Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de abril 2003

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La FM imparte 60 por ciento de los cursos de especialidades en nuestro país

  • Por primera vez en la historia las especialidades médicas son aceptadas en el Programa de Fortalecimiento al Posgrado Nacional del Conacyt y la SEP
  • Base del Plan Único de Especialidades Médicas de México
  • Un programa que ha desarrollado su propia estructura y organización, y que ha sido aplicado en otros países
  • A un año de cumplirse el X aniversario de haber sido creado se realizará una evaluación

Tras ser el Programa de Especialidades Médicas de la Facultad de Medicina la base para que se desarrollara el Plan Unico de Especialidades Médicas que aceptara la Secretaría de Salud en 1994 y aplicara en todo país, el doctor Leobardo Ruiz, titular de la Subdivisión de Especialidades Médicas de la División de Estudios de Posgrado e Investigación (DEPI) de esta Facultad, concedió una entrevista a este medio para platicar sobre los avances, alcances y devenires de dicho programa.

El Dr. Ruiz durante la entrevista

Comentó que el nuevo director de la Facultad, doctor José Narro, desde la formulación de su plan de trabajo señaló que el posgrado requiere de un fortalecimiento y una mayor vinculación de la Universidad con las instituciones, pues mientras en la formación de médicos la Facultad de Medicina destaca por ser la escuela más importante de México, en el posgrado lo hace por sus cursos de residencias que representan 60 por ciento a nivel nacional.

 

Plan Unico de Especialidades Médicas

“Sesenta por ciento de los médicos especialistas del país se forma en los programas de la Facultad de Medicina, lo cual es una representación considerable, además de ser el programa en el que se basó la convocatoria que formuló la Universidad, por conducto de su rector, en 1992, para conjuntar esfuerzos de las instituciones de salud públicas y privadas, de la Secretaría de Salud y de educación superior para crear lo que actualmente conocemos como Plan Unico de Especialidades Médicas (PUEM). En esas reuniones estuvieron representantes de 19 estados que hicieron una evaluación de las especializaciones y así nació el PUEM, como resultado de un estudio profundo.”

Cabe mencionar que desde el inicio de este trabajo se reunieron expertos de cada una de las especialidades para analizarlas y decir cuáles eran los mejores programas, establecer los requisitos y definir el perfil de ingreso y egreso de los especialistas. Posteriormente, estos grupos pasaron a formar los comités académicos que en 1994 el rector estableció como órganos permanentes en cada una de las especialidades.

Estos comités determinan cuales son los requisitos, tiempo y requerimientos de las sedes que imparten los cursos; sus tareas son visitar las sedes, y revisar y elaborar los instrumentos de evaluación. Entonces, la Subdivisión de Especialidades aplica los exámenes y analiza con el Comité los resultados de la evaluación.

Sobre estos órganos el doctor Ruiz comentó que son importantes porque sólo en esta Universidad existen, por lo que los calificó de cuerpos sui generis. “Ellos llevan un seguimiento preciso de los cursos, integran el programa académico, determinan su contenido, periódicamente lo modifican de acuerdo con los avances de la medicina y verifican su cumplimiento.”

Aseveró que no existe un comité por especialidad ya que el plan comenzó con 44 especialidades y ahora son 75; porque se agregaron muchas del área de la pediatría y otras ven adultos y niños, por ello hay comités que vigilan ambos. Por ejemplo, el Comité de Reumatología ve también Alergia e Inmunología Clínica; el de Oncología ve Oncología Médica, Cirugía Oncológica, Oncología Pediátrica y Radioncología.

Los comités están integrados por profesores titulares y médicos distinguidos de la especialidad, o algunas autoridades, como los directores de los institutos. Sus miembros se renuevan cada dos años, aunque algunos permanecen más tiempo. El director de la Facultad es quien designa a los miembros a propuesta de la DEPI. Cuentan con normas operativas propias que son acordes con el Reglamento General de Posgrado que existe en la UNAM. Dichas normas son las que establece el PUEM, el cual habla también de los requisitos de ingreso, permanencia y egreso de los alumnos; de los profesores y los requisitos para serlo. Establece que no basta con ser especialistas y haber contribuido a la difusión del conocimiento, es necesario también participar en actividades docentes y cumplir con un puntaje para que a propuesta de la Coordinación de Especializaciones Médicas, el Consejo Técnico de la Facultad de Medicina analice a cada uno de estos profesores y les otorgue el nombramiento. También señala los medios para incorporar y desincorporar las sedes de los cursos.

