Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de agosto 2000


Regresar al índice

Profesores eméritos

Fundador y forjador de la psiquiatría
mexicana: Ramón de la Fuente

Sobrio, elegante, claro en su pensamiento y en su palabra, Ramón de la Fuente Muñiz es un importante exponente de la maestría que algunos médicos mexicanos han logrado en el siglo XX. Su extensa actividad científica y académica lo ha colocado como el hilo conductor para la vinculación de los principios y los conceptos de la psicología y de la psiquiatría con el resto de la medicina, por lo que es muy merecido hablar de él como uno de los maestros que han forjado los rumbos de la medicina mexicana, como una personalidad de gran prestigio nacional e internacional.

El doctor De la Fuente es considerado fundador, organizador, promotor y eje de la psiquiatría mexicana de los últimos tiempos. Desde su adolescencia pensaba ya en estudiar psiquiatría e ingresó a la carrera de médico cirujano con el único propósito de desarrollarse en esa rama de la medicina.

Nació en la ciudad de México en 1921, realizó estudios profesionales en la Antigua Escuela de Medicina y la especialización en el Clarkson Hospital de Nebraska y en las Universidades de Columbia y NuevaYork. Adquirió su formación clínica al lado de A. E Bennet, uno de los líderes de la psiquiatría estadounidense en la década de los cuarenta. A su retorno a México trabajó como colaborador de un psiquiatra distinguido: Samuel Ramírez Moreno. Años después formó parte del reducido grupo de médicos que recibió las enseñanzas y el adiestramiento de Erich Fromm.

Su carrera docente en la Universidad Nacional Autónoma de México se inició en 1947, año en el que estableció el curso de neuroanatomía como materia obligatoria en la carrera de medicina, y un año después organizó el curso de psicología social, en la Facultad de Filosofía y Letras. Esta máxima casa de estudios lo nombró profesor emérito en 1983; en 1970 miembro de la Junta de Gobierno hasta 1980; en 1985 doctor Honoris Causa (mismo grado otorgado por la Universidad Autónoma de Puebla en 1996) y en 1990 le otorgó el Premio Universidad Nacional en el área de Docencia en Ciencias Naturales.

Sus esfuerzos se encaminaron a lograr que la psiquiatría fuera considerada una disciplina importante, seria, formal, científica y bien estructurada. Su autoridad moral y su capacidad científica lo llevaron, junto con el doctor Alfonso Millán, a consolidar las relaciones entre la psicología y la medicina, para lograr la inclusión de la psicología médica en la carrera de médico cirujano.

De esta manera, se dieron a la tarea de organizar la información expresada en diferentes disciplinas y con ella formar los conceptos de la psicología médica, considerada puente entre las ciencias básicas y las sociales en la medicina; se pretendía entonces que el médico en formación tuviera claros y precisos los conocimientos en relación con el paciente. Esta labor fue pionera y en su tiempo necesaria. La asignatura se comenzó a impartir en 1948, pero formalmente hasta 1952.

Una de las fuentes que utilizaron para constituirla fue el psicoanálisis, de donde retomaron algunos conceptos para ser aplicados a la medicina y al trabajo del médico. Consideraron también el concepto de estrés y el reciente descubrimiento de las bases biológicas de algunas funciones mentales. Decantar la obra de Freud, rescatar y enriquecer la psicoterapia con la postura social y visionaria de Fromm y, sobre todo, darle cuerpo a los aspectos teóricos y prácticos a esa rama de la medicina, fue uno de sus mayores logros. La Facultad de Medicina. La Facultad de Medicina de la UNAM fue la primera en el mundo en organizar una asignatura como la de psicología médica y se puede decir que ahora no hay escuela o facultad de medicina que no tenga una materia así o un conjunto de conocimientos semejantes.

La posición científica del doctor De la Fuente se enmarca en forma consistente en la Teoría de Sistemas de Ludwing von Bertalanffy, teoría que conjunta una orientación biopsicosocial y una dimensión humana. El fue el primero en difundirla en este medio, y por ser quien ejercía liderazgo en el campo, le dio peso a este modelo unificador de la enfermedad, reduciendo hasta superar la escisión entre lo funcional y lo orgánico, entre lo innato y lo adquirido. Su influencia académica abrió el camino a este nuevo paradigma que asigna a la psicología el lugar que le corresponde en la formación del médico.

Por otro lado, inició el curso de especialización en psiquiatría junto con el doctor Guillermo Dávila. Siendo profesor titular incluyó como área central en la formación de los clínicos el estudio del cerebro como órgano de la mente. Tempranamente incorporó a la enseñanza de la psiquiatría a distinguidos investigadores en el campo de la neurofisiología. El programa incluyó la participación de antropólogos y sociólogos.

