La medicina contemporánea: Testimoniales
El ciclo de conferencias magistrales sobre el tema de
la medicina contemporánea pretende ofrecer a los alumnos de primer ingreso
las experiencias de los médicos forjadores de la medicina contemporánea
con el propósito de orientar su formación y práctica futuras. El maestro y el alumno investigador “El médico tiene la obligación moral de contribuir al avance de los conocimientos científicos de su profesión, pues de esa manera promueve que la atención que ofrece a sus pacientes sea cada vez mejor y que sus actividades docentes tengan cada vez más y mejor contenido. No hacer o ni siquiera intentar realizar investigación científica es un acto inmoral, es una falta grave de la ética médica”, luego de expresar lo anterior el doctor Ruy Pérez Tamayo explicó durante su conferencia magistral “El maestro y el alumno investigador”, que la ética médica se construye a partir de las funciones específicas de la medicina, como son conservar la salud, promover una mejor relación terapéutica médico-paciente y evitar las muertes precoces.
El autor de obras científicas como Principios de patología, enfatizó que el estudiante y el profesor de medicina deben incorporar en su pensamiento el espíritu de la ciencia. “Necesitan aprender a pensar en forma crítica y objetiva, a razonar y analizar en vez de memorizar y repetir, a observar y a cuestionar, y sobre todo a predecir y a explorar lo que todavía no se sabe, con objeto de aumentar el conocimiento científico. De otra manera, la medicina no avanza, no progresa y en lugar de ser una profesión digna se convierte en una ‘chambita’ y no en una aventura intelectual”, sostuvo. Egresado de la carrera de medicina por la UNAM y especialista en el área de patología, el doctor Pérez Tamayo afirmó que la medicina científica está basada solamente en datos o pruebas objetivas y no en corazonadas, mitos o leyendas. Hizo un llamado a promover campañas a favor de la medicina científica, “la que se aprende en la escuela y se practica todos los días”. Miembro también de El Colegio Nacional, de la Academia Mexicana de la Lengua, y del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia, Pérez Tamayo compartió su experiencia como estudiante, docente e investigador científico con cientos de alumnos reunidos en el auditorio “Dr. Raoul Fournier”, el pasado 19 de noviembre. La aventura científica del doctor Pérez Tamayo inició muy temprano, cuando era estudiante de tercer año de la Escuela Nacional de Medicina, en 1943, en que colaboraba como ayudante en el laboratorio de su amigo Raúl Hernández Peón, quien se convirtió más tarde en un neurofisiólogo de prestigio internacional y murió en 1977, Hernández Peón tenía un laboratorio de fisiología con algunos instrumentos en el sótano de su casa, y en él ambos hacían experimentos sobre la regulación nerviosa de la presión arterial con gatos. Al animal se le colocaba una cánula de Francois Franck en la carótida izquierda para medir la presión arterial, se montaba el papel ahumado en el quimógrafo y simultáneamente se ajustaba el pletismógrafo hasta obtener un registro estable. Un par de años después se incorporó al grupo, Carlos Guzmán Flores, quien en la actualidad es investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas. “Al estudiar la influencia de la estimulación de los nervios renales de la presión arterial, se nos ocurrió ver lo que pasaba con la circulación sanguínea intrarrenal, por lo que inyectamos tinta china en la arteria del riñón para después estimular los nervios. Observamos que los riñones del gato palidecían al mismo tiempo que se elevaba la presión arterial. La palidez de la corteza renal se debía al cierre de los vasos que la irrigan, mientras los de la médula renal permanecían abiertos, lo que habíamos hecho era reproducir el fenómeno del corto circuito o shunt circulatorio, postulado entonces como la causa del ‘síndrome del aplastamiento’, que es la insuficiencia renal aguda desarrollada después de traumatismos graves, observada en las personas atrapadas en los escombros de los bombardeos de Londres por la Luftware, a finales de la Segunda Guerra Mundial”. “Con el apoyo del doctor Efrén C. del Pozo, profesor de fisiología y después secretario general de la UNAM, escribimos un artículo describiendo nuestras observaciones cuando estábamos en tercer año, el artículo se llamó: ‘Estudio de algunos factores determinantes de cambios regionales en la circulación renal’”. El también investigador nacional emérito, distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y doctor Honoris Causa por la Universidad de Colima, finalizó su conferencia magistral refiriéndose a la ética médica que debe distinguir a los futuros médicos: “No hacer investigación en medicina o ni siquiera intentarlo es negarse uno mismo a una de las experiencias intelectuales más estimulantes que existen; no participar en el estudio y el descubrimiento de nuevos hechos relacionados con la salud y la enfermedad es convertir el ejercicio de la medicina, de una profesión estimulante y diariamente renovada, en una rutina cansada y poco atractiva; es trasformar el arte espléndido de Hipócrates en una ‘artesanía vulgar’ y ausente de las satisfacciones espirituales derivadas del uso continuo de todas nuestras facultades; es confundir una misión social, humanitaria, noble y generosa con una ‘chambita’ cualquiera, lo cual significa cometer la más grave