Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de abril 2000


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Simposio sobre aspectos sociales y biológicos de la violencia
Segunda parte


En esta ocasión se presentan las ponencias: El niño maltratado y Síndrome de la mujer maltrada, que se incluyeron dentro del Simposio sobre aspectos sociales y biológicos de la violencia, realizado en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, durante la última semana de marzo.

El niño maltratado

"Para que suceda el fenómeno de maltrato se necesita un niño, un agresor y un detonante. El primero puede ser un producto no deseado, que presente alguna malformación, una enfermedad crónica o lesiones neurológicas graves. El agresor puede ser: la madre, el padre o un familiar cercano, que generalmente es adicto a las drogas o alcohólico. El detonante: desempleo, habitación pobre, antecedentes de maltrato y diferencias conyugales."

Este problema médico y social fue presentado en la conferencia El niño maltratado, por el doctor Arturo Loredo Abdalá, quien encabeza a un grupo de profesionales en la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría, encargados de ofrecer atención integral a niños víctimas de malos tratos y a sus agresores.


Maltrato infantil es toda acción u omisión intencional contra un menor, provocada por una persona, una institución o una sociedad en función de la superioridad física, intelectual, o ambas, y que afecta su integridad biopsicosocial.
El maltrato infantil se ha presentado desde que el hombre existe, "sólo que se ha expresado de diferentes maneras; es decir, se ha abusado del niño para diferentes objetivos y situaciones, por ejemplo, antes se sacrificaban para tranquilizar a una deidad; actualmente, en las sociedades industrializadas se abusa más del menor, se le pone a trabajar en horarios exagerados y no se le paga mucho".

A finales del siglo XIX se comenzó a estudiar lo que hoy se conoce como "síndrome del niño maltratado"; los médicos de entonces no sabían de su existencia, pero además no fueron capaces de concientizar esa situación, aunque se daban cuenta de que los niños estaban siendo agredidos y que las lesiones que tenían no eran consecuencia de accidentes. Fue en la década de los 60 cuando se acuñó el término, ya que se estableció una relación entre la presencia de lesiones y la acción intencional del agresor, que casi siempre está en estrecha relación con el menor.

A partir de entonces se establecieron expresiones clínicas sobre el síndrome, tales como: abuso sexual, depravación social o emocional, maltrato físico, y niños de la calle. Otros menos frecuentes son: síndrome de Muchausen, abuso fetal, los niños de la guerra, los niños de la frontera y los niños víctimas de alcoholismo, el maltrato étnico, etc. Además, el perfil clínico de este problema es muy amplio y hace complejo su entendimiento y el manejo integral de los pacientes.

El médico o el especialista encargado de atender a menores víctimas de agresiones debe saber que el tipo de maltrato puede ser visible o invisible; este punto es muy importante, dijo el especialista, para entender por qué la acción penal, en algunos casos, es muy difícil de sustentar, a pesar de estar seguros de que estamos frente a un niño que es víctima de malos tratos, porque aparentemente no se le ven lesiones, pero debemos observar las repercusiones que tienen: talla baja, desnutrición u obesidad, expresiones clínicas de diverso tipo de agresión.

En la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado se observan de 30 a 35 casos nuevos por año, realidad creciente, no porque exista más maltrato, sino porque ahora la comunidad médica y paramédica está más al pendiente de este problema, ya que la sociedad en general rechaza este tipo de acciones y cada día se suman otros grupos a este quehacer cotidiano.

Por otro lado, explicó que el síndrome del niño maltratado es una enfermedad del adulto que encuentra su expresión en el niño, "... lo que nos obliga a tener una acción muy profesional frente al agresor, ya que el trato que debe recibir esa persona es diferente, en función de que es un enfermo; en 10 a 15 por ciento de los casos se trata de enfermos mentales, el resto son aparentemente normales, pero que han sido maltratados cuando niños (55 a 85 por ciento) y han repetido la acción."

De tal manera que si es una enfermedad del adulto que encuentra su expresión en el niño y el infante fue maltratado, cuando sea adulto va a ser maltratador en ese porcentaje, por lo que los profesionales de la salud y otros relacionados con este tipo de problemas tienen que trabajar para cambiar esa actitud y que los niños maltratados no se conviertan en maltratadores. En este sentido la clínica ofrece a sus pacientes tratamiento psiquiátrico para cambiar su manera de ser y pensar.

El doctor Loredo presentó diversos estudios, en los cuales se encontró que el agresor más frecuente, cuando se trata de maltrato físico, de 173 casos en la zona urbana, 63 por ciento es la madre y 38 por ciento el padre, en menor porcentaje ambos y algún pariente en estrecha relación con el menor. En lo que se refiere al abuso sexual el que más agrede es el hombre.

