Las mujeres en la Academia Nacional de Medicina La doctora Ana Cecilia Rodríguez de Romo, integrante de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina
La Academia Nacional de Medicina se ha nutrido, a lo largo de 139 años, de hombres y mujeres que contribuyen al avance científico de la medicina en México. Cada miembro de esta corporación posee un amplio bagaje intelectual que reunido contribuye al desarrollo científico de la medicina mexicana, la cual está al servicio de la sociedad. Lo interesante de cada uno de los miembros que conforman la ANM es su pasión por la práctica médica y la investigación, individuos que incursionan en diferentes áreas; un ejemplo de ello es la doctora Ana Cecilia Rodríguez de Romo, médica cirujana de formación, doctora en filosofía e historia de la ciencia y miembro de la ANM desde 1998, quien se define “historiadora de la medicina mexicana”. En entrevista con este medio informativo, la doctora Rodríguez habló de por qué decidió acercarse a la historia de la medicina mexicana; durante la charla también conversó sobre el doctor Francisco Fernández del Castillo, pionero de los estudios historicomédicos, así como de su quehacer en el gremio médico más importante del país. La ANM cuenta con un Departamento de Sociología Médica y Salud Pública, en donde se halla el área de Historia y Filosofía de la Medicina; es ahí donde la doctora Rodríguez y un grupo de investigadores, entre ellos, Enrique Cárdenas de la Peña, Carlos Viesca Treviño, Emilio García Procel, Alfredo A. de Micheli Serra y Fernando Martínez Cortés, contribuyen al engrandecimiento de esta disciplina.
Ana Cecilia Rodríguez de Romo nació en la ciudad de México en 1954. Ingresó en 1973 a la Facultad de Medicina de la UNAM, de donde egresó con el título de médico cirujano en 1978. Llevó a cabo su internado y servicio social en el área de investigación del Departamento de Bioquímica de la misma dependencia. Realizó una maestría en historia y filosofía de la ciencia, en el área de medicina en la Sorbona de París, y en octubre de 1983, se graduó con la tesis: Recherches et découvertes de Claude Bernard sur le role du pancréas dans la digestión et absortion del lipides chez le mammifere. Cuatro años después, con mención honorífica obtuvo el doctorado en Historia y Filosofía de la Ciencia, en el área de medicina, con la tesis Recherches de Claude Bernard sur la digestión, I’absortion et les transformation des lipides. Analyse historico-psychologique d’une découverte. Al término de sus estudios la doctora Rodríguez decidió hacer una estancia posdoctoral en el Instituto de Historia de la Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en la ciudad de Baltimore, Estados Unidos, de 1987 a 1989. En su oficina, ubicada en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Biblioteca y Hemeroteca Nacional, la integrante de la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina se refirió a su prolongada estancia en Francia y Estados Unidos, en donde se acercó al estudio de la historia de la medicina: “El posgrado lo estudié en París y después me fui dos años a una estancia posdoctoral en el Instituto de Historia de la Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Estados Unidos. Fue muy provechosa porque por un lado tuve la visión del historiador de la ciencia en Europa, sobre todo en Francia, que se refiere al estudio de los hechos y de los individuos, y en Estados Unidos abordan la historia de la ciencia en forma diferente, se abocan más a la explicación de los fenómenos sociales que tiene que ver con los descubrimientos, por ejemplo, o con los hechos, lo que permite tener una visión integral, es decir, el estudio del individuo y sus obras, y por el otro, el medio social, económico, político e histórico que rodea a los individuos y a sus circunstancias; para mí significó una buena experiencia desde el punto de vista académico.” Estancia posdoctoral Presidenta de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina de 1997 a 1998, la doctora Rodríguez explicó que el Instituto de Historia de la Medicina en la Universidad de Johns Hopkins fue un centro donde se formaron los grandes historiadores de la medicina. “De estos grandes personajes sólo conocí a Ackernecht, de quien me acuerdo muy bien. También recuerdo a mi maestro Mirko Drazen Grmek, quien dirigió mi tesis de doctorado. El doctor Grmek era croata de nacimiento