Cabe mencionar que se cuenta también con un ordenamiento de las obligaciones y los derechos de los alumnos así como las faltas y sanciones a las que se pueden hacer acreedores, y los estímulos y reconocimientos que otorga la Universidad para ellos. El doctor Ruiz comentó que estas normas y la estructura desarrollada se deben al número de estudiantes que maneja el programa: “Nos abocamos a 7 mil 277 alumnos sólo en el ciclo 2002-2003, pero éstos corresponden: 6 mil 983 a especializaciones médicas y 294 a los Cursos de Posgrado para Médicos Especialistas.

Las especialidades son 75 y se desarrollan en 79 sedes con un total de 470 cursos y la participación de un mil 200 profesores.

Al respecto explicó, que por ejemplo, el Hospital General de México imparte más de treinta especialidades y existen hospitales, como el de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, donde nada más se imparte una, y agregó: “Desde principios del siglo pasado, el Hospital General de México y la Facultad de Medicina fueron los promotores de las especialidades, lo que se formaliza en los cuarenta con la creación de los institutos y aumenta de acuerdo con la demanda del país y el desarrollo de la medicina, que obliga a buscar profundidad en el conocimiento. Estos cursos se han dado bajo un control riguroso por parte de la Facultad de Medicina.”

Comentó que otra de las cosas en las que ha insistido el director es en estrechar vínculos de los médicos residentes con la UNAM, pues después de la inscripción aparentemente se pierde la relación. Sin embargo, ahora realizan los exámenes departamentales en la Facultad y se han aumentado las visitas.

“Por ejemplo, el año pasado los comités visitaron 110 cursos. Esas visitas necesariamente establecen un vínculo. El procedimiento es el siguiente: se habla con el jefe de Enseñanza —quien también es el interlocutor alumnos-UNAM—, él proporciona información cuantificada de los temas y actividades que se realizan; se revisan los pro-gramas operativos de los cursos con la Jefatura de Enseñanza y los profesores, se hace una visita por las diferentes áreas en las que se desarrolla el proceso del personal residente y después se reúne el Comité con los residentes para que ellos expresen sus satisfacciones, carencias y consideraciones. El Comité emite una resolución que se le hace saber al director del hospital con lo bueno y lo malo para que él lo considere y realice las adecuaciones para mantener el nivel de excelencia. Creo que esto ha sido muy útil a pesar de la gran dispersión —por los números de cursos, alumnos y profesores que se manejan—; sin embargo, la Universidad ha cumplido ampliamente con esto. Tan es así, que hemos escuchado el deseo de algunas instituciones de recibir esa orientación y visita, que no podemos hacer porque no pertenecen al ámbito universitario, aún así hemos auxiliado a algunas instituciones privadas evaluando a sus alumnos para darles a conocer su nivel a partir de los parámetros universitarios, y eso es importante porque hemos evaluado a más de 68 por ciento de los alumnos de las especialidades.”

Mencionó que cada año se presentan al Examen Nacional de Residencias cerca de 20 mil solicitudes para ingreso, de los cuales entran más o menos 4 mil. Por ejemplo, en el examen número 26 del año pasado se registraron 20 mil 656 solicitudes, se presentaron 19 mil 906 personas y de éstas se seleccionaron 4 mil 114 personas sólo para las 22 especialidades de entrada directa, todas las demás son de entrada indirecta, es decir, por ejemplo, para cirugía pediátrica se tiene que estudiar primero pediatría, o para cardiología se necesita medicina interna y luego cardiología.

Examen de Competencia Académica

“No son muchos los que entran y la Facultad de Medicina selecciona todavía más a sus residentes porque de acuerdo con el reglamento de posgrado tienen derecho a ingresar sólo los alumnos con promedio de ocho en la licenciatura. Para quienes son seleccionados en el Examen Nacional de Residencias pero que no cuentan con este promedio la Facultad de Medicina aplica un Examen de Competencia Académica para demostrar que tiene los conocimientos suficiente para acceder al posgrado.”

Exámenes Departamentales

Al respecto el titular de la Subdivisión de Especialidades comentó que estos exámenes que aplican los Comités Académicos es resultado de un gran esfuerzo y mencionó el caso del ciclo pasado, donde para dichos exámenes se elaboraron 28 mil 500 reactivos de 5 mil 700 casos clínicos, para lo que se efectuaron varias reuniones donde se depuró y perfeccionó el instrumento de evaluación, pues los casos deben ser reales y representativos de la salud de la población en todo el país.