En un estudio realizado en Nezahual-cóyotl, el padre agrede con más frecuencia y se encontró que cuando la madre es soltera o abandonada se convierte en el principal maltratador.

Por otro lado, se observó en 121 casos, que siete mujeres y cinco varones eran analfabetos, con estudios primarios 22 mujeres y 19 hombres, y con secundaria siete mujeres y 13 hombres. Sólo se detectaron tres casos de profesionales. "Estas cifras están en función de la población que recibimos en el hospital, pero eso no excluye a los niveles socio-económicos medio y alto, lo que sucede es que estos últimos acuden al consultorio privado y en la mayoría de los casos el médico no se atreve a denunciar."

Afortunadamente, señaló el investigador, a partir del 8 de marzo de este año fue aprobada y publicada la Norma oficial para la atención médica de violencia familiar, y ahora, por ley, es obligatorio para todo prestador de salud notificar al Ministerio Público los casos de violencia intrafamiliar que atienda.

Toda vez que es muy grave encontrar que reciben maltrato físico 64 lactantes de 1 a 4 años, 62 prescolares, 47 escolares y 10 adolescentes de un total de 173 casos estudiados, los mecanismos de lesión son: condilomas, traumatismos, quemaduras, asfixia, ahogamiento, golpes, caída de altura, golpes con objetos y mordidas; casi siempre en la cabeza, la cara y el cuello, aunque ninguna parte del cuerpo queda exenta de la posibilidad de ser dañada. "Si un menor recibe un golpe en la cabeza, puede desarrollar una hemorragia intracraneal y morir, entonces ya no hablamos de un agresor sino de un homicida."

En otro estudio se encontró que las víctimas más frecuentes de abuso sexual (incesto, violación, agresión indecente, manipulación genital, fomento a la prostitución y pornografía infantil) son las niñas; sin embargo, se descubrió que los niños también suelen ser víctimas de abuso sexual, aunque en ellos es muy difícil diagnosticarlo.

El fenómeno de deprivación social y emocional se desarrolla a través del abuso verbal y el terrorismo psicológico; sus síntomas se expresan por medio de la conducta del niño, y provoca alteraciones en la personalidad; "la niña era muy tranquila y ahora es muy inquieta, era muy buena estudiante y ahora ha bajado su rendimiento escolar", son ejemplos de este tipo de violencia, dijo el doctor Loredo.

"Debemos reconocer la posibilidad de que estemos frente a un niño víctima de malos tratos, tarea que compete al pe-díatra, médico general y a todo especialista, y los pasos que se han de seguir son: 1) reconocimiento del niño maltratado, 2) protección del niño, 3) tratamiento médico o quirúrgico, o ambos, 4) informar del caso a las autoridades correspondientes, 5) tratamiento y rehabilitación de los padres, 6) egreso del niño a un sitio seguro, y 7) seguimiento del caso.

"Si no queremos ver niños maltratados, tenemos que educarnos como sociedad, comunidad médica y paramédica; nuestro objetivo fundamental es mejorar la educación en el buen trato a los niños para prevenir que éstos sean víctimas de la violencia. Nuestro objetivo debe ser tener niños sonrientes, independientemente de su condición social; niños que en el futuro serán el pilar de nuestro país."

Síndrome de la mujer maltratada

En la actualidad se tiene registrado un alto número de mujeres maltratadas a escala mundial; en México, las encuestas realizadas a población abierta indican que 80 por ciento son víctimas de maltrato, señaló la maestra en ciencias Claudia Díaz Olavarrieta, miembro del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

Ante la diversidad del cuadro clínico, es muy difícil saber cuál es la frecuencia del problema.
"Hay que ser cautos con este tipo de cifras, porque no es lo mismo que una mujer reporte insultos y amenazas, a otra mujer a quien quemaron o trataron de estrangular. Hay grados de severidad y no todos los hombres tienen el grado de letalidad, ni practican el mismo grado de violencia."

Esta violencia, comentó, es responsabilidad de quien la ejerce y no de quien la recibe, pues generalmente se culpa a la mujer de ser la causante de que se le propine un golpe o una bofetada, o de sufrir de abuso sexual, maltrato psicológico o de otro tipo; en fin, existe una gran diversidad de lesiones que aún falta analizar.

La violencia, dijo, es un patrón en escala de severidad, es crónico, como una enfermedad. Hay dos formas posibles de estudiar este aspecto: preguntar a una persona si alguna vez en su vida ha sido víctima de violencia, o bien, en el último año, esta segunda es el indicador más confiable de saber qué sucede en una relación de pareja.