y después se nacionalizó francés.” Distinguida como miembro titular de la “Section des Sciences Historiques et Philologiques de l’École Pratique de Hautes” por la Sorbona, la doctora Rodríguez consideró que tuvo una buena formación recibida de los maestros, líderes en el campo de la historia de la medicina y obtuvo dos visiones diferentes de la misma disciplina. El regreso La doctora Rodríguez fue miembro del programa de “Repatriación a científicos mexicanos”, un organismo que se formó en 1990 con el apoyo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud). Con relación a esto la doctora habló de su estancia en el extranjero junto con su esposo, el doctor Ranulfo Romo, con el propósito de buscar una formación académica integral, ella en el área de la historia de la medicina y él en fisiología celular. “Salimos juntos y teníamos la intención de regresar, pero la crisis económica que se presentó en los años ochentas prolongó nuestra permanencia en el extranjero, es por eso que residimos un tiempo en Suiza y luego en Estados Unidos.” En 1989 ambos regresaron a México y la doctora Rodríguez fue bien recibida en la Universidad, “…yo le debo mucho a los doctores Guillermo Soberón Acevedo y Fernando Cano Valle, quien por aquella época era director de la FM; ellos me proporcionaron ayuda a través del programa ‘Repatriación a científicos mexicanos’, y que creo que todavía forma parte de Funsalud; éste consiste en darle una cantidad económica al investigador -que ha estado mucho tiempo fuera del país- con el propósito de reintegrarlo a la vida profesional. Después de casi diez años fuera, pues realmente no teníamos nada aquí. “Me integré inmediatamente a la Facultad de Medicina de la UNAM, en el Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, lo cual significó para mí una gran alegría al encontrarme nuevamente en mi Facultad. Algo que puedo decir con orgullo es que yo le debo mucho a la UNAM porque en ella estudié y comencé a trabajar, fue aquí donde conocí a mi esposo, es aquí donde mi hijo concluyó la carrera de medicina y me debo realmente a la UNAM. Mi esposo es también médico; cuando estuvimos en Francia él estuvo trabajando en un laboratorio de neurofisiología y bioquímica en el Colegio de Francia, actualmente está trabajando en el Instituto de Fisiología Celular.” A principios de la década de los noventas la doctora Rodríguez ingresó a la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina. En esta agrupación ocupó la vicepresidencia de 1994 a 1996 y la presidencia de 1997 a 1998. Al hablar de su experiencia del máximo cargo que le confirió la Sociedad, la también integrante de la American Association of the History of Medicine comentó: “…La Sociedad me recibió muy bien y el hecho de ocupar la presidencia fue una gran experiencia para mí, fui la primera presidenta de ella, fue importante el apoyo que me brindaron Xóchitl Martínez y María Eugenia Reyes, porque junto con ellas iniciamos la edición del Boletín de Historia y Filosofía de la Medicina, debido a que no existía ninguna publicación en este campo a nivel nacional.” Historia, ¿para qué? Al cuestionarla acerca de su inquietud por la investigación historicomédica, la integrante de la History of Science Society de Estados Unidos indicó que existe el prejuicio de que la gente que se dedica al estudio de la historia de la medicina, en el caso de México, es porque son médicos que fracasaron en la práctica de la medicina o personas de edad avanzada que tienen tiempo para leer; la doctora consideró falsa esa aseveración. “Siempre he defendido mucho esta disciplina, es una rama más de la medicina, la cual además exige preparación y posee herramientas metodológicas que hay que aprender. Cuando fui estudiante me gustaba la historia de la medicina y nunca jamás -he de confesar- me interesó la clínica, yo estudié medicina por otras razones, pero mi interés se centraba en la historia, y me pareció el abordaje más integral del hombre. Se convertía para mí en una disciplina que podía entender de forma más completa el funcionamiento de los órganos del cuerpo humano. Mi nulo interés por la clínica me orilló a integrarme a un laboratorio de investigación bioquímica y en aquella época mis profesores eran Jorge Soria y Enrique Piña. Honestamente puedo decir que nunca me apasionó esa área, pero cuando se me presentó la oportunidad de salir al extranjero dije: ‘tengo que