Al opinar sobre estos exámenes dijo que han sido muy aleccionadores, porque reúnen a los profesores y se constituyen grupos homogéneos de trabajo, ya que en la medicina hay muchas maneras de actuar y cada quien tiene sus ideas personales, sin embargo cuando se llega a la evaluación se tiene que adoptar un criterio uniforme para el manejo de patologías específicas; esto ha permitido el establecimiento de una “doctrina”, que de alguna manera unifica el manejo de los pacientes y la enseñanza en los hospitales sede. Esto ha sido muy benéfico y la Facultad de Medicina es un punto de convergencia, ya que aquí es donde acuden los médicos, estudian, aprenden, y salen beneficiados en un esfuerzo común. Todavía hay un camino que recorrer porque falta evaluar algunas especialidades y eso se hace poco a poco, porque no se cuenta con la capacidad suficiente para abocarse de lleno a la evaluación, pero se va avanzando.”

Cursos de Posgrado para Médicos Especialistas

Dentro de esta área también se desarrollan los Cursos de Posgrado para Médicos Especialistas, que se fundaron en 1999 como respuesta a algunos campos de la medicina que no se consideran como especialidad, pero que sin embargo son importantes. Para ello el Consejo Técnico estudió la propuesta que se formuló y en 1999 se aprobaron e iniciaron en el mismo año. Se crearon para que el médico especialista cuente con la capacidad de desempeñarse eficientemente y a profundidad en un campo, además de capacitarse en posibilidades de do-minar habilidades y destrezas propias y actualizadas de esa especialidad. Por ejemplo, el oftalmólogo para curar la miopía tiene que tomar un curso para realizar operaciones con láser, o el ortopedista que atenderá niños necesita un curso adicional para familiarizarse con ellos. Estos cursos son de tres tipos:

Los disciplinarios. Encaminados a desarrollar un área o un campo selecto de la práctica médica relacionado con la especialidad previa, como la oftalmología o la cardiología que han desarrollado nuevas técnicas. Esto ha ayudado a que las instituciones cubran necesidades, como el Instituto Nacional de Pediatría que contaba con radiólogos generales y los necesitaba especializados; se dedicó un año a este trabajo. En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias no había patólogos especialistas en tejidos pulmonares o del aparato respiratorio, entonces se formaron personas expertas en analizar la patología del aparato respiratorio.

Los metodológicos. Fortalecen las habilidades para la investigación. En este sentido, para egresar de los Cursos de Posgrado para Médicos Especialistas es necesario presentar un trabajo de investigación. Esto ha hecho que las instituciones se interesen en hacer más investigación clínica.

Los transdisciplinarios. Son cursos destinados a proporcionar elementos de reflexión para el análisis del quehacer médico con un enfoque específico en humanidades, historia y filosofía, así como análisis antropológico y social.

Con respecto a esta última categoría el doctor Ruiz comentó que es muy cuestionada, pero que sin embargo este curso está dirigido a la ética médica clínica, sobre la cual el doctor Hugo Aréchiga, jefe de la DEPI, comentaba que cuando se inició la investigación había áreas a las que no se les dio la importancia que tienen hoy, como por ejemplo la investigación en los medios electrónicos, pues hace algunos años sólo se contaba con ellos en 30 por ciento de las sedes hospitalarias y hoy más de 95 por ciento cuentan con posibilidades para enlazarse a la biblioteca virtual de la Facultad. Muchos de los hospitales han sido equipados por la Facultad de Medicina a través del apoyo de la Fundación UNAM.

Cabe mencionar que los Cursos de Posgrado para Médicos Especialistas, en sus cuatro años de existencia, se han cuadruplicado en las sedes, crecido casi 10 veces y sextuplicado en el número de alumnos. El año 1999 participaron 10 sedes con 24 cursos e ingresaron 44 alumnos, este año que concluyó fueron 34 sedes con 98 cursos y egresaron 294 alumnos.

El doctor Ruiz atribuyó el éxito de estos cursos a la beca que las instituciones de salud han otorgado a los alumnos, y agregó: “Este mundo de las especialidades médicas es interesante y especial, la medicina actual no permite que una sola persona pueda dominarla. Sin embargo, no pretendemos que esto fragmente al paciente sino queremos que se vea como un ser íntegro. Por ello, la DEPI ha hecho un esfuerzo para analizar los aspectos éticos de la práctica médica y traducir esto en programas. Estamos a punto de instituir una comisión que se aboque a la solución de estos problemas para que los muchachos, además de contar con las herramientas científicas y artísticas que la medicina exige, tengan los fundamentos humanísticos que les permitan enfrentar los dilemas de hoy.

