El Fisiólogo


Fig. 1. Primera página del Burgerbibliothek Bern, Codex Bongarsianus 318

Actualmente utilizamos la palabra 'fisiólogo' según sus raíces griegas (gr. physio, naturaleza; logos, estudio) y con ella describimos a las personas que se ocupan de estudiar las funciones de los seres biológicos. Sin embargo, esta palabra no fue usada siempre en la misma forma, ya que Physiologus era un griego de mediados del siglo II d.C. del que sabemos muy poco. Escribió un libro en los lenguajes vernáculos de Europa y también en griego (su idioma original) y latín, y ya en la Edad Media se había convertido en una colección muy popular de cuentos moralistas sobre animales y fueron la base para los llamados 'bestiarios', que posteriormente se hicieron muy populares. Hubo muchas versiones en prosa y en verso y algunas dejaron de hacer énfasis en los aspectos moralistas, mientras otras los enfatizaban.

Se dice que el primer Physiologus fue escrito por Epiphanus, pero varios autores han recibido ese crédito y entre ellos se encuentran Pedro de Alejandría, Basilio, Juan Crisóstomo, Atanasio, Ambrosio y Jerónimo, bien conocidos como Padres de la Iglesia Católica. El libro se ha atribuido incluso a autores previos al período cristiano, como Salomón y Aristóteles. Aunque el autor es anónimo, es muy probable que el escrito se haya originado en Alejandría alrededor del siglo III o IV d.C.

Parece que el texto griego original contenía entre 40 y 48 capítulos, pero este ya no existe y sólo han llegado a nosotros sus traducciones al latín. A lo largo de los años el número de capítulos fue creciendo y algunos bestiarios medievales tenían más de 100 capítulos, todos ellos describiendo animales, los que también fueron cambiando a lo largo de los años.

Es probable que el original Physiologus griego no haya sido ilustrado, pero las versiones posteriores en latín ya lo están. Por ejemplo, el Bern Physiologus (Burgerbibliothek Bern, Codex Bongarsianus 318) del siglo IX es uno de los primeros que están profusamente ilustrados en forma muy rica.

Frecuentemente Physiologus se traduce como 'el naturalista', pero esto es incorrecto. El libro Physiologus no es una historia natural del mismo estilo que la Historia Natural de Plinio el Viejo o el De Animalium de Aristóteles, ya que estos autores trataron de describir lo que se sabía en aquel tiempo sobre la naturaleza. En cambio, el autor del Physiologus usó algunas descripciones de animales con la intención de ilustrar el significado religioso, dogmático y alegórico que se creía estaba embebido en la naturaleza. El Physiologus del Manuscrito Griego 834 atribuido a Epiphanius, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, en Paris y fue copiado alrededor de 1585, siendo "uno de las manuscritos griegos (Physiologus) mas bellamente iluminados ..." (McCulloch, p. 15, nota 1).

El Physiologus fue el predecesor de los bestiarios (libros sobre bestias) y contiene una descripción de animales, aves, criaturas fantásticas, algunas veces piedras y plantas, todo imbuido en un contexto moral. Es el título de una colección de aproximadamente 50 alegorías cristianas muy leído en la Edad Media y que aún existe en varias formas. Como la imaginería es tomada del mundo animal, también es conocido como 'Bestiario'.

En relación a su origen, los maestros cristianos, especialmente aquellos que se inclinaban hacia las especulaciones gnósticas, tenían interés en la historia natural. Esto se debía en parte a que querían explicar algunos pasajes de las Sagradas Escrituras y también a la revelación divina en el libro de la naturaleza, del que decían que un deber sagrado del hombre era utilizarla. 

Ambas ideas fueron combinadas aplicando las alegorías adoptadas en los textos bíblicos a la interpretación de las descripción de los objetos naturales, pero hay que recordar que los primeros siglos de la cristiandad no fueron un periodo de investigación científica y que el principal objetivo de la educación liberal eran los logros retóricos, por lo que todos los métodos de aprendizaje se dirigían hacia este objetivo. En vez de leer a Aristóteles y otros naturalistas, las personas ilustradas buscaban su información en libros comunes, en los que había fragmentos de folklore, cuentos de viajeros y algo de ciencias naturales mal interpretadas, pero todo escrito e ilustrado en un estilo muy elegante. Los escritores teológicos no estaban bien preparados para cuestionar las descripciones de criaturas maravillosas que se hacían en las escuelas, de manera que creyeron en la existencia de bestias extrañas y de otras maravillas del mundo y trataron de hacerlas accesibles a la instrucción religiosa. Así, lo que hicieron los herbarios por la botánica, lo hicieron los bestiarios por la zoología y durante la Edad Media, esos libros sólo fueron superados en popularidad por la Biblia. 

La versión griega incluye unos cuarenta animales mezclados desordenadamente. Naturalmente, el león, el rey de los animales, es el primero y tiene tres características notables: 1) usa la cola para borrar sus huellas de manera que los cazadores no puedan seguirlo; 2) duerme con los ojos abiertos y; 3) su cachorro permanece muerto por tres días, hasta que el padre león le respira vida. Esto es relacionado con que el cuerpo de Cristo que, como el cachorro, permaneció muerto hasta que resurgió en el tercer día. Los otros animales, como lagartijas, ciervos, ave fénix y otros, también llevan una gran cantidad de morales, pero ninguno es tan vívido como la "hormiga-león" derivada de una unión antinatural entre la hormiga, a la que no se le permite comer carne, y la naturaleza del león, que no puede comer vegetales. Esto se relaciona con la idea de que nadie puede sobrevivir sirviendo tanto a Dios como al diablo.

En un pasaje muy conocido de los bestiarios Job dice: "pregunta a las bestias y ellas te enseñaran; y las aves del aire y ellas te dirán; o habla a la Tierra y los peces del mar, todos te enseñaran." Ya que Dios mismo puso nombre a sus criaturas, esos nombres son una clave para su significado. Las aves son llamadas a-ves porque no siguen rutas rectas (visas) sino que van por cualquier lado. Ursus, el oso, está conectado con la palabra 'Orsus' (un inicio) y se dice que toma su nombre porque esculpe su descendencia con la boca (ore)."

(Boorstin, D.J. 1983. The Discoverers. Vintage Books. New York)