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Fig. 1. Dibujo de Galeno. Fig. 2. Grabado en madera mostrando los procedimientos quirúrgicos descritos por Galeno (sobre la cabeza, ojos, pierna, boca, vejiga y genitales) practicados en el siglo XVI.
Galeno nació en Pergamo, la ciudad helénica mas grande en la provincia romana de Asia, en el otoño del año 129 aC. La ciudad se había vuelto famosa porque manufacturaba para la escritura un material alternativo al papiro, que actualmente conocemos como pergamino. Su padre era arquitecto y tenía tierras, donde el niño Galeno pasaba gran cantidad de tiempo, observando y participando en actividades comunes a la agricultura, incluyendo la muerte de los animales de granja.
Empezó su educación médica formal a los 16 años, estudiando con el mas famoso médico y anatomista de la ciudad, pero a los 22 años se cambió al puerto de Esmirna, donde continuó sus estudios de medicina. Posteriormente quizo ir a Corinto para estudiar con Numisianus, pero cuando supo que este se encontraba en Alejandría inmediatamente salió para allá, donde permaneció 5 años. Luego regresó a Pérgamo, donde empezó a practicar medicina, convirtiéndose en médico de los gladiadores, un periodo en el que aprendió mucho sobre la anatomía del cuerpo humano.
Posteriormente Galeno se cambió a Roma, donde hacía demostraciones públicas de sus estudios fisiológicos y como entre su audiencia se encontraban muchos de los ciudadanos mas importantes de Roma, estos lo llevaron a convertirse en médico del emperador Marcus Aurelius. Con el pretexto de arreglar unos asuntos sobre sus tierras en Pérgamo, aunque realmente quizá quiso evitar una epidemia en Roma, estuvo ausente de la ciudad dos años, pero regresó para permanecer en ella mas de 20 años, lo que fue su periodo mas productivo. A los 63 años se retiró a la ciudad de Pérgamo, muriendo cuando tenía alrededor de 70 años.
Muchos de los estudios de Galeno fueron sobre el sistema nervioso, lo que ahora llamamos neurociencias y su interpretación de la neurofisiología está basada en el principio fundamental del pneuma (aire, respiración), que tomaba tres formas y tenía tres actividades: 1) los espíritus animales (pneuma physicon) en el cerebro, centro de las percepciones sensoriales y el movmiento; 2) los espíritus vitales (pneuma zoticon) en el corazón, centro de la regulación del flujo de la sangre y la temperatura corporal y; 3) los espíritus naturales (pneuma physicon, palabra que incluía tanto los espíritus animales como los naturales) que residían en el hígado, centro de la nutrición y el metabolismo.
Fig. 3. Las relaciones entre los elementos que comprenden el universo (fuego, tierra, aire y agua), sus cualidades (seco, húmedo, caliente y frío) y los humores en el humano (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra).
El sistema de Galeno funcionaba como sigue. El cerebro era nutrido por las venas y las arterias que llevaban sangre, además de los espíritus vitales (pneuma vital). Estos se formaban en el corazón y eran necesarios para calentar y vivificar los órganos periféricos. Durante el paso de la sangre por la rete mirabile, una red arterial localizada en la base del cráneo, los espíritus vitales se convertían en espíritus animales (pneuma cerebral). Galeno consideraba que esta substancia misteriosa era esencial para la trasmisión del movimiento y la sensación de todas las partes del cuerpo, por lo que debía tener un cambio final durante su paso por los ventrículos cerebrales.
Por otro lado, algo de la sangre llegaba al corazón por medio de la vena cava, donde se unía con los spiritus vitalis, que la enriquecían. En particular, la sangre llegaba al lado derecho del corazón y de ahí pasaba al lado izquierdo a través de poros en el septum interventricular. Después, por medio de las arterias la sangre llegaba a una red vascular especial (la rete mirabile) situada en la base del cerebro, donde era enriquecida por otros espíritus, los spiritus animalis y pasaba a todos los órganos del cuerpo para darles vida a través de los nervios, que junto con las arterias y las venas, consideraba como el tercer sistema de vasos.
Fig. 3. El punto de vista de Galeno sobre la circulación, el corazón y los grandes vasos. Notese la comunicación entre los ventrículos derecho e izquierdo y los flujos independientes de los vasos arteriales y venosos.
Sin embargo, durante la producción del pneuma cerebral había productos de deshecho tanto fluídos como gaseosos que debían ser eliminados. Galeno suponía que los productos líquidos, principalmente la flema, escapaba a través de las aperturas en la lámina cribiforme en la nariz o por pequeños canales del tercer ventrículo a la nasofaringe, donde la primera de estas vías era considerada un canal bidireccional que permitía el paso del aire y vapores terapéuticos al cerebro. Los gases excaparían a través de poros imaginarios en la dura madre y las suturas del cráneo. Así, sin ninguna idea sobre la circulación general o cerebral, Galeno estableció un complejo sistema de interacciones entre el movimiento de la sangre y la función nerviosa, considerando que la principal causa de los síntomas neurológicos eran las perturbaciones en este sistema.