“Por eso, ahora que estamos cerca de X aniversario del PUEM, este año tenemos que realizar una encuesta y valorar las condiciones de su funcionamiento. Al concluir esta tarea considero que será un motivo para que el Director de la Facultad analice los resultados y convoque a una reunión donde compartamos las experiencias con otras instituciones de salud y de educación superior y de esa manera realizar una actualización al Plan Unico de Especialidades Médicas. Este Plan Unico ha sido un modelo no sólo para México sino para otros países que han solicitado a la Facultad el programa, conocer los requisitos y la filosofía en que se centra así como la metodología de la enseñanza fundamentada en la “solución de problemas”.

Diplomación oportuna

Respecto a la diplomación oportuna el doctor Ruiz comentó que esta modalidad surgió a partir de que hoy en día se requiere cumplir con ciertos requisitos para estar en condiciones de ejercer una especialidad. Hace cuatro años se firmó un convenio con las secretarías de Salud y de Educación Pública para establecer una cédula de especialista, ante el hecho de que ya existían Consejos —aunque la mayoría de ellos son asociaciones civiles— que examinaban a sus pares y establecían los requerimientos mínimos para el ejercicio. Estos cuerpos fueron reconocidos por el Código Sanitario y la Academia Nacional de Medicina; posterior-mente se creó un Comité Nacional Normativo de los Consejos de Especialidad —órgano en el cual están representadas las autoridades sanitarias, educativas y académicas— que se encarga de revisar los consejos médicos para que se mantengan dentro del área de su competencia. Este convenio que se firmó exige que los médicos especialistas deben contar con el diploma de la UNAM. La Facultad de Medicina desarrolló un programa de Diplomación Oportuna que consiste en que el residente, al terminar su especialidad, recibe simultáneamente el diploma de su institución, el diploma de la UNAM y la cédula de especialista, lo que obligó a algunos consejos a modificar sus estatutos para poder otorgar la certificación al concluir la residencia. Hoy, al concluir, los muchachos cuentan con cuatro documentos fundamentales: los diplomas de la institución y el de la UNAM, la certificación del Consejo y la cédula de especialista, lo cual garantiza el ejercicio legal de la especialidad.

Ingreso al Programa de Fortalecimiento al Posgrado Nacional

A casi diez años de haberse modificado el programa de residencia, el año pasado el Programa de Especialidades Médicas de la Facultad de Medicina ingresó al Programa de Fortalecimiento al Posgrado Nacional que promueven el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Secretaría de Educación Pública (SEP) con 35 especialidades.

Comentó que el ingreso de las especialidades de la Facultad al Pro-grama de Fortalecimiento al Posgrado Nacional se hizo mediante la convocatoria donde se invitó a instituciones de educación superior a presentar sus programas.

“Por primera vez se incursiona en este Programa. Para ello la subdivisión presentó una propuesta constituida por un documento con alrededor de 350 mil hojas en 57 carpetas. Por su parte, el Conacyt nombró un comité evaluador que determinó las especialidades que ingresarían. Se aprobaron 35 de ellas en esta etapa inicial, seleccionando algunas sedes y no en todas ellas. En este sentido estamos analizando los cursos para que se reconozca a todas las especialidades y de ser posible a todas las sedes, pues aun-que existe un Plan Unico, hay heterogeneidad en nuestras sedes, porque no se puede comparar un Hospital General de México o un Juárez con una institución de menores dimensiones. Para este año estamos analizando cómo ingresar un mayor número de especialidades y sedes, lo que constituye una prioridad para la Facultad de Medicina. Esto no será fácil, pues será necesario realizar el seguimiento de más de 12 mil personas egresadas de los cursos, lo que requiere necesariamente una infraestructura mayor. De tal manera que poco a poco estamos analizando esta situación y dándole su valor real. He de decir que hasta el momento nuestro programa universitario es el único que ha ingresado a este Programa de Fortalecimiento.”

Para concluir es conveniente resaltar que en una publicación de 1998, referente a las experiencias institucionales relacionados en la búsqueda de una mejor calidad en la educación superior en México y algunas consecuencias de la evaluación en la Universidad, se afirma que “...resulta ejemplar el Plan Unico de Especializaciones Médicas, que surge de una evaluación nacional de la formación de especialistas en el área de la salud...”

Estamos conscientes de la necesidad de establecer una mejor y más efectiva colaboración con las instituciones de salud, con base en el respeto mutuo y la responsabilidad compartida, que nos permita tomar las mejores decisiones por consenso, en aras de formar médicos especialistas capaces de desarrollar una práctica profesional competente, con un profundo sentido humanista y vocación social de servicio, que garanticen mejores niveles de salud para la sociedad mexicana y sean al mismo tiempo claros ejemplos del compromiso cumplido de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.

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