Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de agosto 2001


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Reconocimiento a profesores por su labor docente

    • Son condecorados 473 docentes
    • Reciben honores cuatro profesores con 50 años de labores
    • El doctor Cravioto invitó a la comunidad académica de la Facultad a participar en el Congreso Universitario.

“Las opiniones de los profesores basadas en la experiencia que tienen como docentes, como funcionarios y como parte de la Universidad, son fundamentales para que el Congreso Universitario cuente con una base sólida que plantee los requerimientos para enfrentar los retos de un nuevo milenio y asimismo la práctica de la medicina”, con estas palabras el doctor Alejandro Cravioto convocó, a nombre de las autoridades universitarias, a participar en este proceso de reforma, a la comunidad docente de la Facultad de Medicina durante la ceremonia de reconocimiento a profesores por su labor académica.
El doctor José Antonio García Reyes recibió de manos del director el reconocimiento a sus 50 años de actividad docente

 

En la ceremonia, 473 profesores recibieron reconocimiento por 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de actividad docente, de los cuales Jorge Manuel Escotto Velázquez, José Antonio García Reyes, Juan González Zavala y Guillermo Eduardo Santín García fueron galardonados por 50 años de trabajo.

El titular de la Facultad comentó que el recurso más importante de esta escuela son sus profesores, pues ninguna institución médica del país ni del continente cuenta con una planta académica de casi 3 mil médicos y otros profesionistas que forman la base con la cual se contribuye a la formación de los médicos que requiere este país, por lo que en este proceso la participación de los profesores, alumnos y trabaja-dores será fundamental, sin eso no podrá haber proceso claro de qué y cómo queremos a la Universidad.

“La Facultad de Medicina es una de las escuelas fundamentales de la Universidad, no sólo por su tamaño y larga tradición, sino porque cuenta con todos los elementos para participar en esta gran reunión de universitarios que defina su futuro; como lo hicimos aquí hace unos años cuando fuimos convocados por el doctor De la Fuente a discutir el currículo médico que ha transformado la medicina que hacemos, y sobre todo la enseñanza de posgrado. Hay que recordar que mientras nuestra matrícula se mantenga estable durante la carrera, el área de posgrado incluye a 7 mil personas y 92 mil hospitales afiliados a la UNAM; con toda esa experiencia, creo que hay que responder al reto que nos ha planteado la Universidad y participar aquí o en los hospitales donde hay sede universitaria.”

Concluyó felicitando a los galardonados y agradeció su trabajo de años; asimismo agregó que en los próximos meses espera encontrarlos en las reuniones de trabajo como compañeros para enfrentar el reto para el cual han sido convocados.

 
Dr. Francisco Hernández Orozco

Por parte de los profesores, el doctor Francisco Hernández Orozco dirigió unas palabras a los homenajeados y dijo que el reconocimiento público y formal que la Facultad de Medicina, por conducto de sus autoridades, otorga a los profesores por los años dedicados a la enseñanza de la Medicina, no es de una cátedra en particular, sino de la conducta de todos ante la vida. Este “ser” del profesor que no es fácil de separar de la Facultad en la que ejercen su magisterio. La buena fama y el prestigio es para ambos -profesor y alumno-, los problemas y la visión hacia el futuro deberán resolverlos juntos, aunque no es desdeñable la participación creativa de los otros miembros de la comunidad estudiantil y laboral.

“Una profesión enseñada por profesionales, maestros médicos para los estudiantes de Medicina, es el ejercicio del conocimiento para resolver problemas. Para lograrlo se necesita definir y reafirmar aspectos de instrucción y curriculares con soluciones de gran visión y así conducir a un alumno hacia un profesional médico con conocimientos para enfrentar de la manera más adecuada posible la diversidad de daños ocasionados por la pérdida de la salud.

“La capacidad de improvisación es producto de la experiencia de un buen profesor que se ha enfrentado de manera cotidiana con una gran variedad de demandas de información producida por la inquietud intelectual de algunos estudiantes... y así generar los satisfactores de una buena enseñanza más tutelar que teórica.

“La pasión por la enseñanza y el aprendizaje, así como el respeto a los alumnos, son elementos que explican en gran parte la constancia de este grupo de maestros que le han permitido años fecundos a la Facultad de Medicina. El constante desafío que representa la actividad diaria y la actualización académicas, exigen la perseverancia en el estudio demostrada por el grupo hoy homenajeado. Permite proyectar expectativas altas, pero reales, de credibilidad, así como formular lecciones y actividades de elevada calidad, atractivas para todos las alumnos. Siempre se intenta provocar curiosidad para desarrollar la habilidad de búsqueda y las destrezas para la solución de problemas con el examen cuidadoso de sus complejidades, que es al fin y al cabo lo que se busca en un profesionista de buen nivel, y en especial del que ejerce la medicina.

“La enseñanza así concebida produce un médico que actúa en un ambiente de rápido cambio, en el cual la tecnología es para la medicina lo que fue el ferrocarril para la Revolución Industrial, un desarrollo totalmente nuevo e inesperado.

“Todo este conjunto matiza el ejercicio moderno de la medicina que el profesorado, motivo del homenaje, vive en todo su esplendor y prepara al alumno para su bienestar y el de su entorno. Como grandes profesores que son, modelan su sólido liderazgo y sus destrezas para resolver problemas que deben aprender los jóvenes para ser aceptados en la sociedad. Su orientación filosófica en la cátedra está entre una utopía genuina de la regla de oro y una dictadura benevolente, lo que permite a los alumnos efectuar sus propios juicios y tener la capacidad de aplicarlos”, concluyó.