En la ciudad de Guadalajara, señaló la maestra Díaz, se reportó que mil 163 mujeres en áreas rurales y 427 en zonas urbanas son víctimas de algún tipo de violencia. Otros estudios indicaron que 20 por ciento han sido golpeadas alguna vez en su vida y, en el último año, entre 6 y 10 por ciento; cifras similares a los países industrializados.

Una de las consecuencias de este tipo de violencia es el ausentismo laboral, causado por depresión, ansiedad, dolor, u otros aspectos; sin embargo, resaltó la diferencia que impera entre mujeres pobres y ricas, las primeras asisten al sistema de gobierno y las segundas a médicos privados. "Yo estudio a las mujeres ricas porque nunca van a ser una estadística nacional de ningún estilo, porque la idea de mantenerlas en secreto es una presión social mucho más aumentada que para otras clases."

En cuanto a las pobres, indicó que en su mayoría no acuden a la Cruz Roja o a otra institución del sector salud, ni siquiera a otra persona. De una encuesta a mil 500 mujeres, sólo 8 por ciento asistieron a la Cruz Roja o a una sala de urgencia porque lo necesitaban, esto indica que las conductas de búsqueda son muy limitadas.

Por otro lado, las mujeres embarazadas forman un sector importante de estudio, pues su condición podría ser el inicio, término o incremento de violencia; asimismo, las adolescentes preñadas son otro indicador, por ejemplo, en aquellas que asisten al Hospital Manuel Gea González se podría especular un mayor riesgo de ser maltratadas por diversos factores que afectan el comportamiento o situación de su pareja o de ella misma, o si el embarazo es o no deseado.

Se estima que 40 por ciento de las mujeres en el mundo presentan un estado de maternidad no deseado. En el Gea González, como en otras instituciones del sector salud, argumentan el fallo del método anticonceptivo, no lo usaron, creyeron no embarazarse, no lo querían ambos o uno de ellos en este momento ni después. "Todo esto lo vamos a analizar y, seguramente, vamos a encontrar un reporte similar al internacional."

Otros datos presentados fueron de la escolaridad: existe la posibilidad de que aquellas personas con bajo nivel educativo estén más predispuestas a la violencia; además de traer como consecuencia un tipo de vivienda (sin recursos mínimos de higiene o de salubridad) y de familia (muchos integrantes), es todo un conjunto que se relaciona con la pobreza. Por ejemplo, en el caso de los hombres golpeadores, también es importante si abusan de sustancias alcohólicas o de drogas (una explicación es su estado de confusión, de pérdida de control, este último la maestra Díaz Olavarrieta se niega a aceptarlo porque es una violencia dirigida a una sola persona, va a pegarle al vulnerable, al débil), su nivel de estudios es menor al de secundaria y sólo tiene empleos temporales.

Es importante resaltar que 25 por ciento de las mujeres maltratadas tienen impulso de suicidio, debido a que presentan síntomas depresivos crónicos. Todas las mujeres están en riesgo, no hay ninguna patología médica que se asocie más con una cosa que con la otra; sin embargo, se podría identificar por la talla, el peso, el color de piel u otro síntoma que presente.

"La medicina siempre trata de hacer esa tipificación de riesgos para facilitar la detección, de otra forma se tiene que estar alerta a toda posibilidad. El problema radica en que uno de cada 35 médicos son capaces de identificar a una mujer maltratada, eso significa que no están haciendo lo que tienen que hacer para reconocer a ese tipo de mujeres."

Las razones por las cuales impiden este proceso, por un lado, son mujeres inconsistentes con la lesión, mienten al mencionar las causas de dicha lesión o las fechas exactas (dejan pasar más tiempo y mencionan que fue reciente), o los médicos no cuestionan al paciente por varias razones, entre ellas las actitudes que deben tomar, temen ofenderla o se resisten a indagar.

Finalmente, resaltó la necesidad de realizar campañas contra la violencia doméstica, ya sea a través de donaciones de ganancias de tiendas departamentales con gran prestigio, sólo con las ventas de un día o de un departamento, de compañías telefónicas o las salas de cines, entre otras multiempresas; difundirlas en paradas de autobuses, metro, tiendas, farmacias, en diversos lugares públicos para educar a la sociedad; sin embargo, "la violencia no es un problema fácil de solucionar, pero si toda una sociedad realmente se compromete a dignificar, realmente a pensar en su existencia y en que algo se puede hacer, eso sería maravilloso".

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