falta de ética médica, el acto supremamente inmoral en medicina”, destacó. Enseñanza virtual y aprendizaje a distancia “La enseñanza de la medicina es uno de los temas que más interesa a profesionales y educadores médicos en todo el mundo, toda vez que el médico no es un profesionista más, es un individuo que hace un contrato social muy particular con el enfermo y su familia”, señaló el doctor Alejandro Cravioto. En esta conferencia, el director de la Facultad de Medicina introdujo a los galenos que inician su adiestra-miento en esta institución educativa por los métodos de la enseñanza y el autoaprendizaje, para finalmente presentar un elemento electrónico (disco compacto interactivo) para el adiestramiento o, como se de-nominó en esta ocasión, la enseñanza virtual. De esa manera, señaló que el compromiso que exige la profesión médica, aunado a la formación del profesional de la salud, ha motivado al desarrollo de mejores formas de aprendizaje. Los cambios que se han experimentado en la educación médica han ido incorporando formas que van desarrollándose como parte del proceso de aprender y de enseñar. En el proceso actual al que se refirió el académico e investigador, se encuentra el uso de las computadoras, las cuales, recordó, eran muy pocas hace siete años en la FM (cuando iniciaba su periodo como director), sin embargo, gracias a la Fundación UNAM se equiparon 49 aulas de cómputo, dos en la Facultad y varias más en hospitales del D.F., una en Villahermosa, y otra en Acapulco. De 1995 a 2000 el número de computadoras personales con que contaba la FM aumentó de 300 a mil 800; este equipo ha permitido que los alumnos y profesores accedan a las bibliotecas por medio de internet y a revistas que antes no se podían consultar en esos espacios, con la oportunidad de hacer búsquedas de información. “Así que nos enfrentamos -dijo el doctor Cravioto- a una nueva cultura, ya que para esta generación de médicos la computación e internet no son indiferentes, por lo tanto debemos aprovechar estos medios al máximo para poder aprender”. Además aclaró que el uso de las computadoras no sustituirá por el momento a los profesores, aunque en las áreas básicas ya existen programas de software que permiten ver y mover el cerebro, ver cómo los músculos se insertan sobre los huesos, etcétera. Asimismo, señaló que debido al crecimiento del uso de internet en México, los interesados pueden obtener información de bibliotecas y de libros; además se puede visitar un museo por medio de lo que se llama realidad virtual. Del área médica también se encuentra con mayor facilidad información de revistas e índices médicos, entre un caudal de temas, sólo que en este punto, los usuarios deben aprender a hacer un buen uso de esa tecnología. Con esta herramienta se acerca a los alumnos a la Facultad, mediante las computadoras que se encuentran en los hospitales, en donde entran en contacto con los pacientes, médicos y enfermeras; además adelantó a los galenos de nuevo ingreso que durante su práctica en los nosocomios su aprendizaje se realizará en forma supervisada por los maestros. Actualmente la Facultad de Medicina, dijo el director de la misma, cuenta con la oportunidad de apoyar el aprendizaje de los futuros médicos con dos proyectos nuevos: La biblioteca digital y el sistema interactivo de apoyo a la enseñanza de la medicina, el “hospital virtual”. A este respecto, mientras se proyectaba el demo en el auditorio “Dr. Raoul Fournier”, explicó que con el nuevo sistema tecnológico el alumno podrá realizar una serie de ejercicios médicos, en los que tendrá que dar el diagnóstico a pacientes simulados en la computadora. Este disco compacto se desarrolla conjuntamente entre la FM y una compañía ubicada en Manchester, Inglaterra, el cual, al insertarse en la computadora, queda instalado, y donde el alumno encontrará un programa de educación médica continua, diversas áreas de interés, unas conectadas a internet (programa de educación continua, sistemas de servicio, farmacia) y el sistema interactivo que tiene el disco: el hospital virtual en línea; además podrá conectar al usuario con los sistemas en línea de la UNAM, la biblioteca digital y otras instituciones académicas, información sobre la industria farmacéutica y otras asociaciones y recursos médicos que permiten navegar en internet. Durante la explicación que hizo el doctor Cravioto del hospital virtual, los galenos observaron que se puede ingresar a cualquier pabellón del hospital, donde estarán los casos clínicos de los pacientes, las salas de estudios de laboratorio, medicamentos y estudios de gabinete, para que, al final, el usuario, en una especie de evaluación, proporcione el diagnóstico e indique el medicamento o el procedimiento quirúrgico (cuenta con videos de cirugías). Al concluir la presentación, el doctor Cravioto señaló que este sistema será implementado en la Facultad en forma gratuita para sus alumnos, pero además ellos podrán adquirirlo para su consulta en casa a un precio aún no establecido. Por otra parte, dijo a los galenos que con esta tecnología y otras herramientas, la Facultad de Medicina pretende darles los elementos necesarios para que por su cuenta aprendan a aprender. “El que entra aquí y quiere ser buen médico tendrá que estudiar todos los días de su vida, porque la medicina cambia a gran velocidad, y el médico que no está acostumbrado a hacerlo, se va a quedar rezagado”, concluyó. |