Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de diciembre 2001


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El Museo de la Medicina Mexicana participa en la Exposición histórica de instrumental y documentos médicos

  • Se inaugura en el Hospital ABC, con motivo de su 115 aniversario
  • La Facultad de Medicina prestó piezas para la exhibición

Con la Exposición histórica de instrumental y documentos médicos, dan inicio los festejos del 115 aniversario del Hospital Inglés ABC, ocasión en que el Museo de la Medicina Mexicana de la Facultad de Medicina, UNAM, participa prestando, en calidad de resguardo, algunas piezas que, junto a otras provenientes de colecciones personales, forman parte de la exhibición inaugurada el pasado 15 de noviembre en las instalaciones de ese centro hospitalario.

Con más de 100 piezas del siglo XIX, entre documentos, libros, instrumental médico y de farmacia, que abarcan casi todas las áreas de la medicina, entre las que se encuentran alrededor de 30 de la Facultad, desde piezas de cera, botámenes, estuches de cirugía y quirúrgicos, hasta publicaciones médicas, se conforma la exposición que se admiró en el salón anexo del auditorio principal del nosocomio.

En la gráfica los doctores Gabriel Rodríguez Weber, Alejandro Cravioto, Sergio Paliza, Enrique Ruelas y Jaime Martuschelli


En el momento de la inaguración, al centro el doctor Luis Felipe Torres de la Garza, director general del Centro Médico ABC

El director de la FM con el doctor Martuschelli (de espaldas) durante el recorrido por a exposición

Esta muestra fue posible gracias al trabajo conjunto con la FM, de manera que el material expuesto es de gran valor histórico porque nos conduce al conocimiento del pasado para comprender el presente, ver con optimismo el futuro y así juntar nuestra misión (la excelencia médica en beneficio del enfermo) para dejar un legado que facilite la curación a los pacientes y la prevención de las enfermedades, señaló al iniciar la ceremonia el director general del ABC, doctor Luis Felipe Torres de la Garza.

En esta ocasión y ante invitados como Enrique Ruelas, subsecretario de Salud, y Jaime Martuschelli, secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria, se presentaron las conferencias La educación del niño precolombino, del doctor Max Shein, miembro del Centro Médico ABC; Premio Nobel de Medicina, del doctor Carlos Ortiz Hidalgo, jefe de patología de ese nosocomio, e Historia de la medicina en México, del doctor Alejandro Cravioto, director de la FM, UNAM.

Al tomar la palabra, el doctor Roberto Richheimer W., coordinador de la exposición, agradeció a la licenciada Virginia Classing y al maestro Omar Arroyo, director del Museo de la Medicina Mexicana, así como al doctor Cravioto y al rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, por su apoyo y por hacer posible la exposición; al mismo tiempo invitó a los presentes a reflexionar sobre la medicina de ayer y hoy, observando, dijo, qué es lo que hace que nuestra vida sea sana y mejor.

Antes de la inauguración de la Exposición de instrumental y documentos médicos, el director de la Facultad de Medicina dijo que el acervo de la Universidad Nacional crece día con día, y el material histórico con que cuenta la Facultad permite prestarlo bajo resguardo a otras instituciones para formar parte de esas exhibiciones itinerantes.

Más adelante, en su conferencia, se refirió al adiestramiento de los nuevos médicos; dijo que existe una preocupación mundial sobre la enseñanza de la educación médica, de la cual han surgido dos enfoques, uno dedicado a elaborar estándares para definir qué es una buena escuela de medicina o un buen hospital, y un médico general o especialista bien adiestrado, de manera que se pueda observar el proceso de formación de estos profesionales; el otro enfoque tiene que ver con el producto ya formado para observar si cuenta con una serie de competencias, habilidades, actitudes y conocimientos que le permita enfrentarse a su profesión como médico, independientemente del tiempo y el currículo elegido. Con ambas ideas, el director de la FM señaló que si se combinan, se tendrá la posibilidad de ver el proceso y el resultado.

Además, informó que la Federación Mundial de Educación Médica se ha dedicado a elaborar los estándares tanto para entrar en un proceso global de acreditación de escuelas de medicina como para observar en los cambios curriculares cómo se puede obtener un individuo que tenga ciertas habilidades, capacidades y conocimientos.

En este punto también está trabajando el Instituto Internacional de Educación Médica (financiado por The China Medical Board), organización perteneciente a la Fundación Rockefeller desde 1914, el cual, en una reunión, pidió a los participantes debatir sobre los perfiles y requerimientos globales para tener un graduado de medicina en cualquier parte del mundo; la función es buscar cómo sería el producto final y la evaluación de dicho producto.