En 1969 fue nombrado jefe del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, cargo que ocupó hasta 1991. Como eje fundamental de dicho departamento poco más de 2 mil 200 psiquiatras han tenido su instrucción y adiestramiento en el curso que hasta la actualidad dirige el doctor De la Fuente. Desde hace 40 años ininterrumpidamente imparte la clase de los sábados, considerada la más importante del curso, la que le da el marco conceptual a los alumnos.

En este departamento y gracias a su visión integradora se implantó un programa de salud mental dirigido a atender estudiantes universitarios y en el que participan psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales y neurólogos, de manera que el trabajo es interdisciplinario.

Recientemente la Facultad de Medicina impuso su nombre al auditorio del ahora Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, como reconocimiento a su actividad científica y académica.

El doctor De la Fuente es fundador de varias instituciones psiquiátricas en el país, como la Asociación Psiquiátrica Mexicana y el Consejo Mexicano de Psiquiatría. La primera es una de las más importantes y está integrada por poco más de 2 mil psiquiatras. La asociación se formó con el objetivo de que estos especialistas tuvieran un foro para presentar y discutir sus trabajos científicos, con la posibilidad de fomentar la investigación en esa materia.

En ese mismo sentido, buscando que el psiquiatra tuviera un lugar como realmente le correspondía en el ámbito académico, el doctor De la Fuente fundó el Consejo Mexicano de Psiquiatría, encargado de certificar a los psiquiatras. Por Otro lado, desde siempre trató de que los psicólogos clínicos tuvieran una participación digna y con todas las bases que pueden tener otros profesionistas.

Paralelamente creó la Federación Mexicana de Sociedades Pro Salud Mental, actualmente conformada por 52 sociedades de psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfenmeras psiquiátricas, médicos y neurólogos interesados en la salud mental en ellas existen alrededor de 19 mil miembros.

También ocupó el cargo de director del Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia (CEMEF) y fue titular de la Dirección General de Salud Mental de la Secretaria de Salubridad y Asistencia. Su trabajo permitió transformarla en Centro Mexicano de Estudios en Salud Mental, que posteriormente se convirtió en el Instituto Mexicano de Psiquiatría, ahora Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente". Este instituto, aparte de tener un gran prestigio a nivel internacional, frecuentemente es mencionado como un ejemplo de lo que una institución nacional puede producir; su labor en la investigación en diversas áreas de la psiquiatría y su capacidad de formar especialistas en la materia cumplen a la perfección el perfil de lo que se consideró fueran los institutos nacionales de salud.

Al frente de la Dirección General de Salud Mental encontró que la mayoría de los psicólogos, trabajadores sociales y enfermeras estaban muy mal preparados. Pensó entonces en capacitarlos para que después se pudieran incorporar a las instituciones. Se impartieron los cursos de psicología clínica con duración de dos años, trabajo social psiquiátrico y enfermería psiquiátrica.

Con el objetivo de formar profesores, investigadores y clínicos de alto nivel en la psiquiatría, el doctor De la Fuente fundó, en colaboración con el Instituto mexicano de psiquiatría, los programas universitarios de Maestría en Psiquiatría en las áreas de psicología médica, psiquiatría clínica, psiquiatría infantil y de la adolescencia y psicoterapia médica.

Cabe destacar que este distinguido universitario ha colaborado en instituciones como la Academia Nacional de Medicina, a la que ingresó en 1959, y en 1973 fue presidente de la misma. Es miembro de El Colegio Nacional desde 1972, asesor de la Organización Mundial de la Salud en el área de la salud mental desde ese mismo año, vicepresidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría 1971-1976, y presidente del V Congreso Mundial celebrado en la ciudad de México en 1971.

Entre las distinciones que ha recibido se encuentra la condecoración "Eduardo Liceaga", del Consejo de Salubridad General, en 1988. En 1993, con motivo del cincuentenario de la Secretaria de Salud, recibió del Presidente de la República la medalla del reconocimiento por sus contribuciones a la medicina mexicana. En 1994, la Asociación Psiquiátrica Americana, en su 150 aniversario, le otorgó la presea "Simón Bolívar" como premio a sus contribuciones en la materia.

Ha publicado más de 170 trabajos y obras importantes, entre las que destacan: Psicología médica (1a. ed. FCE, 1959; 2a. ed. FCE. 1992); La patología mental y su terapéutica (FCE, 1997), y en colaboración con la doctora María Elena Medina-Mora, Salud mental en México (FCE, 1997), así como Biología de la mente (FCE, 1998), con la colaboración de Javier Álvarez Leefmans y la participación de distinguidos investigadores. Ha fundado varias revistas nacionales y es consejero de otras publicaciones internacionales.

La trascendencia de su obra como formador de psiquiatras, promotor de la investigación, y constructor de una imagen de la psiquiatría que la pone al nivel de otras ramas de la medicina más avanzadas, dignifica a quienes la practican y no ha sido detallada en esta pequeña semblanza, pero sin duda deja asomarse a quienes, interesados en su trabajo, deseen observar su alcance. .