Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de agosto 2003


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La visión filantrópica de una mujer reconoce el
humanismo del médico en servicio social

Treinta y dos galenos reciben el Premio Soumaya Domit de Slim a la excelencia humanista del médico pasante en servicio social

“La Facultad de Medicina, una vez más, ha podido hacer coincidir el humanismo y el compromiso social en la formación de sus médicos”, dijo el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, en la ceremonia en que entregó 32 reconocimientos a profesionistas que realiza-ron su servicio social, junto a los presidentes de la Fundación Telmex, Carlos Slim Helú, y del Grupo Carso, Carlos Slim Domit.
Ante la presencia también de los profesores eméritos Rubén Lisker, Octavio Rivero Serrano y Ruy Pérez Tamayo, el director de la FM, José Narro Robles, recordó que ante la institucionalización de la práctica del servicio social se ha llevado cono-cimiento, experiencia y servicio a las comunidades de México, y en el caso de la medicina se ha llevado atención médica a la población más necesitada del país.
Además señaló que por ese motivo, con la entrega del Premio Soumaya Domit de Slim a la excelencia humanista del médico pasante en servicio social se reconoce no sólo a los galenos, sino también la labor filantrópica de la señora Domit, un ser humano sensible, para quien servir a los demás fue su desideratum, diría el antropólogo Jorge Miranda al esbozar una semblanza en su memoria.

Dra. Angélica García

Por su parte, el presidente del Grupo Carso dijo a los pasantes de medicina que el impacto de su trabajo en los pacientes, las familias y la sociedad es algo de lo que no siempre se tiene la dimensión y que va mucho más allá de la salud física. “Por ello no hay mayor estímulo y motivación que saberse conscientes de la importancia y del impacto en tantas familias que en momentos difíciles no tienen otro soporte emocional que ustedes, y que el servicio que prestan a la sociedad puede y debe ser un factor trascendental en el ánimo de nuestro país.”
A nombre de los galardonados con diploma, libros y una computadora, la doctora Angélica García afirmó que el servicio social permite valorar el crecimiento profesional y personal, así como conocer mejor al paciente y rescatar el sentido humano de la práctica de la medicina, por lo que ese trabajo de un año “marcó nuestro alma de azul y oro”.
En palabras de la doctora: los pasantes de medicina están presentes en sedes localizadas en la selva, el desierto, las abruptas serranías, las grandes planicies y las costas del Golfo y el Pacífico mexicanos, y estar ahí representa no sólo un viaje a distintos rincones del país, sino también un viaje al interior de uno mismo, donde se sigue aprendiendo al lado del paciente, con su sufrir, su padecer, su dolor, su alivio, su engrandecimiento y ¿por qué no? su comprensión a quien lo atiende, a ser mejores médicos y mejores seres humanos.
En el auditorio principal de la Facultad de Medicina, en el mensaje para finalizar la ceremonia, el doctor De la Fuente consideró que la relación del médico con el paciente sigue siendo la piedra angular e insustituible del ejercicio de la medicina, por lo que seguirá existiendo un amplio espacio para el humanismo, y mientras esto determine las acciones médicas, el galeno seguirá siendo un humanista sin pensar que con ello se excluye, sino al contrario, complementa el aspecto científico y técnico de la profesión.
Además, señaló que actualmente el humanismo médico adquiere nuevas expresiones, formas y modalidades, dejó de ser, en cierta medida, aquel humanismo clásico, ya que más que nunca el ejercicio de la medicina en México y en el mundo requiere de un renovado y moderno compromiso social, de una visión clara y objetiva del entorno y sus necesidades, y de que el médico pueda examinar con objetividad y con rigor en el ámbito de su competencia cuáles deben ser esos compromisos que habrán de honrar y desarrollar el resto de sus vidas.
De la Fuente también expresó a los galardonados que el compromiso adicional que ahora tienen es el gran legado de la señora Soumaya Domit de Slim, mujer comprometida con una visión humanista del mundo, por ello “ustedes llevarán ese sello a lo largo de sus vidas profesionales y habrán también de trasmitirlo a quienes algún día serán sus alumnos, y de compartirlo con sus enfermos y con sus familiares y en la medida en que puedan seguir desarrollándose con esta visión completa e integral del ser humano habrán, de ser a lo largo de toda su vida médicos respetados y respetables, orgullosamente universitarios, herederos de esta magnífica tradición”, finalizó.
A continuación presentamos la semblanza que realizara el antropólogo Jorge Miranda de la señora Soumaya Domit de Slim:

Soumaya Domit de Slim: El camino y sus realizaciones

Soumaya Domit de Slim, por sus méritos y dedicaciones es merecedora de una doble evocación porque con hechos sobresalió dentro y fuera de la Universidad.
De dulce expresión y generosos sentimientos. Congruente y consistente en sus anhelos. Actuó ad imo pectore.
Pensaba que no hay nada absoluto, que todo cambia. Nos permitió habitar su universo significado por la sinceridad. Se expresó a fondo, a sí misma. Lo que iniciaba lo concluía. ¡Empleó el amor sin duda! Nació y vivió con naturalidad, como una flor, una concha o un ente extraordinario.
Hereda de sus padres la forma de considerar la existencia, es decir, procurar siempre el bienestar. A una lado de su esposo don Carlos Slim y sus hijos emprendió con genuina actitud un decidido impulso en pos de actos de solidaridad.
Con el tiempo, constituye para alentar a diferentes grupos la Asociación de Superación por México (Asume). Se incorpora como coordinadora general al Comité de Bienestar Social de Teléfonos de México para contribuir al desarrollo integral del telefonista y su familia. Frente a estos empeños, pronto conforma el Grupo Voluntario Telmex que significó desde entonces, poner a oferta la acción de unos en pos de otros. La premisa era dar, darse para modificar, con optimismo, el rezago e indiferencia convirtiéndolos en oportunidades.
Extendió el programa de Asume al Instituto Politécnico Nacional y con publicaciones especiales al DIF. Impulsa la Fundación Telmex para apoyar el proceso educativo de estudiantes de diverso grado y condición que hubieren aportado a la sociedad.
Con la fuerza de su personalidad a cada uno lo hizo sentirse único. Miraba con aprecio y su amable sonrisa le envolvía a uno a partir de la cual se podía emprender cualquier tarea. Fue paciente, por su situación, perseverante. Sus aliados naturales los médicos y las enfermeras.
De su padecimiento: aprendizaje y enseñanza. Realizó una serie de manuales para contender con la enfermedad en cuyo título se capturaba una nueva propuesta de conducción: “La verdadera alegría es la tristeza superada”.
Dotó de equipo de diálisis al Hospital Español. Puso en marcha una campaña con la figura de Cantinflas en el boletín Inforsyntex para informar a las familias sobre la insuficiencia renal crónica y otras más para la donación de órganos a través de Locatel cuyo lema “yo soy donador de todo corazón”, ha contribuido a fortalecer la reciprocidad.
Otorgó los medios necesarios para editar en español el libro “Trasplante de órganos” y los equipos electrónicos para la formación del Registro Nacional de Trasplantes; la creación de laboratorios de histocompatibilidad en el Hospital ABC, el Centro Hospitalario de Hermosillo y el Instituto Nacional de Pediatría y la entrega de electroencefalógrafos a la Cruz Roja, por igual al Hospital ABC y al Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” para la determinación de la muerte cerebral.
Fue la promotora de la Unidad Universitaria de Investigación en Trasplante, cofundadora de Funsalud en donde dirige los comités de Diálisis y Trasplante Renal e Implante de Cadera, amén de crear el premio bienal grupo Carso. Todas estas ocupaciones le valieron la más alta consideración para recibir el galardón nacional de Filantropía.
En la Facultad de Medicina de la UNAM, en su papel de presidenta del comité de Diálisis, suscitó ante la Rectoría, el incremento en el número de horas para la cátedra de Medicina Interna en el subespecialidad de Nefrología.
Personalmente, en conferencia magistral, establece en 1996 el componente motivacional y de desarrollo humano dentro del curso de inducción para los alumnos que irán a realizar su servicio social.
A partir del año pasado, con personal de las empresas que alentó y, como consecuencia, se inició con Inttelmex, la organización de centros de consulta y referencia por computadora para beneficio de los pasantes y sobre todo de la población. El programa Castor ya empieza a dar sus frutos.
Con su entrañable esposo la conseja para impulsar la Fundación Paz, el proyecto Mira, el Fondo para la Asistencia, Promoción y Desarrollo, los apoyos a la Fundación UNAM, la cátedra de Filantropía en la UIA, la corporación Universitaria para el Desarrollo de Internet y el Programa para la Liberación de Indígenas Encarcelados Injustamente.
Soumaya puso al paciente en el centro y el rescate de los derechos del humano.
Su historia de este modo expuesta le concedió una separación apacible. ¡Lástima que el tiempo anticipado reclamara su cuerpo!

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