Después de una larga discusión realizada en Nueva York, dijo el doctor Cravioto que se ha llegado a una serie de competencias fundamentales, y se ha logrado un documento que va a ser publicado en la revista Medical Teacher, en el que se describen las áreas globales de la formación médica: salud poblacional y sistemas de salud; destrezas clínicas; bases científicas de la medicina, y valores profesionales, actitudes y ética, así como pensamiento crítico e investigación, manejo de la información y destrezas de comunicación.

Finalmente, enfatizó que la Fundación Rockefeller está apoyando para que en cinco universidades chinas se lleven a cabo el análisis y la evaluación de las áreas descritas, y los demás miembros del comité quieren hacer un ejercicio igual utilizando las propias escuelas de medicina; para ello existen 10 escuelas en el mundo que piensan entrar en el mismo proceso una vez que se definan los sistemas de evaluación.

Del Hospital ABC, los doctores Gabriel Rodríguez Weber, presidente de la Asociación Médica, y Bernardo Tanur, presidente del cuerpo médico; Sergio Paliza, vicepresidente del Patronato, y el licenciado Alejandro Alfonso Díaz, director de finanzas, escucharon en la conferencia de Shein que aunque en la historia los niños, especialmente las niñas, han sido mutilados, descalificados, emparedados, circuncidados, asesinados los gemelos en Africa, ahogadas las niñas en el Oriente Medio y asesinadas en la India, éstas fueron prácticas que no se llevaban a cabo en la América precolombina por razones diferentes.

En México, después de un recorrido por la historia, dijo que los mexicanos (aztecas) tenían un enorme cuidado y orden en la crianza de sus hijos, aspecto que documentó describiendo una serie de folios, parte del Códice Mendocino (documento pictográfico del siglo XVI), donde se observan las etapas de desarrollo y educación doméstica, alimentación y vestimenta de los niños aztecas.

Además describió las dos clases de escuelas: calmécac y telpochcalli, a las que asistían los jóvenes aztecas de 15 y 16 años de edad, y en las que recibían distintos tipos de educación. En cada poblado existía un calmécac -casa para el adiestramiento de deberes sacerdotales y de liderazgo- en él se aceptaban cien niños como máximo, de manera que eran pocos los escogidos. “Un pequeño grupo de hijos de los nobles o los más inteligentes de las clases sociales más bajas era admitido, los jóvenes eran adiestrados para ejercer el sacerdocio o para ocupar puestos políticos y mili-tares; se daba gran importancia a la interpretación jeroglífica, pictográfica y calendárica, se les instruía en genealogía, aritmética, arquitectura, economía, uso de hierbas, y recibían instrucción especial y liderazgo para la guerra. Las niñas vivían bajo estricta disciplina y asistían a escuelas administradas por sacerdotisas, recibían instrucción en religión y artes domésticas, la mayor parte de ellas abandonaba la escuela para casarse y algunas eran admitidas en escuelas especiales para convertirse en sacerdotisas, parteras y casamenteras, pero en general permanecían en casa y participaban poco en la vida social y política.

En cada calpulli (unidades sociales) había un telpochcalli -casa de los jóvenes para la educación general y de guerra- donde los jóvenes eran adiestrados principalmente para el combate y recibían también una educación en religión, historia y costumbres, principalmente en los deberes indios. El trabajo pesado y los castigos severos eran la norma. Los muchachos podían abandonar la escuela tras haber capturado un individuo en batalla o después de casarse para dedicarse a la agricultura.

Era normal reunirse en las casas de canto (cuicacalli) para aprender de memoria cantos y ritos religiosos, y los temas que se consideraban tradicionales, conservando así en la memoria hechos y situaciones que habían contribuido a la formación de cada comunidad. También existían institutos donde se enseñaba la medicina a médicos y curanderos y las técnicas de elaboración de artículos de plumas, gemas, oro y plata, así como los colegios de los comerciantes (pochtecas) donde se enseñaban las normas de los viajes de comercio y el comercio propiamente.

Finalmente, al referirse a uno de los textos de Miguel León Portilla, señaló: “La historia de los niños es una pesadilla de la que apenas estamos despertando, por ello es importante relatar la de los indígenas de Mesoamérica que trataban a sus hijos con tanto amor y respeto, que entre los siglos XIV y XVI exigían la educación universal, cualquiera que fuera el origen social de los niños; basta comparar ese estado de cosas con la antigüedad clásica o la Edad Media europea para decir, como León Portilla, que la educación del niño precolombino era profundamente humanística”.

 

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