decidir qué voy a hacer’. Estando aún en México me dediqué a establecer contacto con los grandes historiadores de la medicina por medio de epístolas, le escribí a muchas personas, una de ellas fue Drazen Grmek, y me olvidé por completo de la bioquímica. “Considero que la historia de la medicina no es un pasatiempo, que no presenta el grado de dificultad de otras ramas de la medicina es muy claro, pero es una disciplina que posee todo un rigor metodológico, como las ciencias duras.” Sus libros Ganadora del premio “Concurso Nacional de Obras Médicas”, que organizó la Academia Nacional de Medicina en 1995 al celebrar su 132 año académico, y donde participó con el trabajo: La ciencia pasteuriana a través de la vacuna antirrábica: El caso mexicano, la doctora Rodríguez habló de su próxima investigación historicamédica, la cual se refiere al estudio de la fisiología de la altura en México a finales del siglo XIX. También miembro de la Sociedad de Historia de la Medicina Hispanoamericana con sede en Cádiz, España, la doctora explicó que cuando la altura sobre el nivel del mar se modifica, cambian también diferentes constantes fisiológicas; entonces, se sabe que a una mayor altura sobre el nivel del mar hay una menor concentración de oxígeno. “A finales del siglo XIX había mucho interés por entender la fisiología de la altura en México, los extranjeros mostraban su atención en esto porque así podían saber si sus tropas se podían adaptar a estas circunstancias, al haber mayor altura pensaban que la adaptación de sus ejércitos iba a ser menor. Por esa época había una teoría francesa que se llamó ‘anoxiemia barométrica’ y que decía que los habitantes del altiplano mexicano, por vivir en una zona donde había una menor concentración de oxígeno, tenían lo que ellos llamaban ‘anemia cerebral’, que ocasionaba que tuvieran incapacidad para la actividad intelectual, no así para la actividad física. Esta teoría despertó en aquella época mucha polémica, pero era aceptada por los franceses y en México hubo médicos que protestaron; eso es lo que estoy investigando en la actualidad.” La doctora Rodríguez ha sido autora y coautora, hasta el momento, de cuatro obras de la historia de la medicina, entre ellas destacan: Cólera en un curioso documento: Análisis histórico-médico de una crónica anónima e inédita de la epidemia de 1850, estudio publicado en 1994; Tesoros de la Biblioteca Histórica “Dr. Nicolás León”. Libros de medicina de los siglos XVI y XVIII, obra publicada conjuntamente con A. Irigoyen Coria y M.T. Hernández Sánchez en 1996; Catálogo de tesis de medicina del siglo XX, libro realizado junto con C. Castañeda de Infante, aparecido en 1999, y Estudios de historia de la medicina: abordajes e interpretaciones, obra que realizó con Xóchitl Martínez Barbosa en 2001. Las cuatro obras fueron publicadas por la Facultad de Medicina de la UNAM. Al referirse al Catálogo de tesis de medicina del siglo XX, la doctora Rodríguez indicó que fue hasta el año de 1936 cuando los estudiantes de medicina dejaron de hacer tesis para obtener el título de médico cirujano. En esta obra se puede encontrar el nombre de las tesis de los doctores Clemente Robles, Salvador Zubirán y Gustavo Baz, entre otros. La ANM La doctora Rodríguez ingresó a la Academia Nacional de Medicina el 24 de junio de 1998. Al respecto comentó: “...En esa época la ANM estaba conformada por 400 académicos y 36 mujeres; en la actualidad se ha incrementado el número de ellas. Para mí era importante ingresar al gremio, porque como historiadora era muy interesante poder tener acceso a los expedientes. La biblioteca de la ANM es excelente; ahí se encuentran los expedientes de los académicos desde que surgió la agrupación y es para mí una fuente de consulta muy valiosa. Tener acceso a esa información me permitió conocer los antecedentes históricos, personajes y antecedentes de la medicina de mi país.” Integrante de la European Association for the History of Medicine and Health, la doctora Rodríguez señaló que su presentación para el ingreso a la ANM corrió a cargo del doctor Pedro Ramos, “Es una persona encantadora, con un excelente carácter, fue él quien me elaboró una carta de presentación muy bonita y quien encabezó la lista de las cinco personas que me apoyaron para ingresar; realmente me siento muy honrada de haber sido aceptada en la agrupación.” Recordando al maestro Fernández del Castillo