La segunda base fundamental de la doctrina de Galeno era el concepto hipocrático de los cuatro humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, así como sus cuatro cualidades: tibio, frío, húmedo y seco. Según este punto de vista, la enfermedad era principalmente un desorden generalizado en la función corporal debido a una mezcla anormal de los cuatro humores. Esta idea de los cuatro humores sobrevive hasta nuestros días en el lenguaje cotidiano cuando describimos los temperamentos de las personas como, sanguíneo, flemático, colérico y melancólico.
La hipótesis de Galeno no consideraba que la sangre circulaba, sino que se movía como marea. Mas aún, la sangre era filtrada en el cerebro y las impurezas eliminadas a través de la lamina cribiforme, una lámina del hueso etmoidal llamada así porque parece una criba (lt. cribrum o filtro), lo que daba origen a las lágrimas, saliva, moco y sudor.
En la antigüedad se creía que los humanos estaban hechos con los mismos elementos fundamentales que formaban el cosmos y que eran: fuego, agua, aire y tierra, con las cualidades de, caliente, frío, seco y húmedo respectivamente. La comida y bebida de los animales también consistía de los mismos elementos, que durante la digestión se convertían en los jugos corporales o humores. En ese esquema,
El aire era el elemento de la sangre, el humor que da origen al temperamento sanguíneo.
El agua era el elemento de la flema, el humor que mantenía pasivo el temperamento flemático.
La tierra era el elemento de la bilis negra, el humor generado en el bazo y que deprime el temperamento para dar la melancolía.
El fuego era el elemento de la bilis amarilla, el humor generado en el hígado para inflamarlo y producir el temperamento colérico
El esquema corporal de Galeno consistía en tres sistemas interconectados: 1) el cerebro y los nervios, que eran responsables de la sensación y el pensamiento; 2) el corazón y las arterias, responsables de la energía que da vida o espíritu vital y; 3) el hígado y las venas, responsables de la nutrición y el crecimiento.
La sangre se formaba en el hígado a partir del alimento llevado desde el estómago y el intestino por medio de la vena porta. Después, esa sangre natural entraba a las venas sistémicas y era llevada a todas las partes del cuerpo por un movimiento de marea, donde era consumida como nutriente o transformada en carne. Así, la sangre no era conservada, sino que era consumida constantemente en la periferia y renovada por los nutrientes ingeridos, lo que ocurría en el ventrículo derecho del corazón y las grandes venas.
El trabajo principal del ventrículo izquierdo era generar la fuerza pulsátil que forzaba la sangre a través de las arterias, para llegar a los pulmones, donde absorbía el pneuma o espíritu. Gran cantidad de la sangre en el ventrículo izquierdo provenía directamente del ventrículo derecho a través de poros en el tabique interventricular y otra parte de 'fugas' en la circulación pulmonar; esta última era necesaria para explicar el hecho de que las venas pulmonares contienen sangre y no sólo aire. El propósito de la sangre arterial 'vital', a diferencia de la sangre venosa 'natural', era llevar el pneuma o 'espíritus vitales' a los tejidos periféricos. Según Galeno había un poco de mezcla entre la sangre arterial y venosa, pero cada flujo tenía un propósito esencial y diferente.
En cierta forma Galeno era un verdadero post-Aristotélico que mezclaba un poco de empiricismo, en este caso los hechos anatómicos, con una gran cantidad de especulaciones causales o teleológicas; todo tenía un propósito o causa final. Todas las partes del cuerpo estaban hechas de una manera óptima para servir sus propósitos humanos. La naturaleza provée y todo el conocimiento y hechos no son en vano.
En el caso del corazón y los grandes vasos, el modelo de Galeno estaba muy infuído por el énfasis que los griegos ponían en el papel de una dieta adecuada y aire fresco para preservar la salud. Así, la función del lado derecho de la vasculatura era entregar los productos de una dieta saludable a los tejidos del cuerpo y el del lado izquierdo llevar aire fresco y frío al cuerpo.
Ese modelo sobrevivió casi sin ser cuestionado durante los siguientes 1,400 años, a pesar que algunos lo negaban y que nadie había sido capáz de confirmar la presencia de agujeros en el septum interventricular. En ausencia de tales comunicaciones debería haber poca sangre en las arterias y eso era contrario a innumerables observaciones. Pero, ¿porqué dejar que unos pocos sucios hechos mancharan la belleza de una hermosa hipótesis? El modelo proporcionaba una explicación para la existencia de ciertas estructuras anatómicas que eran consistentes con el 'propósito' de la naturaleza; la experimentación no era necesaria.