por Arenas Guzmán. Finalmente, el director del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, doctor Juan José Mazón, felicitó a los organizadores del homenaje y al gremio de la dermatología mexicana, entre quienes se encontraba la doctora Obdulia Rodríguez Rodríguez, titular del Centro Dermatológico “Dr. Ladislao Pascua”, y tocó al doctor Francisco Becerra, representante personal del doctor Misael Uribe, coordinador general de los Institutos Nacionales de Salud, clausurar el evento. Compartieron la mesa de honor, además de Arenas Guzmán, Mazón Ramírez y Becerra, los doctores Luciano Domínguez, jefe de la División de Dermatología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, y Clemente Moreno Collado, presidente de la Fundación Mexicana para la Dermatología; el doctor Víctor Huggo Córdova, investigador del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, fue el moderador del evento. |