Al hablar del doctor Fernández del Castillo, la doctora Rodríguez rememoró: “...Antes de salir al extranjero a principios de los ochentas fui hasta su oficina para entrevistarme con él, lo fui a buscar en la Antigua Escuela de Medicina. Su oficina era helada y recuerdo muy bien sus manos frías, me llevé una grata impresión porque me di cuenta de que era una persona experimentada en el área, tenía sólidos antecedentes históricos y conmigo fue extraordinariamente cordial. Me dio un par de cartas para dos historiadores de la medicina que eran amigos de él en París. Recuerdo además que me preguntó cuál era mi interés en la historia y yo le expliqué mis razones, me externó su gusto de que hubiera personas interesadas en buscar la profesionalización de la disciplina y me deseó suerte. Desgraciadamente cuando llegué a París las dos personas a las cuales él les había dirigido las cartas habían fallecido. Esas cartas que nunca llegaron a manos de sus amigos las guardo a manera un recuerdo del maestro. “El doctor Fernández del Castillo fue el pionero en México que se dedicó a la historia de la medicina de tiempo completo, él decía que era difícil vivir como historiador, al cabo de los años contradigo lo que dijo alguna vez, porque no es verdad, vivo bien de la historia, tengo un salario decente que me permite vivir adecuadamente, yo creo que es como todos los oficios, si uno hace bien su trabajo le va bien.” La doctora Ana Cecilia Rodríguez de Romo en la actualidad es profesora titular “C” de tiempo completo e imparte la cátedra de historia y filosofía de la medicina en la FM a estudiantes del cuarto año de la carrera. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I. En 1999 fue distinguida como miembro honorario de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina. En ese mismo año ganó el premio “Everardo Landa” al mejor trabajo de ingreso a la Academia Nacional de Medicina. Asimismo fungió como coordinadora del área de Historia de la Medicina de la misma agrupación. Fue distinguida además como miembro correspondiente extranjera del “Ateneo de Historia de la Medicina” de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, en 1998. Participó como profesora visitante en el Departamento de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Queen’s, en Canadá, en 2001. El 15 de enero de 2002 visitó por invitación la Escuela de Medicina de la Universidad de California en los Ángeles, en donde dictó una conferencia acerca de “Daniel Vergara Lope (1865-1938) y la fisiología de la altura en México” en el marco del evento “UCLA Programs in Medical Classics”. La doctora Rodríguez pertenece a un número considerable de sociedades académicas, entre las que destaca como miembro fundador de la Sociedad Latina de Historia de la Medicina con sede en Venezuela, e integrante de la Sociedad Latinoamericana de Historia de la Ciencia y la Tecnología. Pertenece a la Red de Historiadores de la Salud Pública en América Latina de la Organización Panamericana de la Salud, que tiene su sede en la ciudad de Washington, D.C. Asimismo, forma parte de la Third Word Organization for Women in Science, en Trieste, Italia. Es también miembro activo de la Sociedad Canadiense de Historia de la Medicina. Integrante del Directory of Women in the History of Medicine, Science and Technology en Estados Unidos, y miembro fundador de la Red para la Historia de la Salud Pública en América Latina y el Caribe, durante el XXI Congreso Internacional de Historia de la Ciencia llevado a cabo en la ciudad de México en julio de 2001. En México es miembro activo de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y la Tecnología. En cuanto a la dirección de trabajos recepcionales, la doctora Rodríguez ha dirigido siete tesis de licenciatura, seis de maestría y cuatro de doctorado. Ha publicado 40 artículos con evaluación editorial, y ocho en capítulos en libros de proyección internacional y 17 de proyección nacional. Destaca su participación en seis proyectos de carácter nacional, entre ellos es responsable del proyecto: “Historiografía de la historia de la medicina”, apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Además de colaborar en un programa internacional denominado “Intercambios pasteurianos. Revolución en la medicina mexicana y francesa a raíz de la obra de C. Bernard y L. Pasteur”, apoyado conjuntamente por el Conacyt y el CNRS de Francia. |